La destacada paramédico tamaulipeca tuvo un lamentable accidente de tránsito mientras atendía un llamado de socorro. Su entrega y compasión no quedarán en el olvido.
Durante la fría madrugada del pasado viernes 19 de enero un automovilista, junto con sus acompañantes se encontraban heridos al sur de la carretera federal 101, a una media hora de Matamoros, Tamaulipas. El grupo había sufrido un fuerte encontronazo a la altura del ejido La Tijerita.
El reporte de auxilio llegó a los oídos de Karla Guadalupe García Rubio, una joven rescatista que durante años se había dedicado en cuerpo y alma para hacer lo que más le apasionaba, ayudar a la comunidad fronteriza.
Aún en días de descanso o festivos, su espíritu de servicio la hacía responder ante las situaciones más adversas, pero ella nunca imaginó que aquel repentino aviso por la radio que recibió como operadora del servicio de ambulancias –para el cual trabajaba– sería el último.
Como siempre Karla Guadalupe estuvo dispuesta para prestar asistencia.
Respetada en la región noreste de Tamaulipas, en el ámbito de las urgencias hospitalarias, por su encomiable compromiso de auxiliar a las personas que la necesitaban, no lo pensó dos veces. Alistó sus cosas, solicitó el apoyo de otros dos paramédicos y fueron en camino para brindar la ayuda necesaria a los accidentados.
UN VIAJE CONVULSO
Debido a la hora (3:00 de la mañana) la mayor parte del trayecto permaneció muy oscuro y además helado. El filoso viento penetraba por las orillas de sus cristales empañados.
Ninguno de los tripulantes sospechó que la muerte los andaba rondando. Esto era parte de su quehacer cotidiano, un trabajo que
habían hecho muchas veces e inclusive, viendo personas fallecer, pero jamás con la idea que sería la última de las emergencias que atenderían juntos.
La carretera estaba solitaria y con una densa neblina que les impedía ver con claridad. Debido a esto no lograron percatarse de que había un par de caballos heridos en medio del asfalto, poco antes de llegar a su destino.
Cuando las luces opacas finalmente descubrieron ambos bultos tendidos en el camino era demasiado tarde. Un brusco enfrenón y un fuerte golpe los sacudió y aventó fuera de la carretera:
En un abrir y cerrar de ojos la unidad tipo van GMC de Ambulancias Orduña había sufrido un terrible accidente. La torreta y el ruido de la sirena se apagaron intempestivamente.
Sus compañeros resultaron heridos, pero el cuerpo de Karla Guadalupe salió violentamente proyectado al interior de la furgoneta. Estaba inconsciente. –¡¡¡¿Estás bien?!!!– le preguntaron varias veces sin obtener respuesta. El impacto le produjo un traumatismo mortal en la cabeza.
Aturdidos por los hechos, como pudieron, los heridos pidieron apoyo con algunos automovilistas. En medio de las penumbras se buscaban el teléfono. Apesadumbrados no podían creer que un intento por ayudar terminara con este terrible fallecimiento.
De acuerdo con las investigaciones los equinos habían sido previamente arrollados por un autobús de pasajeros sobre la carretera Matamoros-Ciudad Victoria. Cualquiera que se los topara de frente chocaría con ellos y paradójicamente resultó ser la ambulancia.
EL ÚLTIMO ADIÓS
La notable socorrista murió de manera instantánea, pero dejó un legado digno de admirar.
La tarde del domingo 21 de enero, con visible dolor los familiares, amigos y compañeros de Karla Guadalupe le dieron el adiós en el Panteón de la Cruz en Ciudad Victoria, de donde era originaria. En un sentido homenaje sus compañeros le hicieron su último pase de lista.
Mediante redes sociales se compartieron emotivos mensajes para la fallecida “comandante García”, como también le decían, en los cuales le agradecieron por su arduo esfuerzo y sacrificio como coordinadora de Ambulancias Orduña, y por sus servicios para el departamento de Protección Civil de Matamoros.
La empresa se encargó de cubrir con los gastos del funeral de su líder, despidiéndola con honores, expresando que siempre la recordarán como la excelente persona que fue.
En las pesquisas aún falta por determinar quién se hará responsable del cruce de semovientes que desencadenó esta tragedia, debido a que éstos estaban fuera del lindero que divide la vía federal.
En las versiones de la prensa hubo tres hechos. Del percance del autobús involucrado previamente y los primeros accidentados, a los cuales Karla Guadalupe fue a ayudar, no se brindaron más detalles.
Es la lamentable pérdida de una paramédico que acudía a un llamado de ayuda y que murió en el cumplimiento de su deber.