Diariamente se ven por las calles de Matamoros a personas que padecen de sus facultades mentales quienes al ser incapaces de valerse por sí mismos, exponen sus vidas al caminar sin cuidado por las principales avenidas, en algunas ocasiones atravesándose a los vehículos.
La gran mayoría lucen con su ropa sucia, rasgada, descalzos y en algunas ocasiones hasta desnudos. Hablan con personas que solo ellos pueden ver y en ocasiones hasta pelean con ellos.
Muchos son originarios de otros municipios y llegan a esta ciudad fronteriza tras ser abandonados por sus familiares, quienes al no poder sobrellevar su enfermedad, los dejan a merced de la vida.
Existe una gran diferencia entre los indigentes y los enfermos mentales, ya que los primeros vagan por la ciudad solicitando apoyo de la población para comprar algo para comer, mientras los que padecen de sus facultades mentales sólo deambulan, comiendo lo que pueden, durmiendo en cualquier parte y haciendo sus necesidades fisiológicas en cualquier sitio, pues estos no tienen control de sus actos.
Por años este problema ha pasado de escritorio entre el Sector Salud, la Presidencia Municipal y el Sistema DIF, quienes no terminan de ponerse de acuerdo sobre quién debe de atender a estas personas.
PADRES DEBEN
DE TENER CUIDADO
La locura es una enfermedad que empieza a afectar desde muy temprana edad, por lo que los padres de familia deben de prestar atención a los cambios de conducta de los adolescentes para detectar a tiempo cualquier problema, dijo Enrique Sánchez de la Barquera Rodríguez, médico psiquiatra y encargado del área de Salud Mental del Hospital General “Alfredo Pumarejo”.
Las señales que indican que una persona es propensa a padecer algún trastorno mental surgen desde los 15 años de edad. Quienes corren más riesgo son los que tienen antecedentes familiares de estos casos.
Sin embargo, los padres de familia deben aprender a detectar los cambios de conducta de sus hijos.
“En las familias es posible enterarse de que alguien están padeciendo la enfermedad cuando el muchacho principalmente deja de salir, de bañarse, empieza a cambiar de forma de ser, ya no tiene la misma atención en el trabajo o en la escuela, entonces ya nos está indicando de que hay un problema y un cambio a nivel cerebral y comienzan a presentarse entre los 15 y 17 años de edad” dijo el psiquiatra.
Ante estos cambios se conducta se debe de proporcionar atención médica inmediata, de lo contrario y en casos extremos, podrían presentarse alucinaciones que pueden llevar a los pacientes al delirio total.
Las enfermedades mentales no son curables, sin embargo, quienes las sufren pueden ser controlados con medicamento.
Independientemente de los factores genéticos que son predisponentes, las enfermedades mentales se pueden generar por la mala alimentación antes y durante el embarazo, además de los primeros años de vida de los niños, por lo cual esta enfermedad se presenta en los sectores de pobreza extrema.
Las enfermedades mentales más comunes son las que presentan cuadros psicóticos pero, además, existe el trastorno bipolar y la esquizofrenia.
El trastorno bipolar es cuando una persona presenta súbitos cambios de ánimo, pues pueden estar sumamente felices y en cuestión de segundos se muestran iracundos y violentos.
Con la bipolaridad llegan los pensamientos suicidas, generados por la depresión que ataca a las personas que experimentan constantes variaciones entre alegría y tristeza, sin embargo, en la mayoría de los casos el estado de manía se presenta con mayor frecuencia.
La esquizofrenia es cuando una persona que presenta un grupo de trastornos que se caracterizan por presentar alteraciones en la percepción de la realidad.
Por razones que aún se desconocen, las enfermedades mentales atacan principalmente a los varones. Algunos expertos refieren que el bajo índice de mujeres con problemas mentales es debido a que su cerebro es más fuerte.
HACE FALTA APOYO
Todas las personas que están en la calle solas, sucias y que buscan su alimento en los botes de basura, alguna vez tuvieron un hogar y una familia que, un día, decidió abandonarlo al considerar que están “locos”, indicó Sánchez de la Barquera.
“Las personas que vagan por la calle generalmente no son peligrosas, normalmente no tienen problemas más que la desorganización cerebral que tienen.
“La mayoría de las personas que presentan esquizofrenia estuvieron toda su vida bajo el cuidado de sus padres y al morir éstos, sus familiares no se quisieron hacer cargo de ellos” dijo.
El problema de los enfermos mentales deambulando por la calle no es nuevo, desde hace años es posible ver a estas personas en el Centro Histórico de Matamoros.
