Hace más de 15 años, José Mónico Urquiza egresó de la primera generación de la Academia de Policía de Matamoros, denominada “Ezequiel Torres Cano” en honor a un cadete caído en el cumplimiento de su deber.
José estaba decidido a ser el mejor policía y servir a la comunidad; sin embargo, nunca imaginó que cumplir con su deber de proteger a la comunidad le cambiaría la vida.
Después de cinco años de estar activo como policía, en el año 1999 este padre de familia acudió a atender un llamado de auxilio por un asalto y al llegar a la colonia Ampliación Porvenir fue recibido a balazos, recibiendo cuatro impactos que, afortunadamente, no le arrebataron la existencia pero se la cambiaron para siempre.
“En un llamado de radio patrullas en el asalto a una familia, mi compañero y yo fuimos recibidos a balazos de los cuales yo alcance cuatro y mi compañero dos” explicó.
Estos cuatro impactos afectaron varios de los órganos de José, quien después de las heridas sufridas quedo condenado a utilizar una silla de ruedas.
“Esos balazos que me afectaron los intestinos, la vejiga, pulmón derecho y el riñón izquierdo que me tuvieron que extraer, además de afectarme dos discos de la columna que es lo que me tiene en estas condiciones, en esta silla de ruedas“, mencionó.
El pasado 4 de agosto José cumplió 9 años de estar incapacitado de por vida. Desafortunadamente, no ha recibido la ayuda que el desearía para sobrevivir con su discapacidad.
“No he recibido ayuda de las últimas tres administraciones, me están dando mi sueldo, pero ese dinero creo que lo tengo ganado por la situación en la que me encuentro y el servicio brindado al municipio de Matamoros”, indicó.
En estos momentos José solamente recibe la pensión por incapacidad que corresponde a 3 mil 800 pesos mensuales que no son suficientes para poder sustentar sus necesidades, por lo que los fines de semana tiene que vender ropa usada.
Sus ingresos son tan pobres, que no cuenta con casa propia, por lo que él y su familia viven en casa de su madre.
A causa de su discapacidad José debe de acudir a rehabilitación todos los días, pero debido a situación económica por la que atraviesa le es imposible solventar los gastos de transporte que implican el acudir hasta el hospital general “Alfredo Pumarejo”.
Hace algunas semanas los compañeros de José le comentaron que se haría entrega de un apoyo económico para todos los policías.
“Por rumores de algunos compañeros llegó hasta mis oídos que estaban entregando un recurso económico que había enviado el gobierno federal para los policías, la sorpresa para nosotros es que solamente fue entregado a los policías activos quedando descartados los inactivos”, afirmó.
Dicho recurso –denominado Subsidio para la Seguridad Pública Municipal– fue otorgado por el gobierno federal, pero solamente se entregó a los policías que están laborando en la corporación.
Esta situación causó la inconformidad de los policías jubilados e incapacitados, por lo que quince de ellos acudieron a la presidencia municipal a demandar que se les considerara en la repartición de este dinero.
Sin embargo, los quince que asistieron al palacio municipal no son todos los que fueron dejados fuera de este apoyo, existen más ex policías que se encuentran postrados en cama por algún accidente causado en el cumplimiento de su deber y no pudieron asistir a la protesta.
La discapacidad de José no le impidió asistir a reclamar sus derechos, una decisión que lo condenó a sufrir incomodidades y hasta discriminación.
“Varias fueron las ocasiones en las que envié alguno de mis acompañantes para que avisara a los funcionarios de las oficinas del segundo piso de presidencia para que supieran que me encontraba ahí, pero sin tener consideración de mi discapacidad me mandaban decir que subiera” resaltó.
Después de arréglaselas para acudir en varias ocasiones a la presidencia municipal, los ex preventivos lograron que se les otorgara una ayuda que aunque es mínima significa una ayuda a su economía.
“Los policías inactivos no veníamos dentro de ese programa pero después de varias platicas con los funcionarios municipales logramos que nos dieran dos mil pesos para los incapacitados y para los elementos de la (policía) montada” indicó José.
Sin embargo, los beneficiados con este recurso están preocupados, pues al momento de recibir su dinero nadie en la presidencia municipal les entregó un recibo que les asegure que van a seguir recibiendo este apoyo
“Si vimos el recibo y lo tuvimos en nuestras manos pero solamente, de ahí sacaron el dinero y nos hicieron firmarlo para ellos quedárselo” señaló.
Por ello aún existe inconformidad entre los policías discapacitados, debido a las diferencias que hubo en las cantidades que se entregaron entre los policías incapacitados y los que se encuentran en activo.
Incluso hay algunos que consideran que los dos mil pesos que les dieron fueron solamente para calmar los ánimos de los manifestantes.
“Por comentarios de los mismos compañeros que sí recibieron ese apoyo, nos decían que varios elementos habían recibido cantidades altas de dinero, en algunos casos nos dijeron que al parecer varios compañeros recibieron hasta noventa mil pesos” explicó.
Incluso hubo funcionarios municipales que les pidieron “de favor” que no hicieran ningún comentario con los medios de comunicación.
“Nos dijeron que nos iban a dar la ayuda, pero nos pidieron como requisito que no habláramos con los periodistas de ningún medio de comunicación”, destacó José.
APOYO INSUFICIENTE
Con los dos mil pesos que recibió, José, tratará de comprar algunas cosas para la canasta básica de su familia.
“Yo me encuentro con una limitación física, tengo que buscar la manera de poder apoyar a mi familia y por ello con ayuda de mi familia adecuamos una camioneta tipo Van con una rampa y para poder manejarla por mí mismo”, dijo
Esta unidad motriz –que es la que le permite al ex policía transportarse de un lado a otro–, está en pésimas condiciones mecánicas, pero José no cuenta con los recursos para adquirir otra.
“Si yo hubiera recibido un apoyo de mayor cantidad uno de mis propósito hubiera sido el cambiar la camioneta con la que cuento ya que actualmente está en muy malas condiciones y es el único medio que tengo para transportame”, explicó.
Además José cuenta con otras carencias, por la atención médica, debido a que tiene una operación pendiente de la columna.
“Si quisiera que me le dieran agilización a los trámites para mi operación de la columna, para que con el favor de Dios yo volviera a caminar sería algo muy grande para mí”, afirmó.
Como sabe que su vida continúa, este ex preventivo está haciendo lo posible por superarse e incluso actualmente está tomando un curso de serigrafía con la finalidad de poner un negocio para mantener a su familia, pues la institución a la que le entregó su trabajo no le ha respondido.
“Como la vida tiene que seguir tengo que ocuparme en algo y estoy tomando un curso de serigrafía para poder tener un ingreso más para mi familia” explicó.
Para José la vida no terminó tras haber sido herido, pues aunque está postrado en una silla de ruedas todavía tiene planes, sueños e ilusiones.
“Yo trato de hacer mi vida cotidiana y apoyar a mi familia en todo lo que pueda, afortunadamente en mi camioneta puedo desplazarme de un lugar a otro para realizar la compra y venta de artículos de segunda o realizar algún trabajo que pueda hacer con las puras manos y donde pueda entrar en la silla de ruedas”, sentenció.
Las ganas de sacar adelante a su familia, su esposa y dos hijos, son el motor de José que cada día lucha por sobrevivir.