En el ala norte del Panteón del Cero Morelos de esta ciudad puede leerse un epitafio marcado con la siguiente frase: “Si el dolor y el sacrificio es una oración, sin palabras estoy orando por ti desde que me dejaste”.
A un metro de distancia otra frase en el mismo tono puede leerse en otra lápida: “No lloréis, sed buenos voy a unirme con DIOS y los espero en el Cielo.
Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mi, aunque esté muerto vivirá y el que vive y cree no morirá jamás”: San Juan 11:25:26”.
El primer epitafio corresponde a un sepulcro fechado el 29 de mayo de 1979 y representa una dedicatoria que su esposa e hijos, hicieron a Ismael Garza Flores, mejor conocido como “El Quemador” y quien se cuenta fue guardaespaldas de ex gobernadores.
La segunda frase puede leerse en la lápida de Enrique Sámano Ruiz, fallecido el 28 de mayo de 1979 y quien es una de las tantas víctimas que se le atribuyen al pistolero que llegó a ser conocido como “El Chacal Brechero”.
Encargados del camposanto aseguran que es común que personas ajenas a estos personajes lleguen al panteón preguntando por la tumba del “Quemador”, misma que se encuentra ubicada justo a la izquierda de la entrada principal.
Gilberto Quintanilla, administrador del cementerio victorense indicó que ya están acostumbrados a que esto suceda.
“El morbo de saber quién fue ese personaje ha provocado que gente que ni siquiera son conocidos de él llegue a este panteón preguntando por su tumba, aun cuando es uno más de las 11 mil tumbas que existen aproximadamente”, dijo.
Los visitantes de este lugar que ingresar por la puerta del extremo poniente del pueden observar largas columnas en ambos lados del camino que al seguirse llega al paredón donde fuera fusilado el general Alberto Carrera Torres.
Pero si la única intención es sólo llegar al lugar de descanso del pistolero, con facilidad encontrará quién le indique el lugar en donde reposa este personaje que en su tiempo victimó a dos de sus compañeros de la entonces Policía Judicial llamados Enrique Sámano Ruiz y Marcelino.
Esta sanguinaria historia sería retomada por el cantante Beto Quintanilla en la letra de su canción: “El Temible Quemador”.
Esta historia corre el riesgo de quedar en el olvido pues la mayoría de las personas que conocieron a “El Quemador” han fallecido y los que quedan, ya no viven aquí en la capital.
Sin embargo, hay gente que sí supo de este policía judicial quien aun después de muerto divide opiniones pues hay quienes dicen que le aplicaron la “Ley Fuga” e incluso “que fue víctima del sistema”.
Don Lalo un veterano taxista de esos tiempos dijo: “se le conocía como el “Chacal Brechero”, porque se le sabían varios casos de violación y debía muchas vidas”.
“ERA DE SANGRE FRIA”
José Inés Ruiz Molina es un policía judicial retirado. Aproximadamente tiene 80 años de edad y es quizá de los pocos que aún viven y conocieron de cerca la historia de “El Quemador”.
Sin embargo, es reacio para recordar estos hechos pues sólo se limitó a decir que aunque sí trabajo en la policía no puede asegurar haber conocido perfectamente a Ismael.
“Sus comisiones eran muy diferentes. Y sin embargo, según lo que cuentan era de sangre fría”, indicó.
Otro ex policía de nombre Miguel, recordó:
“Le decían ‘El Quemador’ porque siempre andaba arreglado y vivía allá a la entrada de la colonia Compuerta, en la única casa de dos plantas que había en ese tiempo”.
De hecho todos los que recuerdan esta historia aseguran que la única persona que realmente conoció a “El Quemador” es Eleazar Rodríguez Estrada, quien ya no vive en Ciudad Victoria.
SOS A LAS AUTORIDADES
Personas interesadas por la preservación de los personajes ilustres del Estado y Ciudad Victoria exigieron a las autoridades que den mantenimiento a las tumbas que se encuentran en el olvido y que pertenecen las familias Hernández Balboa y Balboa Bujanos, parientes directos del gobernador, Eugenio Hernández Flores.
Y que en el cementerio del Cero Morelos existen tumbas que datan desde el año de 1860 y que pertenecen a la familia Escandón.
Ahí se alojan los restos de Pablo Lavín Canales, quien murió el uno de octubre de 1896; María del Carmen Rodríguez Escandón fallecida en 1860; Juana Escandón de Lavín, acaecida en 1888 y Francisco Escandón quien feneció en 1882.
Esta capilla presenta daños en su estructura y nadie ha mostrado el interés por reconstruirla.
Además la tumba del ilustre maestro y poeta tamaulipeco Juan B. Tijerina, quien se encuentra justo a la derecha de la entrada principal del panteón. La cripta presenta daños y descuido total.