
En una época de crisis energética en México, un país productor de petróleo que tiene que comprar gasolina y electricidad a los Estados Unidos; un grupo de investigadores y expertos en el tema solicita al Congreso de la Unión y el gobierno de la República la reapertura de la industria mineral del uranio.
Explicaron que al hacerlo además de liberar la dependencia energética petrolera, se podrá dinamizar la economía y generar más fuentes de empleo, apoyados en los modelos nucleares de países desarrollados como Francia y Canadá, que no se mantienen totalmente de los hidrocarburos.
De acuerdo con el ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), Ernesto Gastón González Sepúlveda, en México la industria nuclear se encuentra rezagada, debido a la mala imagen que se ha creado en torno a ésta y a los intereses petroleros de Estados Unidos, los cuales llevaron a la desaparición de la paraestatal Uramex en 1982, durante el gobierno de Miguel De la Madrid.
“Cuando la gente escucha de este tema, siempre lo comparan con la bomba atómica, que nos vamos a morir y que a nuestros hijos les van a salir tres ojos y cinco manos, y que van a ser unos monstruos hechos y derechos.
“Pero la energía nuclear es tan noble que se puede aplicar en la medicina, en la industria, en la hidrología, agricultura, ganadería. Tiene múltiples aplicaciones y es segura”, destaca.
De hecho González Sepúlveda, en respaldo de la Organización Mexicana Proculturización de las Energías (Ompcen), presentó este proyecto en 2010 ante “Iniciativa México” como un soporte estratégico para la nación, pero el movimiento se declaró “incompetente”.
RENDIMIENTO ENTRE URANIO Y PETROLEO
Sin embargo, explica el entrevistado, el uranio soportado en el convenio “Atomos para la paz”, signado con el Organismo Internacional de Energía Atómica (ONU-OIEA) en 1957, permitiría al país alcanzar un nivel de desarrollo acelerado, pues un kilo de este mineral enriquecido al 3 por ciento es equivalente a 12 mil kilogramos de petróleo, lo cual representa 79.28 barriles de la mezcla mexicana de alta densidad.
Compara que cualquier combustible fósil es de quemado rápido, mientras que el uranio tiene una durabilidad de entre 1 y 2 años, y sus residuos se siguen aprovechando para generar energía.
Además para la extracción de los hidrocarburos el costo es muy elevado y se requiere perforar miles de metros, mientras que el uranio se ubica a solamente 50 y hasta 150 metros de profundidad.
Asimismo el precio del petróleo tiene altas y bajas críticas, debido a la escasez o la sobre producción a nivel mundial, mientras que el uranio tiene una plusvalía estable y en crecimiento. Uno de los ejemplos es que en 1983 un kilo de uranio costaba 102 dólares y en la actualidad vale 352.32 dólares.
Por esto y muchas razones más el investigador menciona que la idea es presentar una iniciativa de ley ante el Congreso de la Unión para voltear a ver nuevamente a este tipo de energía “con estudios de factibilidad muy serios y formales, de alto nivel”.
Y agrega que es imperiosa la necesidad de crear un organismo federal descentralizado para la exploración, explotación, comercialización y consumo nacional de este mineral, para lo cual se tiene que reformar el Artículo 27 constitucional en materia nuclear.
Posteriormente la construcción de plantas nucleoeléctricas, en las que el uranio tiene la función de calentar el agua en cisternas, haciendo que el vapor empuje generadores de electricidad.
“Hagan de cuenta que es un boiler gigantesco en el cual en lugar de utilizarse petróleo, gas, gasolina, combustóleo, carbón, se emplea el uranio. ¿Qué sucede después con ese calor? el agua entra en ebullición y se canaliza a través de tuberías para mover dínamos, que son los encargados de sacar la energía eléctrica”, ilustra el ponente.
UN TESORO ABANDONADO
Cabe destacar que Nuevo León y Tamaulipas poseen los yacimientos de este energético más importantes del país, con más de dos mil toneladas cuantificadas, pero no se utiliza y es una riqueza olvidada.
En septiembre de 2010, Hora Cero documentó los vestigios que realizó Uramex en la década de los 80 en la misma región de la Cuenca de Burgos, donde hubo minas y exploraciones.
Los pobladores cercanos a las estaciones de recolección de gas Comitas y Orozco, la mayoría de los cuales viven en la pobreza, desconocen que bajo sus pies se encuentra uno de los mayores tesoros de la nación.
Descubierto por el Instituto Nacional de Energía Nuclear (hoy ININ) en la década de los setenta, este elemento es capaz de proveer electricidad y beneficios incuantificables.
En la actualidad algunos países desarrollados lo utilizan para alimentar sus reactores atómicos y suministrar hasta una tercera parte del fluido total que consumen.
Para González Sepúlveda, quien fue trabajador de la desaparecida Uramex, enarbola otras energías como la solar y eólica, pero afirma que éstas tecnologías aún se encuentran en una fase de crecimiento, mientras que la energía nuclear tiene 114 años de existencia y experiencia.
A pesar de que el uranio es un material radiactivo, define que existen controles internacionales para su manejo eficiente, principalmente por el Organismo Internacional de Energía Atómica.
Además hay reactores atómicos que funcionan con base al uranio enriquecido, que contiene mayor radiación, y otros que operan con uranio natural, el cual tiene más de 750 manifestaciones diferentes en los yacimientos.
Al final, el investigador Ernesto Gastón González Sepúlveda pide a los legisladores recibir la información que les será entregada (cuyos estudios no comenzarán en cero, puesto que será integrada por expertos en la materia), en beneficio de la nación.