
La jornada del 5 de junio fue para muchos la elección más competida de la historia para Tamaulipas. En toda la geografía estatal los cargos de elección popular se pelearon de palmo a palmo y uno de los municipios que no fue la excepción es Ciudad Victoria, que si bien vio amenazada su hegemonía política en la administración pública local, resistió los embates que los candidatos de otros partidos mostraron a través de los votantes.
Desde que comenzó la batalla en las urnas el pronóstico fue reservado, en unos comicios que se caracterizaron por la lentitud del Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) para poner en marcha el aparato electoral. La deserción de una cantidad exponencial de funcionarios de casilla puso a prueba este proceso y en apego al protocolo se tuvo que invitar a la gente formada en las filas para sacarlo adelante.
Sin embargo, conforme fueron transcurriendo las horas el nivel de participación del electorado aumentó al 65 por ciento. A comparación de otras elecciones la capital del Estado tuvo un mayor interés para salir del abstencionismo y acudió a emitir el sufragio.
Más allá del copioso y en algunas partes calmoso flujo de ciudadanos, dependiendo del sector en el que votaron, la elección se desarrolló sin registrar mayores incidentes, según lo ratificó Arturo De León Loredo, presidente de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE), que apoyó también en la capacitación y logística de los comicios.
PREDOMINO LA INCERTIDUMBRE
En la arena electoral fueron varios los candidatos que cautivaron adeptos por miles, tanto que nadie podía darse como ganador ni en base a sondeos de salida practicadas por algunas casas encuestadoras, ni a los mismos instrumentos de medición de los propios partidos políticos, operados por sus observadores electorales.
Había que esperar al cierre de las casillas y posteriormente los resultados oficiales del Programa de Resultados Electorales Preelimiares (PREP), pero lo primero se convirtió en un asunto sosegado y agonizante, pues además de la apertura tardía jugó su rol una cantidad mayor de participantes en las boletas a gobernador, diputados y alcaldes, lo cual se tradujo en la elaboración de más actas y de firmas una vez cerrados los paquetes electorales.
Esto produjo consecuente cierre a destiempo de las urnas, y su retardada llegada al Consejo Municipal del IETAM, para el posterior conteo.
Los medios de comunicación se apostaron en las instalaciones del Consejo Electoral para escuchar el cantado de votos y observar en las pantallas el flujo de números. Fue alrededor de las 20:00 horas cuando se incrementó el arribo de las urnas al IETAM y en medio del frenesí, de las voces de reporteros, de representantes de partidos y los funcionarios electorales, sobresalía con resonancia la voz que para las 22:00 horas marcaba ya una leve tendencia a favor del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Oscar Almaraz Smer.
A medida que fueron transcurriendo las horas, la elección seguía muy competida, pues muy de cerca le seguía quien fue el aspirante panista a la alcaldía, Artuto Soto Alemán; enseguida iba el candidato independiente, Xicoténcatl González Uresti y en cuarto lugar Mónica Dávila que logró más de 20 mil sufragios.
Al final los números favorecieron a Almaraz Smer con 49 mil 561 votos, lo cual representó el 31.7 por ciento (cuatro mil más que su más cercano contrincante), en las 396 actas de acuerdo con el Instituto Electoral de Tamaulipas.
De manera que el candidato priista, que fue en coalición con el Partido Nueva Alianza y el Verde Ecologista, recibió su constancia de mayoría por parte del Consejo Municipal Electoral que lo acreditó como el ganador de las votaciones.
El reto para el nuevo gobierno que encabezará Oscar Almaraz Smer será sacar adelante las necesidades de la ciudad y devolver con trabajo a quienes le depositaron su confianza.