El alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, compartió en redes sociales su amena reunión con un proveedor del ayuntamiento (Hilario Martín Landa Herrera) que en 2004 fue encontrado culpable del robo de una subametralladora Uzi 9mm cuando era comandante de la desaparecida Policía Judicial del Estado, entre otros señalamientos.
En un lugar de Nuevo Laredo, el domingo 5 de febrero el alcalde Enrique Rivas Cuéllar convivía con amigos viendo el Súper Tazón entre los Patriotas de Nueva Inglaterra y los Halcones de Atlanta. Con ellos, muy sonriente, el edil panista posó para la cámara y la foto circuló en redes sociales.
A su izquierda aparece un hombre robusto con camisa azul, pelo corto canoso y gorra negra. Su nombre: Hilario Martín Landa Herrera, ex agente de la Policía Ministerial del Estado de Morelos, acusado sin pruebas de participar en secuestros y en el asesinato de su superior. Y ex jefe de Seguridad Pública en Nuevo Laredo en la administración priista de José “Pepe” Suárez López.
Los otros dos aparentan mayor edad y, como el alcalde, lucen cachuchas estilo cazadores con el diseño bordado del equipo perdedor.
Rivas Cuéllar está en primer plano y es quien sostiene el celular. Es el más sonriente y está en el centro de la toma fotográfica con un suéter azul y también una raya blanca en el cuello. Su sonrisa es inconfundible, la misma que le ayudó a ganar la simpatía de los electores en las elecciones del 5 de junio del año pasado.
Sonrisa que seguramente desapareció cuando el mariscal de campo de los Patriotas, Tom Brady, remontó el marcador en el último cuarto, para ganar el supertazón y dejar tiradas en el césped las ilusiones de los Halcones.
Casi 12 años atrás, el miércoles 1 de diciembre de 2004, en el Periódico Oficial del Gobierno de Tamaulipas se publicó un edicto que involucró a Landa Herrera, siendo comandante de la extinta Policía Judicial del Estado, en el extravío de una ametralladora.
Dirigido al hoy amigo cercano del alcalde Rivas Cuéllar, con quien compartió la carne asada y las botanas el domingo del Súper Bowl, el documento alude al “C. Hilario Martín Landa Herrera. Domicilio desconocido. Presente”, mismo que se transcribe textualmente:
“He de agradecer a Usted, se sirva de presentar ante este Órgano de Control, sitio Palacio de Justicia Segundo Piso, en Boulevard Praxedis Balboa de esta Ciudad, en un término de cinco días hábiles que empezarán a contar el día siguiente de la última publicación del presente edicto en el Periódico Oficial de las nueve a las dieciocho horas, a una Audiencia que se celebrará con motivo de las presuntas irregularidades cometidas por Usted, durante el desempeño como Comandante de la Policía Ministerial del estado en Miguel Alemán, Tamaulipas, en la época de los hechos”.
A Landa Herrera se le acusaba de violar el Artículo 47, fracciones I, XXI y XII de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado, en relación con el Artículo 37, fracción XV del Reglamento de la Policía Judicial del Estado, hoy Policía Ministerial:
“Consistente en el daño al patrimonio del Estado, derivado del extravío del arma Clase; subametralladora, Marca Uzi, Modelo 21, Calibre 9mm., Matrícula 9063221, con Folio del registro federal de Ramas (sic) D 11314, e inventario 0312, que (Landa Herrera) tenía bajo resguardo; en relación al oficio 3136, signado por el Director Administrativo de la Procuraduría, quedando a su disposición el procedimiento administrativo al duro indicado para cualquier consulta”.
El edicto que mandó al hoy amigo del alcalde Rivas Cuéllar, estaba firmado por Blanca Patricia Avila Castillo, entonces titular del Organo de Control en la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Y remataba: “Se le comunica que en la misma (audiencia) podrá ofrecer pruebas y alegar lo que a su derecho convenga, pudiendo hacerlo usted mismo (Landa Herrera), o por medio de un defensor, debiendo señalar domicilio en esta Ciudad para oír y recibir notificaciones conforme a lo dispuesto en el artículo 93 de la Ley Procesal Pe- nal en el Estado”.
