
A 30 años del saneamiento de la laguna del Carpintero de Tampico hubo una especie de lagartos que no sólo se adaptó al entorno de este vaso lacustre, sino que extendió su reproducción a otros ríos y manglares del sur de la entidad. En Ciudad Madero y Altamira también han sido capturados algunos, pero –más allá de su atractivo turístico e imponente tamaño– la presencia de estos depredadores del género Moreletii inquieta a quienes residen cerca del atlas de riesgo y solicitan protección antes que un meteoro, chubasco
o marea provoquen que se sigan saliendo de su hábitat.
Principios de los años noventa. Unas pequeñas lanchas de fibra de vidrio, pedaleadas por niños, navegan con tranquilidad en uno de los embalses naturales más representativos de Tamaulipas. La brisa de los primeros días del otoño acaricia suavemente a los visitantes que observan con encanto el paisaje y disfrutan de la actividad recreativa.
Además de la playa Miramar, el fútbol o la feria, ese era uno de los atractivos de la época, pero los tiempos han cambiado y hoy sería impensable tripular una ligera barca de pedales o de remos en el mismo lugar:
Ahora es el santuario de los lagartos Moreletii, que son los inquilinos más famosos de la laguna del Carpintero y los alrededores. Tanto impacto ha tenido la presencia de estos animales que los habitantes de la zona sur del Estado fueron testigos del surgimiento de una subcultura popular en torno a dichos reptiles.
Hasta existe un icono (Juancho) que fue la sensación cuando era exhibido en un pequeño zoológico a la orilla del cuerpo de agua y el cual quedó inmortalizado en llaveros y en panes de dulce que llevan su nombre (y se venden a siete pesos por pieza).
Miles de visitantes han venido exclusivamente a la región para saber acerca de esta especie, incluido, Steve Irwin, conocido como “El Cazador de Cocodrilos”, un célebre documentalista australiano (ya fallecido) de Discovery Channel que dio la vuelta al mundo con los programas de Animal Planet.
Como nicho de mercado el comercio y la economía local lo ha acogido positivamente y son muchos los beneficios que este tipo de turismo de fauna silvestre genera; sin embargo, también existe un riesgo implícito, cuando alguno de estos ejemplares sale de su área o alguien invade su territorio.
De acuerdo con el comandante del cuerpo de Bomberos del puerto de Tampico, Juan García Hernández, ya ha habido ataques de cocodrilos Moreletii; el último en el recién terminado mes de septiembre, de un hombre que infringió la zona de peligro y fue mordido brutalmente.
“Salvó la vida, pero quedó con fractura expuesta de tibia y peroné por las heridas que el animal le ocasionó en piernas, además de otras en la espalda. Arrastrándose logró cruzar el boulevard Perimetral hasta una tienda de materiales, donde le fue prestada ayuda. Ya lo único que hicimos fue atenderlo en lo que llegaba la Cruz Roja para el traslado inmediato al hospital Canseco”, relató.
Con 34 años de servicio y 11 como jefe del Departamento, este funcionario operativo acumula muchas experiencias en rescates y es una de las voces más acreditadas para hablar de estos temas.
“La Laguna del Carpintero era un vaso que sufría mucho de contaminación, pero cuando fue saneada se le brindó un detonante turístico muy importante. Es el hábitat natural de varios tipos de especies, entre ellos encontramos a los cocodrilos que, según el cálculo que tenemos, debe de haber entre 100 a 120 ejemplares de distintas medidas en esa área y que constantemente atendemos por ahí sobre todo cuando se salen al paso a las colonias aledañas”, mencionó.
¡PELIGRO, NO PASAR!
García Hernández reconoció que cuando alguien transgrede el área donde los lagartos viven o tienen sus nidos éstos se tornan violentamente mortales.
“Por desgracia te podemos contar historias de personas que igual han sido atacadas o que, incluso, han perdido la vida por ingresar a lo que es la Laguna del Carpintero, de tal manera que sí es importante que la ciudadanía lo tome muy en cuenta y no pase a ese tipo de zonas.
“Podemos observarlos siempre y cuando no brinquemos la malla que existe alrededor, pero algunas veces la gente no presta atención. La misma cultura que tenemos de decir que no pasa nada hace que nos confiemos y en algunos casos ocurran esta clase de incidentes”, advirtió.
