En un hecho que estremeció a todo Tamaulipas, un enfrentamiento a balazos que duró horas en el interior del reclusorio de Cd. Victoria, varios uniformados fueron victimados a balazos por los custodios, entre ellos Eustorgio Olmedo, un policía de carrera, un elemento diferente que intentó cambiar el mundo y dignificar la profesión.
Para los compañeros de José Eustorgio Olmedo Santiago, muerto hace algunas semanas en el intenso tiroteo en el Cedes (Centro de Ejecución de Sanciones) de Ciudad Victoria no debió morir de esa manera.
En su opinión, era un hombre justo, disciplinado y muy apegado a la familia, cuyo único anhelo en la vida era defender a los más débiles y cambiar el mundo.
Para la viuda, Guadalupe Olivares Muñoz, fue un acontecimiento que estremeció a su familia y a semanas del deceso es algo que no pueden superar y mucho menos asimilar, pues jamás pensaron que un ex Gafe convertido en policía de Fuerza Tamaulipas fuera a morir en una balacera.
“Eustorgio siempre quiso ser un policía y estar en el bando de los buenos y en un tiempo estudio para ser un Gafe (Grupo Aeromóvil de Fuerzas
Especiales) hasta que obtuvo el máximo grado en el Ejército Mexicano”, mencionó con total desconcierto Olivares Muñoz.
Lupita, como le decía Eustorgio, todavía no da crédito a lo ocurrido aquel fatídico 6 de junio y se pregunta todos los días y a toda hora por qué los reos le arrebataron la vida a un hombre ejemplar, esposo cariñoso y bueno con sus hijos a quienes amaba.
“Ya pasó un mes del deceso de mi esposo y todavía me traen a la vuelta y vuelta. No he recibido nada por parte de las aseguradoras o alguna pensión o compensación por parte de Gobierno del Estado o alguna ayuda por parte de la Secretaría de Seguridad Pública”, denunció la viuda desde su casa ubicada en la colonia Paseo de las Brisas.
Olivares Muñoz expresó angustiada que Eustorgio siempre lo dio todo como policía y no es justo que en este momento de dolor, los traigan dando vueltas, incluso el día del homenaje que le brindaron a los tres policías caídos José Eustorgio Olmedo Santiago, José Aarón Martínez Guerrero y Moisés Ulises Pérez Martínez ni siquiera le pagaron el hotel donde se hospedó.
“Todos los gastos los absorbimos. Tuvimos que pagar hotel y comidas durante una semana hasta que se nos terminó el dinero. No pudimos cobrar los seguros de vida, ni siquiera la pensión por viudez, sólo pudimos dar de alta para consulta médica a mis hijos”.
Tras el homenaje póstumo rendido a los tres policías, dijo Lupita, tuvieron que regresarse a Matamoros y sólo traían bajo el brazo el retrato de su marido Eustorgio, el cual colocaron en la entrada de su casa.
“Ya cuando terminen las clases vamos a ir a Ciudad Victoria a tratar de arreglar el asunto de la pensión, así como cobrar los seguros, ya que en cada uno de ellos nos piden muchos requisitos y la verdad ellos no saben lo que es el dolor de haber perdido al jefe de la casa y que mantenía el sustento de esta familia”, expresó turbada por los recuerdos.
Señaló con gratitud que han sobrevivido de puro milagro y todo gracias a la solidaridad de los policías en activo de Reynosa, Río Bravo, Matamoros, Valle Hermoso y San Fernando, pues gracias a ellos por fin tienen un poco de dinero para comprar la despensa, ya que tenían varios días sin poder comprar lo más elemental.
Los compañeros de Eustorgio uno a uno fueron pasando la voz de las necesidades de la familia Olmedo Olivares y decidieron hacer una
colecta la cual depositan en una cuenta de la familia de Eustorgio.
La viuda acudió con el notario público, Rubén Hiram González, y le pidió ayuda porque el secretario de Seguridad Pública en el Estado, Luis Felipe López Castro y las compañías de seguros necesitan actas notariadas para poder pagar los seguros y la pensión.
