
Tras poco más de dos años de haber sufrido los efectos de la inseguridad, Ciudad Mier, Tamaulipas –el único “Pueblo Mágico” que hay en la frontera de México con Estados Unidos–, busca renacer gracias a la cacería del venado.
Históricamente este municipio ubicado a unos kilómetros del río Bravo, ha sido uno de los más importantes puntos de actividad cinegética en el norte del país, con más de 40 ranchos cuyos propietarios se dedican a la cría de venado cola blanca y otras especies cuya caza está permitida por las autoridades.
Con la llegada de la violencia, misma que provocó una inédita migración de los habitantes de Ciudad Mier, los primeros en sufrir las afectaciones fueron los dueños de las reservas cinegéticas, quienes se vieron obligados a abandonar sus propiedades y animales.
Durante casi dos años, los cientos de cazadores que llegaban a los ranchos del norte de Tamaulipas –quienes generaban una millonaria derrama económica en la región–, suspendieron sus visitas a estos lugares, mismos que estuvieron a un paso de desaparecer.
Las acciones de tanto la Policía Federal como el Ejército Mexicano, que instaló en las inmediaciones de Ciudad Mier el cuartel que alberga al 105 Batallón de Infantería, han permitido que este apacible poblado fronterizo vaya regresando a la normalidad.
Hoy que la gente está volviendo a sus casas, las calles lucen llenas de pobladores barriendo las banquetas y albañiles resanando los orificios provocados por el impacto de las balas de alto calibre; el reto de las autoridades es reactivar la economía local.
Una de las opciones son los programas de autoempleo, mismos que permiten a los mierenses participar en la reconstrucción del municipio a cambio de un sueldo otorgado tanto por el gobierno Federal como por el del Estado.
Sin embargo, uno de los programas que ha crecido de manera exponencial es el de la promoción de la actividad cinegética en el municipio, que en un par de semanas atrajo a poco más de 30 cazadores a esta región de Tamaulipas.
Gil Javier Guerra, asesor de Planes y Proyectos del Ayuntamiento de Ciudad Mier, explicó que el objetivo principal de este programa es la reactivación de la economía local por medio de la cacería.
Explicó que gracias a las gestiones del gobierno del Estado, se logró que ocho ranchos (o Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, como se les conoce de manera oficial) obtuvieran una tasa especial del gobierno Federal para recibir los cintillos (o permisos) necesarios para la cacería.
Estos cintillos son vendidos a los cazadores por el dueño del rancho, quien lo recibe de las autoridades federales y solamente ampara la muerte de una pieza. El número de cintillos que se le otorga a cada rancho es determinado por la extensión del predio donde se realiza la actividad cinegética, además del tipo y cantidad de especies que ahí se encuentran, entre otros factores.
En condiciones normales, los cazadores podían adquirir un cintillo en precios que iban de los mil dólares (13 mil 100 pesos) a los tres mil dólares (39 mil 300 pesos). Cabe señalar que estas tarifas solamente amparaban la cacería del venado cola blanca, pues el permiso para matar especies exóticas podía cotizarse más caro.
El funcionario manifestó que gracias a las gestiones que se han realizado ante el gobierno federal, se logró que los dueños de estos ranchos recibieran los cintillos a un precio especial que les permitirá poder ofrecerlos a mil 500 pesos cada uno.
Además, los propietarios de los predios han aceptado reducir sus precios para incentivar la llegada de los cazadores, por lo que en estos momentos toda la experiencia de unos días de cacería puede costarle al cazador alrededor de tres mil pesos, más gastos de transporte, hospedaje y alimentación.
Incluso, aseguró el funcionario, si el cazador decide no matar ningún animal durante su estancia, el costo puede ser mucho menos, pues los dueños de los ranchos han aceptado cancelar la cuota por el uso de sus predios en caso de que no haya presa.
PROGRAMA INNOVADOR
El asesor del ayuntamiento mierense reconoció que en estos momentos resulta complicado convencer a los cazadores de la región a que acudan a la zona rural de Ciudad Mier a realizar su actividad favorita.
Sin embargo gracias al apoyo del Ejército Mexicano, se ha logrado crear un “anillo de seguridad” con una extensión de 10 hectáreas, que es donde se encuentran los ocho ranchos limítrofes con las instalaciones del cuartel del 105 Batallón de Infantería.