No todos tienen la suerte de recibir ayuda por algunas asociaciones sociales que se dedican a ello, pues muchos ni siquiera saben quienes son o de dónde vienen.
La mayoría de las personas que tienen familiares con problemas mentales desconocen que pueden recibir ayuda para atenderlos y por eso optan por dejar en el abandono a sus hijos, hermanos, tíos y hasta a sus propios padres.
Por ejemplo, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de esta ciudad, puede canalizar a los enfermos al Hospital General, donde son valorados para un posible internamiento en el Centro de Salud Mental.
“Como es un problema de la mente, es competencia de la Secretaría de Salud, a ellos les corresponde hacerse cargo de esos pacientes, en el DIF colaboramos con la asistencia social, por ejemplo, cuando ingresan al Centro Estatal de Salud Mental los apoyamos con ropa y alimentación, pero sí es muy importante que quede claro que el Sector Salud es el responsable de esas personas”, mencionó Alejandro del Angel Peña Jara, procurador de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia.
En promedio, cada semana se presenta una persona para solicitar apoyo para darle atención a un familiar que padece de sus facultades mentales.
Quienes cuentan con la fortuna de ser derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (Issste), tienen asegurada la cobertura de medicamentos y alimentación en el centro hospitalario, que en promedio es de ocho mil pesos mensuales.
Y aunque en el Centro Estatal de Salud Mental ubicado en el ejido La Ventana laboran un poco más de 100 personas, no son suficientes para la atención de los casi 40 pacientes que se encuentran, Sánchez de la Barquera aseguró que en la ciudad existe la capacidad para atenderlos.
Aseguró que los médicos psiquiatras que existen en la ciudad cuentan con la preparación necesaria para contribuir en la recuperación de estos enfermos, pero hace falta el apoyo de las autoridades para la construcción de un nuevo hospital psiquiátrico.
“Las personas con enfermedades mentales muchas veces van al hospital psiquiátrico pero tampoco se pueden quedar ahí porque son pacientes crónicos y el tipo de atención que se da ahí es fundamentalmente para pacientes agudos”, expresó.
Y agregó: “Es increíble que en una ciudad de medio millón de habitantes no exista un hospital psiquiátrico o un hospital granja en el cual se interne a todos esos pacientes crónicos irrecuperables que no tengan familia”, sentenció.
CASTIGO PARA LOS CIUDADANOS
Autoridades de Seguridad Pública reportaron que se han registrado casos de ciudadanos que han sido detenidos por agredir a un enfermo mental que se encuentra en la calle.
“Hemos detenido a personas que se defienden de los enfermos, los subimos a la patrulla solo en lo que tranquilizan y se les recomienda que los eviten porque esas personas no tienen conocimiento de sus actos, ellos actúan por instinto y si se sienten agredidos reaccionan con agresión; no hemos remitido a nadie por eso, aunque la gente debe saber que eso es abuso, ¿cómo les vas a pegar a alguien que no sabe lo que hace? Pónganse en el lugar de la familia, a lo mejor hay gente a la que no le gusta ver a los indigentes o enfermos mentales, pero que tal si ese enfermo fuera parte de su familia, es cuestión de moral y principios” dijo un policía preventivo del sector del Centro Histórico.
Aún no existe una ley que castigue a los ciudadanos que abusen de los enfermos mentales, sin embargo, en el artículo 25 de la Ley de los Derechos Humanos para el Estado de Tamaulipas se permite a los organismos no gubernamentales dedicados a la atención de estas personas a denunciar cualquier caso de violencia.
La abogada Isabel Martínez, expresó que aquellos que agreden a un enfermo mental son responsables de un delito pues están atacando a quien no puede defenderse.
“Muchas veces se han presentado casos de personas que son remitidas por agredir a personas incapaces diciendo que solo se defendieron de ellos, sin embargo, esto es penado por la Ley de los Derechos Humanos porque sí es verdad que los incapaces tienen en ocasiones más fortaleza física que las personas comunes, aunque siguen siendo personas que no se pueden defender y eso es abuso, expresó.
Aún y cuando este problema es de carácter mental, la responsabilidad de atenderlo es un tema que pasa de escritorio en escritorio. Víctor Manuel García Fuente, jefe de la III jurisdicción Sanitaria, reconoció que esta situación ha pasado de administración en administración.
Lamentó que las familias de estos enfermos no sean responsables de ellos, además de que la Secretaría de Salud no tiene el personal suficiente para atenderlos, lo que contradice lo asegurado por Sánchez de la Barquera.
Al final, mientras parece que nadie quiere tomar responsabilidad de esta situación, los enfermos mentales que deambulan por la ciudad continúan siendo un riesgo para la población y ellos mismos.