El entrevistado informó que desde que los cocodrilos comenzaron a proliferar en este vaso lacustre se han presentado siete ataques.
“Tres de ellos han sido mortales y en el resto resultaron muy lesionados. Hay un caso de una persona a la que le mordieron un glúteo años atrás, otra que ingresó por el área de manglares y que también fue mordida en una de sus extremidades y que afortunadamente logró librarse del animal, lo que le ayudó a que viniera a pedir ayuda aquí a las instalaciones y que solicitáramos el auxilio de la ambulancia.
“Y el otro que comentaba, que dentro de sus lesiones tenía fracturas expuestas, pero logró zafarse. Fue un señor de 65 años, pero el último fallecimiento a causa de un cocodrilo tiene al menos unos cuatro años. La persona de unos 20 años de edad estaba pescando en una área no permitida y fue emgullido por el reptil hembra, que creemos tenía un nido porque estaba muy agresiva. Duramos mucho todavía, aproximadamente tres horas en lograr quitarle el cuerpo del hocico”, recordó.
BOMBEROS CERTIFICADOS
Es debido al peligro que representa atender un llamado de auxilio de esta categoría que los elementos de la corporación reciben varios cursos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para poder hacer el manejo de la especie, que no es sencillo, ya que existen evidencias de que los lagartos han tirado coletazos, dejando a los captores a merced de sus fauces.
“El cuerpo de Bomberos es una institución que representa la primera atención a la población en caso de cualquier situación de emergencia y dentro de esto vienen actividades que no se veían hace años como ésta; antes eran los enjambres de abejas y después vinieron los cocodrilos.
“Pero por lo general hemos trabajado también atrapando víboras, tlacuaches, mapaches y todo aquello que en un momento dado pueda perjudicar a la población”, añadió.
Esta es una jurisdicción de la Profepa porque los lagartos Moreletii son catalogados como una especie en peligro de extinción, de tal manera que para atraparlos deben tomar una capacitación.
“El cuerpo de Bomberos no puede llegar así nada más, porque no es como agarrar un gato o un perro. Necesitamos tener cierta información y, sobre todo, seguir los lineamientos establecidos por las autoridades para capturar al animal sin lastimarlo.
“Obviamente también debemos cuidar la integridad de los elementos, entonces es un cúmulo de cosas en las que buscamos evitar que alguien resulte herido”, detalló.
García Hernández explicó que el Departamento cuenta con un permiso especial para poder hacer las capturas de los reptiles, levantarlos y regresarlos a su hábitat.
“No podemos ni retenerlos si quiera, ni trasladarlos a otro lugar, aunque el animal vuelva a salir dos días o tres días después ese es un protocolo que tenemos que seguir, porque recordemos que son una especie protegida”, remarcó.
Acerca de si existe o no una sobrepoblación de la especie, debido a que han sido capturados en otros puntos del sistema lagunario del sur del estado y hasta en zonas urbanas, el comandante expresó que éstos controlan sus colonias.
“No puedo decir con exactitud si hay una cantidad excesiva de cocodrilos. En el último censo que se hizo hace como 14 años se manejó un aproximado de 80 de distintas medidas. Dentro de las capacitaciones que recibimos sobre el comportamiento del animal hemos aprendido que existe una autorregulación por así decirlo entre ellos mismos; es decir, el macho alfa en un momento dado cuando nace un grupo de cinco o seis va a comerse a cuatro o a tres.
“Los va a matar, entre ellos mismos controlan su población. Si es hembra la dejan y si es un macho entre cinco dejan uno. Ya tendrían que ser otras autoridades las que determinen si la Laguna del Carpintero cuenta o no con las medidas factibles para este tipo de especie.
OTROS FACTORES DE RIESGO
No obstante, los expertos reconocen que pudiera haber un mayor peligro en caso de que en la región golpee un ciclón de fuerte categoría o se registren lluvias copiosas que generen inundaciones, por lo cual indicaron la importancia de que la ciudadanía se entere cuáles son los sectores más vulnerables y evacúe su domicilio en caso de ser necesario.
“Cuando tenemos tormentas atípicas, no necesariamente por algún efecto climatológico de fenómeno, es lo que por tradición sucede, de manera particular en la Laguna del Carpintero, que es lo que tenemos más cerca; sin embargo, los afluentes del río Tamesí, del Pánuco e, incluso, la Laguna del Chairel también son hábitat de
cocodrilos, entonces con las precipitaciones aquí en la laguna se hace un vaso de captación de agua de todas las colonias aledañas, sube más el nivel y esto genera que el animal no tenga un lugar en donde espaciarse.
