Aunque en Matamoros el bullying no ha pasado de agresiones y burlas a menores estudiantes, profesores, especialistas y autoridades coinciden en que los padres de familia deben estar siempre alertas cuando detecten un cambio de actitud de sus hijos, porque puede ser que los focos rojos ya se encendieron.
El maltrato hacia los más débiles es un problema que se ha vivido durante años dentro de las instituciones educativas, sin embargo, fue hasta hace apenas un par de años cuando se le denominó bullying. Incluso esta situación es tan grave que ya cobró la vida de un menor en Jalisco.
Según expertos, se considera bullying al acoso, agresión, humillación y burlas hacia una persona, misma que es evidenciada para que la vergüenza sea mayor.
La palabra bullying que tiene su origen en la lengua inglesa que significa intimidación, se presenta principalmente en las escuelas de nivel básico donde menores comienzan a descubrir su fuerza y a probar el sabor de la gloria al vencer a un compañerito y lograr que se someta a sus órdenes.
El agresor incrementa su autoestima y seguridad, pero provoca el efecto contrario en el menor agredido.
Si bien es cierto el problema de las agresiones a los más débiles no es nuevo, con el paso de los años, el avance en la tecnología y el aumento en la violencia, el bullying ha cobrado más fuerza y la vida de varias personas.
Un estudio que se realizó a nivel nacional mostró un incremento del 275 por ciento en el índice de suicidios por acoso escolar en un periodo de 30 años, en personas cuyas edades oscilan entre los 15 y los 30 años.
Por eso mismo, un grupo de seis estudiantes de la carrera de Criminología en la Universidad del Oriente de Matamoros están tratando de echar a andar un proyecto denominado “estadísticas, tratamiento, pronósticos víctima-victimario”, con el fin de combatir y acabar con el bullying.
Mateo Molina, al darse cuenta de que en esta ciudad se han presentado casos de personas que han pasado por severas torturas y humillaciones en sus escuelas, solicitará el apoyo del gobierno municipal y estatal para rescatar a los niños y jóvenes que padecen del problema.
“Lo que buscamos es apoyar a las víctimas del bullying dándoles terapia psicológica, además de ayudar también a los agresores. La cifra que se maneja a nivel nacional es alarmante, ya que si hacemos un análisis de la situación nos damos cuenta de que más de la mitad de la población infantil es afectada” dijo el activista.
Valeria Vera, psicóloga terapeuta, afirmó que el problema de la agresión o abuso hacia los más débiles es un problema que sí se ha vivido por muchas generaciones, y los males y las formas de tortura se pasan de padres a hijos, pues es en casa donde se aprenden los tipos de agresión que los menores después ponen en práctica.
Y aunque la mayoría de los casos se han presentado en niños que cursan los últimos años de primaria y los primeros de secundaría, también se ha atendido a menores de cinco años que comienzan su vida escolar en el jardín de niños, que al ser acosados o golpeados por sus compañeritos más grandes, sufren trastornos de personalidad, mismos que convierten al niño en retraído y sienta miedo de todo.
“A esos pacientes se les pone un grado especial de atención, ya que hay que regresarles su confianza”, dijo y agregó:
“Aunque creemos que las víctimas de bullying superan su problema al cambiarse de escuela o al dejar de ver a su agresor, en un 70 por ciento de los casos la víctima se convierte nuevamente en víctima de otra persona por el miedo que trae arrastrando”.
La especialista señaló que el 30 por ciento restante se vuelve el verdugo de un inocente y la cadena de abusos continúa, y que el niño que ahora es un acosador necesita recibir terapia más urgente porque después les gusta sentirse poderoso.
“En caso de no recibir la atención adecuada su conducta puede llevar al menor a convertirse en un agresor compulsivo, llegando incluso a golpear a sus padres. Y como resultado de su niñez, la vida adulta que tendrá será por demás conflictiva”, dijo.
Vera puntualizó que la gran mayoría de estas personas termina con un matrimonio disuelto por ser agresor de su misma familia e hijos.
Los jóvenes son más vulnerables a pasar por esta clase de problemas, agregó, ya que los varones que son tranquilos y que no se meten en problemas son considerados débiles, y son blanco de las agresiones de los más grandes.
“También a que en un país como México está estigmatizado que los hombres son quienes tienen el poder”, expresó la psicóloga.
No obstante, desde que se dio a conocer el bullying, los casos de personas que se atreven a presentar una queja es demasiado baja, añadió, pues la vergüenza que experimentan al saberse personas débiles provoca que no exijan justicia en los planteles educativos.
La profesora de la Secundaria Número Técnica 76, Goevanny Castilleja Reta, dijo que por casos de bullying presentados en la institución el director, Gilberto Cantú, ha implementado pláticas a los alumnos que están bajo su tutoría enfocadas en su prevención y evitar daños en los estudiantes.
“Lo más frecuente en la escuela es evitar que los alumnos de los últimos grados se aprovechan de los nuevos. Ellos (los agresores) quieren demostrar que son dueños de la escuela, que sepan quién manda.
