
Hasta el mes de noviembre de 2021 en Tamaulipas había 11 mil 573 personas desaparecidas, según cifras de la Comisión Nacional de Búsqueda. Se trata de hombres y mujeres, padres y madres de familia, jóvenes, adolescentes, niñas y niños. Nada se sabe de ellos.
Aunado a eso, quienes indagan el paradero de sus seres queridos prácticamente están solos. Además de la tragedia de pensar que pudieron ser torturados y asesinados, se topan con una muralla burocrática de funcionarios y de cuerpos policiales coludidos con la delincuencia que no les permite encontrarlos.
Tamaulipas es la segunda entidad con mayor cantidad de personas desaparecidas y uno de los estados donde el número de ejecuciones no ha descendido desde el sexenio de Felipe Calderón, cuando el gobierno le declaró la guerra al narcotráfico.
Los sucesos violentos se han multiplicado por todo el territorio, pero el área norte es la que concentra la mayor parte de los casos. Es por eso que viajar a ciudades como Nuevo Laredo, Matamoros o Reynosa se ha convertido en un sinónimo de peligro.
Desde Ciudad Victoria parte un convoy de la Guardia Nacional con vehículos de civiles que necesitan hacer el desplazamiento a la zona fronteriza. Esto hace pensar que si viajar de día ya es de por sí riesgoso, de noche podría ser un asunto de vida o muerte.
En el camino ocasionalmente se observan algunas patrullas, pero la sensación de miedo sigue siendo inminente. En el auto se trasladan dos ocupantes adultos. Una mayor cantidad de pasajeros puede despertar sospechas y no es aconsejable.
Al llegar al municipio de Reynosa se percibe una tensa calma. La frontera de Tamaulipas es una zona militarizada, pero ni aún con eso han podido controlarse delitos como los secuestros. La gente se ha vuelto desconfiada.
Para el domingo no se observan muchas familias paseando por las calles. En cambio, en las avenidas principales los vehículos corren aprisa. No hay elementos viales atendiendo el tránsito.
Algunos de los fronterizos acuden a un tianguis muy grande que se extiende por más de dos kilómetros a un costado de las vías del ferrocarril. Abundan productos originarios del “gabacho”, pero también es muy concurrido por vendimia de comida.
En un territorio de contrastes otros tienen una prioridad diferente, protestar frente al palacio municipal por la desaparición forzosa de sus familiares. Un grupo numeroso de personas se concentra en la plaza y tiende pancartas sobre el suelo.
En éstas aparecen las fotografías, las fechas y los lugares donde perdieron el contacto con ellas; en las mantas se encuentran amas de casa, estudiantes, maestros, obreros y taxistas, entre otros, que desaparecieron sin dejar rastro.
Sus familiares están unidos en esta misión: encontrarles vivos o muertos.
NO HAY AVANCES
Al frente de uno de los colectivos de búsqueda se ubica Edith González, de ‘Amor por los Desaparecidos de Tamaulipas’. A ella le secuestraron a su hermano Azael Treviño García, que salió de su casa desde el 28 de marzo de 2019. Tenía 15 años de edad.
Ella es solo una de las muchas personas que buscan un familiar. Aunque en reiteradas veces han pedido a las autoridades atender sus casos y agilizar los procesos, sus reclamos no han tenido eco.
Señala que los Ministerios Públicos son bodegas para archivar expedientes. Miles de personas han sido privadas de su libertad, pero ahí solo se guardan literalmente las carpetas de investigación; todos los procedimientos son muy lentos. Existe una gran infraestructura gubernamental, pero pocos resultados, lamenta.
Las madres y hermanas buscadoras de Reynosa escudriñan por su cuenta. Gastan todo lo que tienen para seguir investigando y tocando puertas.
Algunos grupos en contra de la violencia de género les acompañaron en el centro de Reynosa.
Entre las manifestantes hay quienes buscan un hijo, hija, un hermano, un esposo o esposa, pero también están aquellas que sí pudieron enterrarlos porque se los mataron.
Los carteles con los que anuncian sus casos, que, son tantos que parecen una alfombra al frente de la Presidencia. Un tapiz de muertos y desaparecidos.
Y peor aún, en esa ciudad lejos frenarse los asesinatos y feminicidios, se siguen consumando. El mes de mayo inició con la decapitación de una mujer en un condominio del fraccionamiento La Cima. Su nombre era Abigail, tenía 30 años. El cuerpo fue a la morgue. Después siguió la desaparición de Antonio Alexis el día 7 de mayo, cuyo caso está sin pistas.