“Ellos necesitan en determinado momento tomar sol o estirarse o tan sólo salir del agua como regularmente los vemos cuando tenemos marea alta en algunas partes del canal de la Cortadura, que los animales salen y se van a las colonias o a las orillas para reposar, entonces no se diga si tenemos lluvias torrenciales…
“Hemos tenido casos en que atendimos a personas que están sufriendo alguna inundación pero a la vez capturamos cocodrilos dentro de las colonias, en los afluentes, por eso es muy importante que la población primero que nada analice qué tipo de riesgos pudiera haber con lluvias torrenciales, no solamente de los cocodrilos e identificar bien su zona”, recalcó el funcionario.
Y dijo que dentro de la Secretaría de Protección Civil existe una carta documentada donde aparecen todos aquellos sectores que son vulnerables a anegarse.
“Bomberos como brazo operativo los tiene identificados y sabe a dónde debe acudir primero, aunque déjenme decir que, especialmente quienes radican cerca de estos afluentes, de una u otra manera ya conocen y saben la situación, así que muy amablemente nos reportan cuando requieren de una atención que tengamos que brindar”, especificó.
LOS CAZACOCODRILOS
Por su parte, Pedro Romero Sánchez, secretario de Protección Civil de Tampico, detalló que en lo que va del año se han realizado más de 60 atenciones relacionadas con los lagartos.
“La mayor parte son en la Laguna del Carpintero y la intervenciones que tenemos con la Profepa se presentan cuando uno de los animales fallece. Este año apareció por ahí uno muerto y ellos determinan cuál es el destino final”, refirió.
Por esto el funcionario destacó que la capacitación del personal de Protección Civil es ahora más amplia y sus tareas misceláneas.
“Aquí en Tampico esta labor es asignada a Bomberos, que también tiene la preparación contra incendios, en búsqueda y rescate; primeros auxilios y en el manejo de residuos o materiales peligrosos. Se han ido profesionalizando y en general estamos constantemente recibiendo cursos del gobierno federal, así como del gobierno estatal.
“Sabemos ahora que hay tantas cosas que suceden en la ciudad y ahí tenemos un cuerpo de personas que están capacitadas para intervenir y una de las preocupaciones que ha tenido nuestro presidente, Chucho Nader, es eso, que el personal reciba una capacitación constante”, subrayó.
En cuanto a las maniobras de los cocodrilos dijo que hay un grupo de ocho elementos muy preparado el cual, en conjunto con la Coordinación Regional de Protección Civil, ha intercambiando experiencias y conocimientos.
“Tienen ya una técnica que de alguna manera les permite inhabilitarlos y controlarlos. Si es posible en ese momento se regresan a su hábitat y cuando hay que trasladarlos se hace bajo la supervisión de la Profepa”, pormenorizó.
VARIACIONES HISTÓRICAS
Es por los riesgos que ahora los lagartos representan (a diferencia de los años 90), que la Capitanía del Puerto decidió que no era factible navegar en la Laguna del Carpintero con embarcaciones ligeras.
“Me tocó la transformación de este lugar cuando todavía no existía el boulevard Perimetral. Los cocodrilos fueron llegando de una manera natural. Desde que tengo uso de razón no existían tantos. Antes de la escuela Náutica Mercante había una colonia con casas de madera en una especie de zancos. A la gente la reubicaron a colonias como Barandillas y la Tolteca.
“Antes muchos se dedicaban a la pesca ahí, pero la laguna fue cambiando hasta nuestros días, que ya existe una reglamentación. Ya la mayor parte de aquellas descargas de aguas residuales fueron eliminadas y ahora llegan al drenaje sanitario, o sea, hemos ido tratando de cambiar eso, se ha ido modernizando el sistema de uso de suelo y los recursos hidráulicos.
“Existía ya el canal de la Cortadura, que es algo natural que tenemos, pero considero yo que en Mexico, por estar dentro de una ciudad casi en el Centro y la Laguna del Carpintero tiene este brazo que va a desembocar al río Pánuco”, explicó Romero Sánchez.
Manifestó que la naturaleza de los cuerpos de agua de la región sur de la entidad permite que estos animales lleguen a otros municipios.
