La playa Bagdad de Matamoros fue el inicio de la cabalgata “A todo galope por México” encabezada por el matador de toros, Jorge de Jesús “el Glison”, quien se propuso recorrer 28 ciudades de 13 Estados de la República sin bajarse del caballo, hasta llegar a Huatulco, en Oaxaca.
La singular empresa pretende romper tres récord Guinness: no bajarse del caballo, reunir la mayor cantidad de jinetes en un solo lugar, y el mayor número de caballos montados por una sola persona; sin embargo, también contempla llevar un mensaje de esperanza y superación a los mexicanos, pues en plena crisis económica son pocas las buenas noticias que pueden captar su atención.
En el kilómetro 64 de la autopista Matamoros-Reynosa, el matador ya se preparaba para entrar a la llamada “Metrópoli industrial de Tamaulipas”. Tal como lo había anunciado, “El Glison” no se bajó ni un momento de un corcel.
El viajero tenía a su disposición todos los instrumentos preparados con anticipación para cumplir el reto: caballos que a cada 3 kilómetros eran relevados, un arnés para cambiar de potro y hasta una silla especialmente diseñada para dormir y hacer sus necesidades fisiológicas.
Sin embargo, a pesar de todos los preparativos, cuatro días después de haber iniciado la ruta el sobreviviente de 37 cornadas ya mostraba signos de cansancio, lo que era obvio durante la entrevista con Hora Cero, cuando “El Glison” y su equipo de colaboradores preparaban el cambio de caballos sin tocar el suelo gracias a un arnés diseñado para esta labor.
“Físicamente, por supuesto que tengo dolor –confesó– son muchas horas todos los días galopando… la fricción con la silla es molesta, duele, tengo que mentalizarme muy bien para que el cuerpo aguante”, expresó el jinete que se preparaba para arribar a la ciudad de Reynosa.
Sin embargo, ese es el reto que la fundación Mexicanos Unidos por la Fe y la Convicción para la Superación, A.C. , que encabeza el matador, se han propuesto: “Queremos dar un mensaje de superación para que la gente se dé cuenta que las crisis hay que enfrentarlas con optimismo, es mejor dejar de quejarse y empezar a agradecer lo que tenemos que quejarnos de lo que no tenemos, todo eso conlleva a una mejor vida para toda la gente”, dijo el matador quien hasta el momento de la entrevista llevaba 96 horas a caballo.
Armado más de convicción que fuerzas físicas el matador entró a Reynosa, atravesando a caballo las peligrosas avenidas y el calor imperdonable del sol tamaulipeco.
Con visibles muestras de cansancio (que hicieron cuestionar el seguimiento del proyecto) y montando el caballo número 51 el matador llegó cumpliendo su promesa de no bajarse de un equino, una hazaña que hasta la fecha sólo él se ha atrevido a intentar.
Las alas del águila en la plaza de la República le dieron la bienvenida, a su lado jinetes de los ranchos aledaños se sumaron a la algarabía del recibimiento que simpatizantes del torero le hicieron, y es que desde que anunció la aventura que pretendía realizar, no pocas personas expresaron su apoyo y muestras de cariño, para que continuara su cruzada por la paz.
Por su parte, el torero respondió a todos con una cansada pero sincera sonrisa de agradecimiento. A las 16:00 horas del cuarto día de cabalgata, el sol de la ciudad calera se dejaba sentir sobre jinetes y el público reunido, pero a nadie hacía más estragos que a “El Glison” quien a pesar de todo seguía erguido en el equino, contestando las preguntas de los medios reunidos en el lugar.
“Estoy muy contento, muy satisfecho por las muestras de afecto y de entusiasmo de la gente que nos saluda, nos bendice y nos anima a seguir adelante, además de todo el apoyo que hemos tenido de las autoridades y de los caballos que no se han rajado”, bromeó el matador.
El Reto de no bajarse de un caballo
Quien ha montado un equino sabe que la empresa que “El Glison” emprendió no es nada fácil, pues una cosa es montar doce horas seguidas y otra muy distinta es no bajarse nunca para descansar las extremidades inferiores. Lo último es una idea que no pocos calificaron “descabellada”, cuando “El Glison” y su equipo de colaboradores se la plantearon.
Más si se toma en cuenta las 37 cornadas y 15 fracturas que el matador ha sufrido a lo largo de subida, sin embargo, estas heridas no impiden que continúe con su desafío. Consciente de su necesidad de descansar para continuar los más de 70 días que le restan para terminar su travesía “El Glison” ideó un sistema especial para cubrir sus necesidades básicas, comer, dormir e ir al baño.