‘NO MERECÍA MORIR ASÍ’
Alejandro G. policía retirado y compañero del destacamento Matamoros, lamentó la muerte de su superior José Eustorgio Olmedo a quien considerada un policía que siempre se preocupaba por los demás, una persona muy capacitada en el arte de la defensa y las armas.
“Sin lugar a dudas no merecía morir así, quienes lo conocimos sabíamos que era entrón, siempre se preocupaba por nosotros y era de los jefes que nunca andaba molesto, pero desafortunadamente son cosas que suceden y todo fue a causa de la corrupción que impera en los penales de
Tamaulipas”, dijo consternado el ahora ex policía.
Asimismo agregó que se enteró del deceso de Eustorgio dos días después y de inmediato se le vinieron a la mente sus hijos, pues en cada guardia siempre platicaba mucho de ellos y del amor que les tenía.
“Ese día sentí mucho coraje y tristeza, porque a mí también me pudo haber pasado eso, ya que yo pertenecí a esa corporación del año 2007 al 2014 y lo conocí cuando fui enviado al destacamento Matamoros donde Eustorgio era el comandante”.
Alejandro destaca que a mediados del año 2011 fue enviado a una comisión a San Fernando y desde entonces se separó de Eustorgio, pero se siguieron frecuentando por medio de la radio.
“Eustorgio era un hombre chaparrito con gesto adusto y perteneció al Ejército Mexicano donde se gradúo como Gafe y tomó cursos en el extranjero por ejemplo recibió adiestramiento con las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, con la Sayeret Matkal de Israel y en París con la gendarmería Francesa”.
A Alejandro G. le extraña la forma en que murió Eustorgio, porque no ha habido una explicación de parte de las autoridades estatales por lo que pidió que lo más pronto posible se le entreguen todos los beneficios a la viuda, ya que murió en cumplimiento de su deber y debe ser honrado como un policía ejemplar.
‘ERA UN POLICIA QUE QUERÍA CAMBIAR EL MUNDO’
Felipe S. es un policía en activo que estuvo bajo las órdenes del comandante José Eustorgio allá por el año 2006 en el destacamento Matamoros y al enterarse de los hechos manifestó “se siente feo perder a un compañero y peor aún, perder a un amigo”.
“Nosotros sabemos que es nuestro trabajo, para eso nos pagan y desde que entramos a la policía sabemos que algún día podemos morir en la raya, en un ataque, en una emboscada o en un rescate”, reveló dolido el policía.
Advirtió que todos los policías están fastidiados de los delincuentes y morir en cumplimiento del deber es uno de los riesgos que deben de correr, desafortunadamente y la de malas le tocó a Eustorgio.
“Considero que no lo mandaron al matadero, creo que faltó organizar bien la toma del Cedes, para que no hubiera bajas, Eustorgio estuvo en el lugar y la hora equivocada, la suerte no estuvo de su lado y murió dignamente como el policía que era”.
Recalcó que su muerte duele porque era un compañero muy querido por todos y a quien tenía más de 10 años de conocer, pero también está seguro que el destino de Eustorgio era morir con la frente en alto.
“Eustorgio nunca se rajó, siempre acató las órdenes superiores y prueba de que era de huevos, es que se metió al Cedes con la intención de tranquilizar a los reos que estaban amotinados”.
Para Felipe S. la disciplina era el rasgo distintivo, pero su mayor virtud era la hermandad, todos los compañeros le tenían aprecio, porque siempre demostró ser parejo y sobre todo un buen amigo a quien extrañarán y siempre lo van a recordar como el policía que intentó cambiar el mundo.
‘SE ME HIZO UN NUDO EN LA GARGANTA’
Juan G. es un ex policía que perteneció al destacamento Matamoros de la desaparecida Policía Estatal Preventiva (PEP) y actualmente radica en Houston, Texas lamentó el deceso de su amigo.
“Se me hizo un enorme nudo en la garganta. No lo podía creer porque dos días antes había estado texteando por medio del WhatsApp”.