“Han aparecido hasta en Altamira. Se dice que en la laguna del Chairel hay algunos. El cocodrilo de aquí se ha ido adaptando a las aguas donde hay menos sal”, abundó el secretario local de PC.
VECINOS INTRANQUILOS
Don Pablo López es residente de la colonia Tamaulipas. El Paseo de la Cortadura colinda justamente en la parte de atrás de su domicilio. El hombre de la tercera edad ha pasado toda una vida en el mismo lugar, porque éste también fue el hogar de sus ancestros.
Para él mirar a los cocodrilos en la laguna del Carpintero siempre ha sido algo asombroso, pero desde hace un tiempo verlos afuera de su casa le ha resultado preocupante, aunque agradece que el gobierno ha embellecido la zona.
“Cada noche salen, traen mucha hambre porque andan siguiendo pedacitos de unicel. Van directamente y se dan cuenta de que no son comida. Están cazando por ejemplo a los pichones, nada más se ven los ojitos donde salen pero lo peligroso de todo esto es que ya se están empezando a subir aquí a la banqueta, eso es lo peligroso, mira”, señaló el sitio donde se ponen.
Este hombre que ya camina lento manifestó que a diario, especialmente entre las 6:00 y 8:00 de la noche, es común observar a los lagartos en el mismo canal que él y sus hijos nadaban cuando eran muchachos y el agua se encontraba más limpia.
“Yo estaba viendo la posibilidad de decirle al municipio que pusiera una red de protección antes de que pasara una desgracia, ya ves que cuando agarran a un niño ahora sí todos corren… y por eso digo que ahorita que hay tiempo. Aquí afuera de la casa he mirado que andan varios juntos, dos lagartos de un par de metros de largo y uno como de tres metros. Yo los veo por su cuerpo y ahorita precisamente en la mañana aquí estaba uno, son muy ligeros para nadar”, describió.
El riesgo, precisó, no solamente es para quienes salen de sus casas, sino también para los visitantes que transitan por la calle Obregón o del otro lado del paseo, donde está su vivienda, porque al no enterarse que los reptiles reposan en las banquetas pueden ser atacados.
“Antier se cayó un niño allá enfrente andando en la bicicleta, como el agua sube… entonces perdió el piso y se fue con todo y bicicleta al canal, pero gracias a los amigos con los que andaba, se aventaron y lo sacaron.
“El cocodrilo estaba ahí y en un movimiento lo sacaron sin que hubiera algo que lamentar. La bicicleta allí se quedó, entonces también hay señoras que pasan tomándose fotos y siempre les digo que tengan cuidado y me dicen, –es que es mansito señor– y yo: ¡si no son perros señora!
“Algunas personas del gobierno han atendido nuestras llamadas y con un palo de escoba los asustan para que los lagartos se vayan, pero lo ideal es que los trasladen a su lugar para que no pase una tragedia, además de que sube la marea y se salen por las coladeras que no tienen reja y andan en las banquetas”, consideró.
Y es que el afable vecino manifestó que antes no se veían estos animales por el sector, así que pidió a quienes vienen de visita tomar sus precauciones de día y de noche.
“Esto donde vivo fue de mi abuelo, de mi papá y ahora mío y de mis hijos. El canal de la Cortadura antes estaba más limpio porque había poca gente, se veía transparente el agua, así que nos metíamos, pero ahora no.
“Los cocodrilos vienen aproximadamente desde el ’90 para acá. Los trajeron a propósito como una forma de atractivo turístico para la ciudad, eran unos cocodrilitos que se multiplicaron bastante y se extendieron por todos lados, nada mas llueve y se salen”, relató.
Don Pablo dijo que después se hicieron las banquetas para que acudiera la gente a pasear con el novio, la novia, a hacer ejercicio o simplemente caminar, pero que ahora mismo no es aconsejable, porque los lagartos están ahí y pueden sigilosamente atacar a alguien.
“Por lo que veo hay solamente dos opciones: poner un retén aquí en el mercadillo de la 2 de Enero o en el Perimetral; es decir, una malla que no permita que los caimanes pasen, porque vienen del Pánuco o de la Laguna del Carpintero”, solicitó. Lo cierto es que ahora los lagartos Moreletii son los amos y señores de canales, ríos, lagos, lagunas y manglares del sur de Tamaulipas. Su presencia representa la maravilla de unos y el peligro para otros.