“Cuando notamos que les quitan dinero, su almuerzo o que los intimidan, es cuando actuamos como maestros, ya sea aplicando un reporte, o bien si la agresión fue grave se manda llamar a los padres para tener una plática con ellos”, señaló la profesora.
“LA INFORMACION ES UN ARMA DE DOS FILOS”
En Matamoros las autoridades dan especial atención al fenómeno y han incluido en las enseñanzas escolares libros didácticos con la explicación del tema.
“Los juegos de video violentos que hoy en día juegan los niños incrementa su índice de maldad, les da nuevas ideas de violencia y los hace mas rebeldes. También los medios de comunicación tienen mucha culpa de que este problema se haya incrementado, porque ahora ya es muy común ver en los programas de televisión que se transmiten en horario familiar que utilizan palabras con doble sentido o altisonantes, y ese vocabulario lo utilizan los estudiantes.
“Eso lo ven en la tele y lo ponen en práctica. Ese programa de Ernesto Chavana (Multimedios Monterrey) es un pésimo ejemplo para ellos, sin mencionar el de Jaccas (sic); muchas veces he visto a los estudiantes haciendo cosas que los pueden lastimar seriamente.
“Ellos dicen que lo vieron en la televisión y se interrogan diciendo: ¿Por qué nos dicen que eso no se debe hacer y en los programas sí lo hacen? Sólo nos queda seguir dándoles las pláticas y concientizarlos”, señaló la maestra.
Juan Héctor Delgado, coordinador de Servicios Educativos Complementarios de la Secundaria Técnica número 76, indicó que además las redes sociales han tenido mucho que ver en la propagación de este mal.
A su escritorio, dijo, han llegado muchas quejas de padres de familia que denuncian insultos hacia sus hijas por medio del facebook por parte de sus compañeras, provocado que pierdan el interés en seguir asistiendo a la escuela.
En ese plantel semanas atrás se presentó un caso particular de bullying, cuando un grupo de alumnos se burlaron de un compañero que presenta obesidad.
“En la clase de educación física uno de los alumnos tomó el pantalón del compañero agredido y se introdujo en una pierna para después subir las fotografías a las redes sociales y continuar con las burlas hacia el menor”, recordó.
Y agregó: “No lo hicimos en mala onda, solo queríamos jugar un rato y nunca lo quisimos dañar. Además, nunca dijimos de quién era el pantalón hasta que su mamá se dio cuenta y fue a pedir que nos expulsaran. Si ella no hubiera ido nadie se habría dado cuenta de quién eran los pantalones”, dijo el bromista.
La maestra dijo que este tipo de agresiones también se presentan entre las mujeres.
“En el caso de las señoritas es menos frecuente porque las niñas suelen ser más dóciles, pero ocurre con casos de casos de ciberbullying; es importante que los padres estén al pendiente del comportamiento de sus hijos, y al detectar que se comienzan a retraer deben investigar qué sucede y llevarlos a terapia, a los agresores y a los agredidos” dijo Vera.
Agregó también que este tipo de conductas se ve más frecuentemente en los hijos de padres divorciados, pues al vivir el conflicto de una separación y los pleitos de sus padres, provoca la ira en ellos, y la desquitan con los más débiles.
LA IMPUNIDAD
Este problema está vigente con la sociedad juvenil de la República, ya que seis de cada diez niños que sufren de bullying piensan en el suicidio al no encontrar el apoyo adecuado para evitarlo, y lamentablemente cuatro llegan a consumar su plan.
En Matamoros no se han documentado casos de personas que se quiten la vida por el acoso sufrido, sin embargo, sí se han reportado dos de personas que se han atrevido a acercarse ala delegación local de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para denunciar se víctimas de bullying.
José Javier Saldaña Badillo, titular de la oficina, expresó que un padre de familia preocupado por la actitud de su hijo, al cual notaba serio y con miedo de ir a la escuela, discretamente lo comenzó a vigilar.
Fue como se dio cuenta de que pequeño estaba siendo agredido e intimidado por sus compañeros de primaria; al tener conocimiento de esta situación la delegación de la CNDH en Matamoros, emitió una recomendación al director de la primaria donde estudia el menor.
Días después tuvo vigilancia especial durante la hora del descanso, pero la vigilancia no está garantizada fuera de la escuela, dijo y aclaró: “La tarea de que el menor llegue con bien a su casa es de los padres, quienes deben de recogerlo a la salida de la escuela”.
Por su parte la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia del Sistema DIF Matamoros, ha estado impartiendo pláticas a los alumnos de educación primaria para detectar a los niños y jóvenes que estén padeciendo este problema y que no lo han reportado.
Alejandro del Angel Peña Jara, su titular, reveló que dentro de las pláticas que efectúa el DIF se ha detectado a niños que sufren bullying, pero no se atreven a comentarlo.
Al no existir en México una ley que sancione a los menores de 14 años, los agresores sólo son canalizados en compañía de sus padres al departamento de Psicología del DIF para que reciban la orientación y evitar se convierta en un golpeador en potencia.
Y mientras unos luchan para lograr que las víctimas de bullying superen esa experiencia, profesores y padres de familia ignoran la situación amarga por la que pudieran atravesar sus hijos.