“¿Qué puedo decir de Eustorgio?… definitivamente era un buen policía. Creo que el mejor del destacamento, a pesar de tener cara de enojado, siempre fue muy atento y nunca entraba en distracciones, siempre decía que para todo había tiempo, pero cuando estaban en servicio había que abrir muy bien los ojos”.
Eustorgio lo demostró con hechos, recordó Juan G., que era un buen compañero porque nunca los abandonó a pesar de que ellos apenas se acababan de graduar en la Academia de Policía.
“Yo le aprendí muchas cosas. Creo que aprendí más con él que en la academia y conforme pasaron los meses sentí un aprecio especial, era un hombre a carta cabal, jamás te traicionaría, es una pena, es una desgracia que haya muerto en el Cedes de Victoria”.
Subrayó que lo más importante para Eustorgio era su familia, siempre hablaba de ellos y siempre combatía a los delincuentes para que sus hijos jamás tuvieran contacto con ellos.
“Eustorgio era de buena madera. Ese cabrón si una naranja tenía y nosotros éramos cuarto policías en el turno la cortaba en cuatro partes para que todos alcanzáramos un pedazo, descanse en paz el comandante”, finalizó dolido el ex policía.
LO MÁS IMPORTANTE ERA SU FAMILIA
Leocadio D. también formó parte del famoso destacamento Matamoros, actualmente radica en Austin, Texas asegura que sintió un inmenso dolor en el corazón al enterarse de la muerte del comandante Eustorgio, pues le tenía una gran estimación.
“Era un muy buen amigo, me gustaba mucho el actuar de Eustorgio, ya que era muy parejo, siempre nos echaba la mano cuando se nos ofrecía, pero siempre nos decía primero hay que cumplir con el turno y después arreglamos las cosas”.
Leocadio D. estableció que lo más importante para Eustorgio era la familia y ahora le apena que la viuda este pasando por este trago amargo y sobre todo que le estén dando largas para pagarle los seguros y la pensión a la que tienen derecho.
Al igual que Alejandro G. conoció a Eustorgio en el año 2007 cuando lo cambiaron de Ciudad Victoria a Matamoros.
“Él fue quien me recibió para darme instrucciones y me acomodó en el dormitorio junto a otros compañeros.
“Eustorgio tenía un semblante de ser muy autoritario y serio en lo referente al desempeño de sus funciones como comandante y después de un par de semanas de conocerlo, nos hicimos amigos. En el argot policiaco se le conoce como hermandad”.
Recordó que el comandante siempre le decía que deberían tener el cuerpo ágil y listo para que en una situación de riesgo no los fueran a sorprender y por eso cada tercer día se iban a correr a cualquier parque.
“Realmente me dolió su muerte. Cuando recibí la noticia, no lo podía creer porque Eustorgio era de los policías que se preocupaba por su entrenamiento físico, hacía mucho ejercicio y siempre estaba preparándose en el manejo de las armas y el manejo de diversas situaciones de peligro”, comentó consternado el ahora ex uniformado. Aseguró que Esturgio era de los compañeros que renegaba de aquellos que hablaban mal de los uniformados, porque en México había dos clases de policías: “ los buenos y los malos”, siempre sugería a sus subordinados que se inclinaran por ser de los primeros.
“Eustorgio era de los policías que quería cambiar la forma de pensar de los mexicanos. En pocas palabras, quería cambiar el mundo y todos los días luchaba para que el nombre de la corporación no fuera tachada de corrupta”.
Leocadio D. exigió al gobierno que no traigan a la vuelta y vuelta a la viuda de Eustorgio y que lo más pronto posible le paguen la pensión y el seguro de vida a lo que tienen derecho todos los policías y más si murió en cumplimiento de su deber.
“Eustorgio luchó todos los días de su vida para que la ciudadanía viviera en paz y segura, ahora lo más justo es que su familia esté tranquila y que sus hijos lleguen a ser personas de bien en esta sociedad cada vez más afectada por la
violencia”.