
Meses de inundaciones, la entrada de un nuevo gobierno estatal y hasta la desorganización en la asignatura de recursos del Fonden para obras públicas son, entre otros, los factores por los cuales a la vuelta de un año todavía no han sido subsanadas las arterias federales que resultaron afectadas por las inundaciones en el noreste de Tamaulipas.
Aunque hace seis meses se restableció la circulación por la carretera de peaje que une a los municipios de Matamoros y de Reynosa, para desviarse con rumbo al puente internacional de Nuevo Progreso, partiendo desde Río Bravo o de la autopista a cargo de Capufe (Caminos y Puentes Federales) hay que tomar un lento libramiento de terracería ubicado justamente en el kilómetro 10.
De noche este tramo -que corre de manera transversal a las rutas rápidas- se convierte en un paraje inseguro y para llegar desde un punto a otro (de sur a norte o viceversa) hay que dirigirse hacia Reynosa y retornar por el entronque de las carreteras libre o de paga con dirección a Matamoros, un recorrido de aproximadamente 50 kilómetros.
Sobre todo, los pobladores de la región son los más perjudicados, sin considerar que el comercio a pie de carretera se desplomó por completo. También para quienes se trasladan a trabajar todos los días al poblado turístico de Nuevo Progreso y deben regresar a oscuras, esto representa un serio problema. Algunos prefieren volver a sus casas en caravana y en grupos por temor a ser asaltados.
Asimismo, quienes tienen inscritos a sus hijos en las escuelas de Nuevo Progreso, como la Primaria Miguel Hidalgo y Costilla, deben pasar por este sitio, pues de lo contrario tendrían que desplazarse distancias más largas para encontrar otros planteles.
Aunque el anterior gobierno de Eugenio Hernández Flores se comprometió a aportar una cifra de 202.39 millones de pesos, para liberar los 206.18 millones autorizados por la Secretaría de Gobernación (Segob) del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), luego de que el 13 de julio de 2010 Tamaulipas se declaró en desastre por las inundaciones del huracán “Alex”, lo cierto es que ese dinero inexplicablemente no ha resarcido todavía los problemas ocasionados.
Hasta apenas hace un mes se reanudaron los trabajos para reparar los caminos en mención, a pesar de que Capufe reabrió en su totalidad la autopista en febrero pasado, siendo que ésta presentó mayor número de daños en un espacio de 200 metros lineales, según especificó el ex titular de la CNA en el Estado, Sabás Campos Almodóvar.
¿A QUIEN CREERLE?
Entrado el gobierno de Egidio Torre Cantú, sus funcionarios comenzaron a dar excusas de que el Fonden no envió el dinero pactado y que por eso no se han solucionado las afectaciones del meteoro (que fue el primer ciclón tropical de 2010).
Incluso, el secretario de Finanzas, Alfredo González Fernández, declaró que Tamaulipas ya aportó su parte; no obstante, las fallas en las carpetas asfálticas predominan y surgen dudas sobre la aplicación de los recursos que el funcionario asegura entregó.
En ese sentido la Delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) negó que la Federación haya inclumplido; al contrario, manifestó que es el Gobierno de Tamaulipas el que no ha cooperado, pues desde septiembre pasado el dinero federal está radicado en Banobras.
Pero mientras unos a otros se echan la culpa, lo cierto es que avanzan los días y los meses y aún no se sabe cuando quedarán completamente arregladas las carreteras del norte de la entidad destruidas el año anterior.
Los albañiles que trabajan en la zona aseguran que si no se detienen las obras en un plazo no mayor a dos meses y medio el acceso incomunicado va a quedar rehabilitado.
En estos momentos se observan a la altura del kilómetro 10 (del camino Río Bravo-Nuevo Progreso) algunas máquinas pesadas, que desparraman montículos de grava. En el otro extremo ya empezaron a cimbrar y a elaborar las estructuras de varilla que se utilizarán para el asfaltado, aunque personas como la Sra. San Juana, habitante de la región, considera que se están tardando.
“Sí, ya se demoraron un chorro con ese trabajo. Nosotros que estamos de este lado tenemos que apresurarnos a pasar de día (rumbo a Nuevo Progreso), porque en la noche no se ven señalamientos suficientes y mi marido la vez pasada cayó en una zanja”, comenta.
LO QUE EL AGUA SE LLEVO…
Resulta difícil de creer que un año atrás, bajo los pies de estos trabajadores, atravesaba literalmente un río con una corriente de 600 metros cúbicos de agua por segundo.
Todo a consecuencia del huracán “Alex” y de que la Conagua no monitoreó como debía este sistema meteorológico, que en la península de Yucatán se debilitó, pero que volvió a ganar intensidad en el Golfo de México, trayendo consigo un “mundo” de agua. Las autoridades federales no desfogaron con anticipación las presas del norte del país y sobrevino el problema.
Quienes no sabían que esta carretera había sido cortada para darle paso a la fuerza de la naturaleza, sorprendidos, sacaban sus cámaras digitales para llevarse algunas fotos del inusual recuerdo.
“Era como estar parados en las escolleras de la playa Miramar, todo alrededor era agua”, evocó Juan Madrigal, operador de trascabo.
Según se estableció por las autoridades de la Comisión Nacional del Agua, hace más de 40 años, cuando se construyó esta vía no se contempló una inundación de semejantes características, mucho menos hace 16 años, cuando se edificó la autopista Reynosa-Matamoros.
Entre los perjudicados estuvo el sector agrícola, pues a consecuencia del desfogue se perdieron cantidades extraordinarias de los cultivos de granos, situación de la que hasta ahora los campesinos no han podido reponerse.
Los pedazos de carpeta asfáltica que eran rotos para abrirle tranco al agua simplemente desaparecieron por la fuerte presión.
“Igual se llevó todo eso, el puente, no quedó nada ahí. La gente que quiere dirigirse hacia Progreso aquí tiene que sacarle la vuelta, por un libramiento”, dijo Madrigal.
Mencionó que aún se está colocando la base hidráulica y que fue instalada una tubería por abajo de la misma para drenar anegaciones leves. Luego, añadió, seguirá el “recarpeteo” para quedar “igual que antes”.
Por lo pronto, los habitantes cercanos a este lugar tendrán que seguir esperando a que este camino, a cargo del gobierno de Tamaulipas, vuelva a ser recompuesto y a que ya no los dejen olvidados.