A decir de la presidenta del colectivo ‘Amor por los Desaparecidos de Tamaulipas’, ya se ha extraviado la cuenta de tantas personas a las que se les ha perdido su paradero, porque muchas no están en los registros.
“El problema es tan grave que hay un porcentaje considerable de la población que tiene algún familiar o amigo que ha sido desaparecido. Sinceramente ya estando en este camino se da uno cuenta de muchas personas que están pasando por la misma situación”.
> ¿Ustedes han tenido suficiente apertura por parte de las Fiscalías y los Ministerios Públicos?
“De los Ministerios Públicos locales no, batallamos mucho con los Ministerios Públicos locales. Tenemos un poco más de comunicación y respuestas con la Fiscalía en Ciudad Victoria. Son los que a veces nos apoyan en algunas investigaciones.
“En lo particular en la Comisión de Búsqueda estamos muy lentos en cuanto a procesos. Hay una comisión para todo Tamaulipas pero no se avanza nada en lo absoluto.
“En ese sentido existe un gran rezago, mucho que no se está trabajando, que no se está haciendo. Los MP locales son el problema, los policías locales son el grande problema y las personas que están ahí como servidores públicos. En el área de víctimas no hay apoyos, el jurídico nunca te asesora como debería.
“Más que nada en los Ministerios Públicos locales es donde enfrentamos más la problemática”, expone Edith González.
La entrevistada reconoce que el aparato de justicia en Reynosa tiene una gran infraestructura, hablando de la Fiscalía, de jueces, de magistrados, de oficinistas, de instalaciones, pero pocos son los avances.
“La infraestructura la enfocan hacia otras áreas, pero específicamente en el tema de desaparecidos están muy cortos en cuanto a recursos. Siempre nos topamos con que no hay vehículos, va uno y pide copias de la denuncia y no tienen hojas, no hay personal la verdad. Tampoco hay apoyos para los viáticos para salir a buscar a nuestros familiares”, explica.
González agrega que las personas siempre se topan con la falta de recursos en el área de desaparecidos.
“Tal vez en otros lados están derrochando para pagarle a los burócratas el dinero que falta acá. Hace tiempo no había ni una patrulla para personas desaparecidas. Los familiares tienen que mover a los propios policías para ir a hacer sus investigaciones, ¿cómo es posible eso?
“Es muy vergonzoso, solicitamos una patrulla, no se podían mover, no se podían hacer las investigaciones, la patrulla estaba ‘pal perro’ la verdad, no servía y nos tocó tener que ir en el carro personal porque los policías no tienen patrullas para atender el tema de los desaparecidos.
“Por lo regular siempre estamos en la Fiscalía pidiendo nuestra papelería, nuestros expedientes, pero nunca tienen hojas, o sea, es algo vergonzoso que el tema de la inseguridad es la mayor demanda y no le otorguen los recursos”, señala.
CIVILES HACIENDO
EL TRABAJO DE POLICÍAS
Tanto es el rezago en Tamaulipas que la presidenta del colectivo expresa que los mismos familiares de los desaparecidos son los que tienen que realizar las tareas de investigación.
“Realmente a los que nos toca estar indagando con nuestros recursos y haciendo la cuestión de la investigación es a nosotros. Siempre hemos solicitado a las autoridades, les hemos llevado la petición en la cual les pedimos que aquí en Reynosa se abra una oficina auxiliar de búsqueda, porque aquí es alto el índice de desapariciones.
“Solamente hay una oficina de la Comisión de Búsqueda en Ciudad Victoria con un juzgado de búsqueda y es todo, entonces nosotros como colectivo lo que nos hace falta aquí es que se aperture una Comisión de Búsqueda auxiliar en Reynosa, que cuente con un Ministerio Público, con los peritos necesarios, con la seguridad privada para los operativos, con una unidad canina y con el personal auxiliar del MP.
“Así como está en Victoria que lo hagan acá también, para que de esta manera se le dé atención inmediata a estas búsquedas, para poder brindar la atención a los colectivos y a los operativos constantes”, indica.
Edith González también denuncia la falta de empatía por parte de las autoridades, ya que les ponen muchas trabas a la hora de atenderlos.
