Tras cumplirse tres años del ataque al Casino Royale, los familiares de las víctimas se reunieron para celebrar una misa en memoria de las 52 personas que perecieron el 25 de agosto del 2011.
Para ellos la tragedia no se olvida, por eso tal y como lo hacen cada año, se reunieron en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen en punto de las 16:00 horas, para recordar a sus
seres queridos
En la misa a cargo de Monseñor Miguel González, se habló de la resignación, el perdón y la sabiduría para salir adelante, diciendo que la acción más saludable es la aceptación.
“Hoy nos reunimos para escuchar la voz desinteresada y más importante a escuchar: la de Dios, para pedir por cada persona, por cada familia para que puedan continuar con su misión en la vida.
“Yo los invito a que en este tercer aniversario la lucha que estén haciendo la hagan animados por la fe de Dios, sin rencor”, dijo el párroco.
Al lugar acudieron casi 200 personas, destacando los arreglos florales que se ubicaron en el altar del templo, mismo que iban acompañados por los retratos de algunas de las víctimas, los cuales fueron bendecidos.
Al concluir la celebración, los asistentes emprendieron una marcha rumbo a donde se encontraba la casa de apuestas. Una vez ahí, colocaron los arreglos florales y ofrecieron una oración para el descanso de sus familiares.
INDIGNA ‘FUENTE DE VIDA’
Después de meses de promesas incumplidas,
las autoridades estatales y municipales inauguraron de manera extraoficial el memorial prometido a los familiares de las víctimas del atentado Royale.
Sin embargo, el monumento no es el que las familias esperaban, pues las autoridades se habían comprometido a erigir uno de 12 metros pero terminaron haciendo uno de apenas 1.60 centímetros de alto por 1.40 centímetros de ancho.
Esto causó la indignación de los familiares de las víctimas, quienes consideraron que la obra “la hicieron por cumplir”.
De hecho durante la marcha para conmemorar los tres años de la tragedia, ninguno de los vecinos se acercó al memorial y decidieron dejar sus ofrendas en las ruinas del casino.
Brenda Sánchez, quien diseñó la “fuente de la vida”, como se esperaba bautizar al memorial, aseguró que lo que hicieron no fue lo acordado con las autoridades e incluso comenzaron a construirlo sin avisarle a nadie.
De acuerdo a la creadora del diseño, la petición original era que el memorial estaría situado en el camellón central de la Avenida San Jerónimo, enfrente del Casino, pero se ubicó en contra esquina, justo en el cruce de la calle Jesús M. González.
A la vez, se habían pedido 54 chorros de agua, los que representarían a cada una de las víctimas (52 personas y los no natos) pero sólo se colocaron 52.
La fuente de la vida, tiene un nudo en forma de corazón al centro, lo que representa el amor por sus familiares y 52 chorros en símbolo de la vida, explicó Brenda Sánchez.
Sámara Pérez y Edmundo Jiménez, familiares de otros fallecidos, también alzaron la voz y mostraron su inconformidad no sólo por el pequeño memorial, sino porque desde hace un mes y medio se colocó un parada de autobús afuera del Casino.
Además se colocó un anuncio publicitario a un par de metros del memorial, mismo que promociona la imagen del diputado panista Alfredo Rodríguez, mismo que es más grande que el monumento.
En el lugar se encontraban ofrendas florales por parte del Gobierno del Estado y del municipio de Monterrey, sin que se contara con la presencia de alguna de las mencionadas autoridades.
‘ME DUELE ESTAR EN MONTERREY’
Aunque para los regiomontanos la tragedia cumple tres años, para Alejandro Morales Angeles, padre de Rubén, una de las víctimas en el incendio, es un hecho reciente que no termina de doler.
“Yo me fui a Querétaro después de la tragedia, porque me duele, me duele estar en Monterrey y me duele lo que vivimos mi hijo y yo aquí”, dijo.
Rubén Morales Castillo de 19 años, tenía una hora de haber ingresado a trabajar al Casino Royale, “su primer día, su primer hora”, expresó su padre.
Recuerda aquel día en que su hijo
le dijo “papá ya me voy a trabajar, me va a ir muy bien”, y le dio un beso en la mejilla. Fue la última ocasión en que lo vió con vida.
Alejandro, quien se mostraba afligido y sin dejar de llorar, relató las últimas palabras que le dijo su hijo, pero además se mostró ofendido por la obra realizada por las autoridades.
“Con ese monumentito que hicieron, siento que ofendieron a los fallecidos y los familiares, es insuficiente, porque el proyecto original era de 12 metros”, dijo.
Agregó que nunca guardó rencor hacia quienes hicieron ese daño tan terrible, lo único que le interesa es el cariño y amor que le tiene a su hijo, “yo ni me espero nada, más que la justicia divina, pero de gobierno no”.
Al finalizar, fue el único de los familiares que se acercó a observar a detalle el memorial, sosteniendo la fotografía de su vida.
En la misa repartió oraciones en memoria de Rubén de 19 años de edad donde decía:
“La vida es una mezcla de lluvia y de sol, de placer y dolor, aunque las nubes logran algunos días opacar el tiempo, la fe hace que todo vuelva a brillar”.