Se fundamentaba el escrito en los Artículos 45, 64 y 65 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado de Tamaulipas.
¡CULPABLE!
Cuatro años después, el 27 de agosto de 2008, en otro edicto se dictaminó la culpabilidad de Landa Herrera junto con Gilberto García Garza por la desaparición del arma de grueso calibre propiedad del Estado, exonerando de los hechos a tres supuestos agentes de nombre Eleazar Cervantes Lomelí, Luis Lauro Meléndez Fores y Fausto Carreón Castillo.
“Por lo que por acuerdo del C. Procurador General de Justicia del Estado, se le impone a los CC. Hilario Martín Landa Herrera y Gilbrto García Garza, la sanción consistente en (mayúsculas) SUSPENSION DE SUS FUNCIONES SIN GOCE DE SUELDO POR UN TÉRMINO DE (5) DIAS; asimismo y en virtud de que el actuar del servidor público implicado HILARIO MARTIN LANDA HERRERA le ocasionó un daño al patrimonio del Gobierno del Estado, cuyo monto es de $7,502,65, cantidad que queda pendiente y que corresponde al costo de la SUBAMETRALADORA marca UZI Calibre 9mm, Modelo 21, Matrícula 9063221 e inventario 312, cuya cantidad excede de cien veces el salario mínimo…”.
Por lo mismo, según el edicto donde se resolvió la culpabilidad del amigo del alcalde Rivas Cuéllar, quedaba pendiente la sanción económica que el involucrado en la desaparición del arma de grueso calibre debería de pagar al Estado.
Hora Cero buscó saber si Landa Herrera renunció o fue dado de baja de la Policía Judicial del Estado por los hechos, pero no se pudo obtener la información por las vías oficiales.
PROVEEDOR DEL AYUNTAMIENTO
La relación del alcalde Rivas Cuéllar con Landa Herrera no solamente quedó confirmada en una reunión de amigos viendo el Súper Tazón, sino que para no dejar dudas, su nombre aparece como persona física en el Padrón de Proveedores del actual Ayuntamiento panista de Nuevo Laredo.
Con el número de proveedor PA-0285/14, el ex comandante judicial ofrece al municipio el servicio de transporte ejecutivo y empresarial, sin especificar el tipo, a qué dependencias y a cuánto asumen los cheques que ha recibido de la tesorería.
Hora Cero solicitó al ayuntamiento información al respecto vía correo electrónico a la dirección de comunicación social, pero no hubo respuesta.
Pero que Landa Herrera tiene relación comercial con el alcalde Rivas Cuéllar eso es inobjetable, como se puede ver en el portal www.nld.gob.mx en su apartado de Transparencia en el Padrón de Proveedores.
En una búsqueda en Internet, el proveedor con sus apellidos primero y sus nombres después, aparece ofreciendo servicios de “Lipoescultura en Nuevo Laredo” en un negocio ubicado en Avenida Reforma 5601. Centro. Con teléfono (871) 7173365.
En otra página se encontró que en ese mismo domicilio hay una Estética Masculina Clínicas en Nuevo Laredo (TAMPS), se escribió textualmente.
Antes del robo de la subametralladora Uzi 9mm por la cual fue encontrado culpable, Landa Herrera sirvió en una administración del PRI ocupando en dos ocasiones la dirección de Seguridad Pública de Nuevo Laredo entre 2002 y 2003, con el entonces alcalde José Manuel Suárez López.
El 25 de septiembre de 2003 el periódico El Norte de Monterrey publicó una nota donde textualmente se consignó:
“En medio de la violencia que se vive en esta frontera, de manera sorpresiva ayer se realizaron cambios en el Departamento Municipal de Seguridad Pública, al ser despedido el director Antonio Aguilar Candelaria.
En su lugar se nombró a Oscar Montiel Miranda, quien ayer tomó protesta como nuevo director de Seguridad Pública, además se removió del cargo al Subdirector Operativo del mismo departamento, Martín Landa Herrera, quien era investigado por sus presuntos antecedentes penales en Morelos, donde se le relacionó con una banda de secuestradores.
Landa Herrera fue enviado a la Dirección de la Academia de Seguridad Pública y el cargo que ocupaba quedó vacante”.