“Muchas veces uno como colectivo va a la Fiscalía y no te atienden para tus búsquedas porque siempre andan ocupados. Entonces solamente hay cuatro MP en Reynosa, de los cuales dos están en funciones, porque hay dos que están con averiguaciones previas y no reciben denuncias.
“A veces una persona pone una denuncia y no los atienden en el momento porque te dicen que andan en operativos, en diligencias o en otras actividades. Es por eso que se requiere otra oficina que atienda en específico esa área y las denuncias que van llegando constantemente”, manifiesta.
Aunque en la ciudad de Reynosa existe un numeroso personal trabajando para los poderes ejecutivo y judicial, como corporaciones, ministerios públicos y juzgados y pese a ser ésta una de las ciudades a nivel nacional que más personas desaparecidas tiene, ese departamento trabaja con una plantilla laboral muy reducida.
En el área de Personas No Localizadas (PNL) están integrados ocho policías investigadores y no todos están en función porque se van a guardias y a descanso, mientras que los auxiliares son como ocho personas, siendo que la seguridad es uno de los rubros a los que se supone se destina más dinero.
“Inclusive peritos hay como dos nada más. Para que se pueda el público dar una idea andamos en búsqueda y solamente nos acompaña un perito y en todo este tiempo he llegado a conocer nada más a dos peritos”, asegura.
OPACIDAD Y DESCONTROL
González, que ha participado en los operativos para buscar restos humanos que podrían ser de personas desaparecidas señala la falta de coordinación para la atención de los familiares de desaparecidos.
“Cuando se recogen lo que son las evidencias recabadas ellos se supone que las analizan o las envían al laboratorio de Ciudad Victoria, pero el problema es que nunca llegan los resultados de esos indicios que se encuentran. Las muestras se van y nunca nos enteran de nada, no nos avisan y no nos entregan ningún reporte de los levantamientos.
“Nosotros hemos andado en varias búsquedas, hemos encontrado restos humanos y hasta ahorita es fecha que la Fiscalía no nos ha dicho ni dado respuesta de esos resultados”, lamentó.
Además de vivir con el miedo constante, ya que comandos armados ya han “levantado” a integrantes de los colectivos, ellos tienen también que soportar el acoso de las autoridades.
“Hay personas que las han llegado a amenazar porque andan buscando a sus familiares. El domingo 8 de mayo en la marcha los policías estatales se llevaron detenidas a unas muchachas. Las consignaron por alterar el orden público y les dijeron que si no pagaban 20 mil pesos las iban a trasladar al penal.
“Con ese tipo de cosas te das cuenta que las mismas autoridades buscan beneficiarse, si en esas actividades éstas deberían resguardarnos, es todo lo contrario y arremeten contra uno”, señala.
Pero pese a que los movimientos en contra de la violencia cobran cada vez más fuerza con difusión diaria en medios y redes sociales las desapariciones se siguen presentando.
“Desgraciadamente esto va cada vez más en aumento, por eso nos urge otro plan de trabajo, porque cada vez son más desaparecidos, no se encuentran y tampoco hay respuestas porque no existe una buena estructura ni una buena estrategia para buscarlos.
“No se aplica en Reynosa un protocolo de búsqueda inmediata, no existe y obviamente todos los días se presentan desaparecidos y en cambio vemos a las autoridades bien relajadas, ya están acostumbradas y mandan a la gente (que necesita denunciar una desaparición) a que regrese hasta el otro día.
“No les deben decir venga mañana, ¡no! Si se reporta un desaparecido inmediatamente movilízate. Nos ha pasado que nos dicen así, venga mañana para que les tomen el reporte y por eso digo que las autoridades son demasiado insensibles con las víctimas”, denunció González.
EN LA INDEFENCIÓN
Cuenta la representante de ‘Amor por los Desaparecidos en Tamaulipas’ que en la ciudad de Reynosa se siguen acumulando quejas porque no se están atendiendo todos los reportes que la ciudadanía emite ante el número de emergencias 911.
“En el caso que alguien sea secuestrado lo primero que debe de hacerse es levantar el reporte a ese mismo número, que la policía en ese momento se movilice, cosa que no sucede. Al momento de levantarlo al 911 ellos tienen un grupo donde los policías reciben el reporte, deben comunicarse con los familiares y hacer una labor de búsqueda inmediata, cosa que no sucede.
“Pero lo que ellos hacen en cambio, es que tienen a la persona todo el día poniendo la denuncia y no salen a hacer la búsqueda inmediata, que es lo que se requiere. Pierden minutos y horas que son cruciales. Si se mueven inmediatamente podrían tener mejores resultados en lugar de que tengan al familiar todo el día tomándole la denuncia y haciendo papeleos”, señala.