El compromiso de las autoridades castrenses, dijo Guerra, es brindar protección a todas las personas que se encuentren dentro de este perímetro de seguridad, lo que les permite realizar la cacería sin problemas.
“A la fecha podemos reportar que ninguno de los cazadores que ha venido a la región como parte de este programa ha tenido algún problema o incidente, todos se han ido muy contentos de Ciudad Mier”, dijo el funcionario.
Guerra expresó que las personas interesadas en aprovechar este programa, necesitan contar con todos los permisos necesarios para el porte de sus armas, además de que tienen que presentarse en las instalaciones de la presidencia municipal.
Una vez ahí, un funcionario del ayuntamiento los lleva a recorrer los diferentes ranchos que están participando en este programa, con lo que se les ofrece a los cazadores la opción de seleccionar el lugar en donde quieren estar.
Incluso, existe la posibilidad de que un cazador pueda cambiar de rancho, en caso de que considere que no ha encontrado la pieza que está buscando. Sin embargo, antes de hacer esto tiene que darlo a conocer al ayuntamiento.
Con ello se está en condiciones de informarle al Ejército sobre la ubicación y número exacto de cazadores que se encuentran dentro del “anillo de seguridad”, con lo que se descarta cualquier posibilidad de un problema.
Incluso, la mayoría de las brechas que comunican a estos ranchos cinegéticos también están siendo vigiladas por elementos de la Policía Especial de Tamaulipas (PET), con lo que se disminuye el riesgo de un incidente.
Guerra agregó que otro de los requisitos que se están solicitando a los cazadores que participan en este programa, es que todas las compras de alimentos, insumos y bebidas las hagan en Ciudad Mier, donde ya hay comercios abiertos.
“Nosotros tenemos carnicerías, tiendas y depósitos en donde los cazadores pueden realizar las compras de todos los productos que necesiten, les pedimos por favor que nos ayuden a reactivar la economía del poblado adquiriendo sus productos aquí”, indicó.
A la vez, si algún grupo de cazadores llega a necesitar el apoyo de un guía o un cocinero, las autoridades locales también se los pueden proporcionar con la condición de que sean los visitantes quienes paguen el sueldo de esta persona.
El asesor del ayuntamiento expresó que en el caso de los ranchos, existen opciones con las que se cubren todos los gustos.
De esta forma hay ranchos que cuentan con toda la infraestructura y servicios para albergar a los cazadores, así como hay otros donde se puede acampar al aire libre sin problemas.
Al mismo tiempo en la cabecera municipal ya está abierto un hotel con todos los servicios, en donde los cazadores pueden pasar la noche en caso de que no quieran quedarse a dormir en la zona rural.
Otra de las opciones de albergue son algunas casas que se pueden rentar por unos días, donde los cazadores pueden estar más cómodos.
La idea, señaló Guerra, es que los visitantes cuenten con todo lo que necesitan para poder realizar con tranquilidad y seguridad su actividad favorita, con lo que poco a poco vayan reactivando la economía local.
UNA OPORTUNIDAD UNICA
El funcionario municipal, relató que en estos momentos la actividad cinegética en Ciudad Mier vive un momento inédito, pues la “veda involuntaria” en la que estuvo sumida la región durante los últimos dos años, ha provocado una sobrepoblación de venado blanco de entre el 20 y el 30 por ciento.
Esto se debe a que han pasado dos generaciones de estos animales que no han sido cazados, por lo que en estos momentos existe una gran cantidad de venados de todo tipo y tamaños disponibles para su caza.
Incluso, debido a que las cercas de muchos de los ranchos de la región fueron destruidas, todas las especies exóticas que había en estos lugares ahora se encuentran libres, pastando en los alrededores, lo que representa un atractivo para las personas que sólo gustan de observar las especies silvestres.
De esta manera, aseguró Guerra, los cazadores pueden observar en la región especies como ciervo rojo, impalas, marrano alzado, gato montés, codorniz y otra gran cantidad de animales que antes era muy difícil poder ver.
