Como un reconocimiento a la labor que diariamente realiza dentro de las aulas, en la formación de mejores ciudadanos mexicanos, la Presidencia Municipal realizó el tradicional festejo del “Día del Maestro”.
“Siempre reconocemos el compromiso que ustedes tienen con la sociedad mexicana, pero este día hacemos público el nuestro, que tenemos con la educación, desde el primer día de nuestro gobierno, y seguiremos apoyándola hasta donde se necesite”, expresó en su mensaje el orador de este evento.
El salón Marfil, ubicado en el Poblado Realito, fue el recinto donde se dieron cita los maestros, que acudieron a la convocatoria de las autoridades municipales, primeramente, les cantaron las tradicionales “Mañanitas” a todos los profesionistas de la educación.
De esta manera, los representantes del Cabildo municipal, realizaron la entrega de reconocimientos a los maestros con mayor trayectoria y antigüedad en sus labores al servicio de la Educación.
Asistieron al festejo del Día del Maestro, todos los que diariamente imparten sus conocimientos en los diferentes jardines de niños, escuelas primarias, secundarias, preparatorias y universidades, tanto públicas como privadas, de Valle Hermoso.
“Aquí vemos a los maestros, recordamos varias etapas de nuestra existencia, con profesores que tuvimos en escuelas primarias y secundarias”, recordó uno de los presentes en la mesa de honor al saludar a los festejados.
Estuvieron presentes en este evento, los diferentes representantes de los puestos públicos en esta ciudad, así como también el jefe del Departamento Regional de la Educación, Juan José Tamez Fuentes; el secretario general de la Sección XX, Rogelio Arellano Banda; el supervisor escolar, Jesús Zárate López; el supervisor escolar, Olegario Silva; la primer síndico Patricia Palacios y las regidoras Eugenia González y Josefina García.
Finalmente los profesores, disfrutaron del festival artístico que fue preparado para este evento, seguido de la rifa de regalos, entre ellos un automóvil, que ya es tradicional en este festejo, en donde reinó la fraternal convivencia, pero principalmente un reconocimiento al trabajo que desempeñan diariamente los mentores en los salones de clases.