Dice que sería muy sensato que ante esta gran ineficiencia las autoridades inviten a trabajar directamente al gobierno a familiares de personas desaparecidas, en vez de relegarlas a una mesa.
“Queremos que haya esa apertura, porque van las personas con las autoridades y éstas parecen jeques con un montón de empleados que no dejan a la gente tener acceso con los encargados de las oficinas.
“Este mismo tema se los hemos planteado en varias ocasiones. Ahí hay gente que no tiene sensibilidad, que desde que uno llega ya están con una cara y te tratan mal. Ellos no saben lo que es estar de este lado, el tener un familiar desaparecido.
“Son personas que no tienen ni tantita solidaridad. Al ser servidores públicos ellos deberían ser personas preparadas para ésta, que es una área tan delicada y de varias juntas que hemos tenido en este trabajo algunos familiares se han ofrecido a trabajar sin paga, que con tal de que se trabaje se han propuesto para ir a ayudarles, pero los ignoran.
“Siempre salen con lo mismo y cuando vamos con la fiscal nos dice, es que no tenemos gente. Entonces ¿quién va a hacer mejor el trabajo del área de desaparecidos que las personas que saben el dolor y lo que es tener un familiar desaparecido?, pero ellos no lo ven así. No sé en qué consisten sus políticas y son contadas las personas que más o menos te llegan a entender”, expresa.
‘QUE AYUDEN TODOS’
En la entidad, según datos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se tienen más de cuatro mil elementos de seguridad policiaca adscritos al Gobierno del Estado para atender delitos del fuero común. De acuerdo con las proyecciones de la misma dependencia la meta es contar con siete mil efectivos, pero para los familiares de personas desaparecidas la mayoría de las desapariciones tienen mucho que ver con el fuero federal, por lo que piden el uso de todas las fuerzas que hay para el combate y prevención de este delito.
“Policías estatales hay demasiados. Aparte el cuartel está lleno de militares que nada más están ahí guardaditos. Tenemos aquí en la ciudad a los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), hay muchos, pero falta mucha voluntad política.
“De hecho vinieron representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para ver con qué trabas nos encontrábamos aquí los familiares. Nos escucharon y al final emitieron su veredicto y ellos llegaron a la conclusión de que la razón de que estemos así con las autoridades es falta de voluntad, de querer hacer las cosas bien y ayudar; los protocolos tan austeros, tan lentos, tan tardados, tan burocráticos son los que nos tienen así como estancados. La propia ONU lo señaló así de esa manera, que los funcionarios son la principal traba que se encuentran los familiares por una desaparición”, comenta.
Pero ni aún porque en la ciudad de Reynosa hay policías ministeriales, estatales, soldados o elementos de la Guardia Nacional, estos grupos y asociaciones son muchas veces ignoradas y sus peticiones también.
“En la última búsqueda que tuvimos fue el gran enojo por parte del colectivo, que solicitamos a la Fiscalía para que resguardara nuestra seguridad, cosa que no sucedió, al contrario no llegó ni la Guardia Nacional y no es posible que con tantos elementos de seguridad que se tienen no nos podamos coordinar.
“Definitivamente no tenemos contacto directo con los generales encargados de la Octava Zona Militar ni con los cuerpos de seguridad. Tiene que ser todo por medio de intermediarios, con la Comisión de Búsqueda, nosotros les tenemos que llamar y ellos se encargan de avisarles y vemos que eso no funciona”, relata.
Justamente a menos de un mes de que se celebran las elecciones para gobernador éste y otros colectivos tienen la intención de hacer llegar sus necesidades a los candidatos para buscar más ayuda.
“Ahorita no hemos tenido bien la oportunidad de llegar hasta donde están ellos, pero estamos buscando la forma. Nos hemos entrevistado con personas cercanas a ellos para hacerles llegar nuestra petición.
“De hecho se la hicimos al doctor Américo Villarreal (candidato a gobernador por Morena-PT-PVEM) en unas mesas de trabajo que se instalaron unas semanas atrás, estuvimos presentes, pero lamentablemente el tiempo fue muy reducido. No nos dieron la oportunidad de plantear nuestras estrategias de trabajo”, cuenta.