De hecho, dentro de este programa se está solicitan el apoyo de los cazadores para identificar con exactitud qué y cuántas especies silvestres pueden ser encontradas en los alrededores de Ciudad Mier
El funcionario municipal, precisó que todos estos factores han sido tan atractivos para los cazadores, que ya se han recibido a alrededor de 30 de ellos, procedentes de Reynosa, Río Bravo, Cuidad Victoria y los estados de Nuevo León y Texas.
Incluso, se está gestionando con las autoridades federales un permiso especial que permita ampliar la temporada de caza del venado cola blanca hasta el próximo 15 de febrero, con lo que se espera que muchas otras personas pueden aprovechar este programa.
Guerra indicó que la esperanza de las autoridades locales es que conforme vaya avanzando el trabajo del Ejército Mexicano en la región, sea mayor el número de ranchos cinegéticos que puedan reiniciar sus actividades.
A la vez, se espera que dentro de unos meses la seguridad pueda ampliarse hasta la presa “Falcón”, con lo que se beneficiaría a las personas que gustan de la pesca, además de que se estaría apoyando la economía del municipio de Nueva Ciudad Guerrero.
UNA BUENA EXPERIENCIA
Jorge Arturo Ramírez Treviño es un aficionado a la cacería. Desde que tiene memoria ha acudido con su padre y sus hermanos a los diferentes ranchos cinegéticos que existen en la región.
Por ello, fue una de las personas que más lamentó cuando esta actividad tuvo que suspenderse casi por completo debido al problema de inseguridad que se vivió en la entidad.
Hace unas semanas tuvo conocimiento del programa de promoción a la cacería que se está llevando a cabo en Ciudad Mier y tras informarse de lo que se trataba, no dudó en convencer a un grupo de amigos para que lo acompañaran a esa parte de Tamaulipas.
En entrevista, reconoció que al principio sintió algo de temor de llegar a un lugar donde se habían vivido tan desagradables incidentes de violencia como en esta ciudad, sin embargo de inmediato se dio cuenta que las cosas estaban cambiando.
“Puedo decir que el trato que recibimos de las autoridades fue formidable, nunca nos sentimos desprotegidos, al contrario, siempre estuvieron pendientes de nosotros”, indicó.
Ramírez Treviño, manifestó que una vez que se encontraban en el rancho, él y sus compañeros pudieron darse cuenta del control que tienen las autoridades militares en el área.
Esto es debido a que constantemente veían vehículos del Ejército realizando labores de patrullaje además de que de vez en cuando observaban el paso de un helicóptero.
Y aunque la seguridad era estrecha, ninguno de los cazadores se sintió incómodo por ella.
“Como ya les habíamos informado cuántos éramos y en dónde íbamos a estar, nunca fuimos molestados por nadie, sólo nos revisaron los permisos de nuestras armas y después nos dejaron cazar a gusto”, indicó.
Esta seguridad le permitió al grupo ir olvidando poco a poco que se encontraban en un área que hace meses vivió graves incidentes.
“La verdad es que nunca tuvimos miedo, hicimos carne asada, una fogata al aire libre, platicamos muy a gusto y no tuvimos ningún incidente desagradable, tengo que decir que la pasamos muy bien”, expresó.
Este aficionado a la cacería señaló que además de la seguridad, otra de las ventajas que representa acudir a Ciudad Mier es la gran cantidad de piezas disponibles para matar.
“Es increíble la cantidad de animales que hay. Me tocó ver venados de nueve y diez puntas, unos animales hermosos, la verdad es que en estos momentos hay hasta para escoger, lo difícil es aguantarse las ganas de tirarle a uno porque luego te encuentras otro mejor”, expresó.
Ramírez Treviño relató que tan buena fue esa experiencia, que hace unos días regresó a Ciudad Mier con otro grupo de amigos.
“En total he estado seis días en la cacería y de no ser por el trabajo y las obligaciones pudieron haber sido muchos más. Sólo espero que se amplíe la temporada para regresar por tercera ocasión, pero esta vez quiero llevar a mis hijos”, precisó.
Tan buenos han sido estos viajes, que en las dos ocasiones que le ha tocado estar en esta parte de Tamaulipas, se ha traído dos piezas excepcionales. Sin embargo para este cazador la mayor satisfacción de estos viajes es poder haber practicado de nueva cuenta una de sus aficiones favoritos además de participar en el renacimiento de una comunidad tan especial y mágica como Ciudad Mier.