LA IMPOTENCIA DE
QUE NO HAGAN NADA
Edith González, quien comenzó con este grupo a raíz de la desaparición de su hermano Azael, comparte detalles de su caso que la tienen en esta incesante búsqueda desde el año 2019.
“A él se lo llevaron en la colonia Puerta Sur. Es originario de Río Bravo, yo me lo traía los fines de semana para que pasara tiempo conmigo y lamentablemente aquí desapareció”, lamenta.
> ¿Tú sabes quiénes fueron, quiénes están detrás de su desaparición?
“Sí, se trata de personas del crimen organizado. A mí me dieron una foto de los que pusieron a mi hermano, yo las llevé al Ministerio Público, les dije aquí están, no hicieron nada. Les dije, estas son las personas que me dijeron que se llevaron a mi hermano, que tuvieron que ver con su desaparición.
“Las fotos están en el expediente, todo está ahí contenido, la calle, la ubicación, todo y hasta ahorita no hay nada. Inclusive alguna vez le hablé al policía investigador para decirle que iría a ver a la persona que se llevó a mi hermano, porque me informaron que estaba en un lugar.
“Había un conocido que lo conocía y le dije que yo quería hablar con el hombre para que me dijera dónde estaba mi hermano. Y eran las 12:00 de la noche cuando me pidieron que fuera a un tal lugar.
“Pues ahí va la valiente de Edith a buscarlo y en ese momento le dije al policía que iría a ver a esa persona para preguntarle de mi hermano. Pregúntenme si el policía se interesó o me dijo ‘la acompaño’, no le importó. Ni siquiera hizo una llamada para preguntar si estaba bien.
“Y cuando finalmente pude ver a la persona que se llevó a mi hermano lo negó. Y obviamente trabaja para el crimen organizado. Hay muchas evidencias, tú les puedes llevar las evidencias con calle, número y casa y no hacen nada”, denuncia.
> Es muy peligroso ser joven en Reynosa, ¿crees que a tu hermano lo confundieron?
“Ahorita como está la situación uno de muchachito ya no puede andar solo en la calle porque se presume que anda mal. Lo levantan y aunque no ande trabajando mal o con que tenga una amistad o traiga en tu teléfono algo que no debe y vámonos para arriba.
“Si no traes buena facha o buena vestimenta, por tu perfil, forma de vestir o insisto, en el teléfono si traes una foto que no debes, un video que no debes, lo que se comparte en las redes sociales, lo que se comparte en los grupos, ya por esas situaciones se llevan a la gente. En ocasiones a veces se los llevan para trabajar en actividades ilegales, a esa gente no les importa si andas o no andas, simplemente te suben. Ahorita como están las cosas jóvenes y también los grandes están en riesgo”, añade.
> Por lo que tú consideras, ¿crees que Azael todavía se mantenga con vida?
“La esperanza es la que siempre muere al último y nosotros nos referimos a ellos como presentes. Hasta que no se encuentre un cuerpo que nos pertenezca para nosotros siempre van a estar vivos. Yo todavía tengo la fe de que mi hermano está bien, que está vivo y que me lo puedan traer a algún lugar, en algún otro estado tal vez”.
> ¿Tus papás están destrozados por esta situación?
“Él solamente vivía con mi mamá y lamentablemente está sola. Esto es peor porque es más el dolor porque solamente estaban ellos dos… es difícil, para mí como hermana es muy duro por haber perdido a mi hermano y por el dolor que se le provocó a mi madre.
“Una vez que una licenciada vino a dar una plática de Victoria aquí nos conocimos un grupito de familiares y fue como comenzamos esta unión de colectivos. Nuestro grupo se llama ‘Amor por los desaparecidos en Tamaulipas’. Son muchos los casos de desaparecidos, la carpeta de mi hermano es la 109/2019”.
> Los jóvenes que integran una célula criminal muchas veces son farmacodependientes de las drogas y no están en la mejor capacidad de decidir con sus cinco sentidos, ¿ellos también son víctimas de esta situación que está pasando por desatención del gobierno y de la misma sociedad?
“Es el error del gobierno que siempre vinculan a una persona con el crimen organizado, pero no siempre es así. No porque sean personas que trabajen en algo delictivo no los deban de buscar. La autoridad está para ayudar.
Muchas veces la gente quiere justificar una desaparición con alguien que andaba mal.
“Estos muchachos que andan mal también son víctimas. Nadie tiene el derecho de desaparecer a nadie ni hacerse justicia por su propia mano”, considera González.
> Para ya bajar esta ola de desapariciones ¿qué se puede hacer?
“Nosotros hemos propuesto como punto número uno la oficina auxiliar de búsqueda, porque esa se va a encargar de hacer operativos constantes, porque muchas veces a las personas que acaban de levantar se las llevan al monte o las traen encajueladas.
“Esa oficina de la comisión de búsqueda debe tener presencia todos los días por esos lugares donde ellos hacen sus fechorías y delinquen. Si estuvieran haciendo estas búsquedas constantes cuántas personas no se encontrarían.
“Otra necesidad urgente es solicitar lo que son retenes, porque como lo comentamos, hay muchísimos policías, muchísima Sedena, muchísima Guardia Nacional, y con esos retenes hay que detenerlos en lugares estratégicos donde ellos entran como La Ribereña, la Brecha el Berrendo, El Becerro, Pirámides.
“Que pongan retenes, que hagan sus operativos, que pongan más tecnología. Que existan suficientes personas que estén revisando las cámaras, que el patrullaje de policía ande a todo lo que da, se requiere que se pongan las pilas, que tengan más personal”, propone.
> ¿Esta situación se tiene que atender con mano dura, con castigos ejemplares, con educación o con las dos?
“Miren, yo creo que tendrían que ser las dos, porque se ha visto que también la policía es la que comete los actos delictivos. Los delincuentes se burlan de la misma policía, no hay mano dura, son los amigos de los amigos, son los mismos.
“Se requiere un personal más capacitado, estarles constantemente haciendo auditorias, pruebas de control y de confianza más seguido, porque no se sabe quién es el policía bueno y quién es el malo. Vas y denuncias y ya se entera el otro comandante que denunciaste y no existe esa línea del poder dividir entre las autoridades el bien del mal”, señala.
> En las escuelas les dicen a los niños qué dibujen lo que quieren ser de grandes y ellos quieren ser sicarios. Considerando que hoy en día hay muchísimos hogares desintegrados apoyarías una iniciativa para que hubiera una materia en la escuela de No a la Violencia. Además de civismo, con algo más específico adaptada a la realidad actual que vivimos en el país. Que abarcara el tema de la inseguridad, la violencia de género y con mecanismos para evitar la deserción?
“Definitivamente lo apoyaría, es algo que vivimos al día, es algo real. Si desde chiquito lo empiezas a educar, a darle esos principios, que entiendan que ser narcotraficantes no es como se ve en la tele que van a tener miles de lujos, dinero, con camionetas y casas, no, a ellos los traen en el sol, los traen mal, se separan de sus familias, asesinan, se hacen adictos, sus vidas terminan destruidas, con lo que ellos ven en la tele se hacen un concepto en la cabeza y por eso quieren ser narcotraficantes y sicarios.
“Y la realidad es completamente diferente, pero como su mente apenas va creciendo hay que empezarles a plantear tanto en los hogares como en las escuelas que eso que están viendo no es lo que van a encontrarse y hacerles crear consciencia por medio de la educación, claro que apoyaría esta iniciativa que fuera una materia, con mucho gusto.
“Yo en lo particular viví este tema con mi hermano y en algún momento siendo un niño decía que quería ser un soldado y no sé cuándo cambió de opinión y dijo que quería ser narcotraficante. Yo siempre hablaba con él y le decía Azael, vas a estudiar. Siempre lo aconsejaba de la mejor manera y él estaba estudiando, estaba en la secundaria, ya la iba a terminar ya para entrar a la prepa.
“Obviamente yo siempre lo aconsejé en todo momento. Tenemos que apoyar esa iniciativa porque se trata de nuestros niños, de nuestra juventud y de nuestro futuro”, aseguró la entrevistada.
> ¿Ayudaría también que la Secretaría de Gobernación (Segob) controle contenidos y que además se fomente el empleo?
“Definitivamente pero nos encontramos con que muchas veces no se les pone la atención ni a las escuelas, las tienen completamente descuidadas”, señala.
Al final Edith González, en voz de muchas otras familias que están pasando por un caso parecido pide a las autoridades que se hagan a un lado quienes no están para servir o que sean depuradas las oficinas no solamente policías, sino también oficinistas, personal administrativo, secretarías y todas aquellas personas que no están dando resultados a favor de frenar la violencia y atender el tema de las desapariciones.
La indiferencia y apatía, lamenta, se han apoderado de estos espacios.