“Duermo en estructuras arriba de los caballos, realmente si me la pensé mas cómodamente porque hay un colchón, si tengo que ir al baño se quita el colchón para hacer mis necesidades.
El primer día dormí pocas horas, por la excitación y porque acabamos muy tarde de organizar todas las cosas inconclusas, pero debo dormir temprano para madrugar y aprovechar las horas donde no hay tanto calor”, mencionó.
Incluso para su esposa Ana Domínguez, la idea sonó un poco irreal, sin embargo, eso no impidió que se uniera en la cruzada de su esposo apoyándolo en todo momento “Se me hizo un poco descabellado el que anunciara que no se iba a bajar del caballo, pero Jorge es un hombre de retos que en lo que respecta a él no se bajará, a menos que Dios disponga otra cosa”, comentó la esposa del matador, quien lo acompañará también en todo momento hasta las playas de Huatulco, junto con sus cuatro hijos:Yahaira, Tamara, Camil y el pequeño Jorge.
Para rendir en la dura tarea “El Glison” se somete a un horario estricto que empieza al amanecer que consiste en colocarse vendajes en las piernas y montar las sillas diseñadas para este reto.
A pocos días de haber iniciado, la estricta rutina no deja de menguar las fuerzas del matador, quien confesó que a pesar de todo no tuvo la preparación adecuada para este reto.
“Físicamente me siento cansado… agotado, muy adolorido porque no tuve tiempo de prepararme con anticipación. Me faltó montar más, yo tendría que haber montado, tres cuatro horas diarias para poder aguantar las 12 que estoy montando ahorita”, confesó.
Sin embargo, la poca preparación que tuvo antes de iniciar la cabalgata no le resta ánimo ni tesón, el jinete se mostró convencido de seguir con la meta cueste lo que cueste.
“Yo voy a terminar, gracias a Dios desde niño siempre he logrado lo que me propongo. Yo dije que si algún accidente llega a pasar, que me quemen y echen mis cenizas allá en Huatulco, no estoy acostumbrado al fracaso, me he caído muchas veces y siempre me he levantado, eso habla de tesón y perseverancia, tiene que ver con el ánimo y el entusiasmo para salir adelante”, enfatizó.
“El Glison” no sólo se enfrenta a su propio agotamiento, sino al factor de cambio de caballos, pues cada animal es diferente y en cada relevo corre el riesgo de caerse del equino, algo que ya estuvo a punto de suceder.
“De que es difícil, es difícil, no es algo que yo no supiera que iba a suceder. Si los mismos cabalgantes te dicen que cabalgar tres o cuatro horas es complicado, se sorprenden más de saber que llevó tres días haciéndolo más de 100 kilómetros, cambiando caballos y cada uno es diferente es como una persona, un caballo que no te conoce te puede tirar, ya he tenido problemas con varios caballos y ha habido momentos peligrosos”, comentó.
LOS RECORD GUINNESS
Aunque al inicio de su trayecto el récord Guinness de reunir más jinetes en un solo lugar no se pudo romper (faltaron 19), el cabalgante no se desanimó pues todavía tiene 2 meses para cumplir la meta.
“Ese récord de la carrera de caballos lo vamos a volver a intentar. Ya aprendimos que hay qué hacer y qué no se debe hacer y primero Dios antes de que acabe la gira lo vamos a hacer”, prometió.
Por lo pronto, el jinete aseguró que hasta el momento todo indica que establecerán una nueva marca en el récord Guinness al ser la primera persona en montar el mayor número de caballos.
“El de montar más caballos es un récord que se va a implementar. Llevo 51 y ese récord nadie lo ha implementado, primero Dios –a lo largo del proyecto– van a ser poco más de mil quinientos caballos los que montaremos, ese es uno de los récord.
Si llegamos allá vamos a ganarle el récord al ‘Pony Express’ con carrera de relevos más larga, el mayor número de kilómetros recorridos en menos tiempo y el mayor número de kilómetros sin tocar el piso, que hasta ahorita voy ganando”, relató.
A la bienvenida preparada por cabalgantes reynosenes en la Plaza de la República, frente al Puente Internacional Reynosa-Hidalgo, le siguió un saludo con los mayores del condado de Hidalgo del Valle de Texas en el Puente Internacional Benito Juárez, donde a pesar de la seguridad implementada por elementos del Ejército Mexicano se le permitió a “El Glison” ingresar con su caballo hasta la entrada de la aduana mexicana para saludar a las autoridades texanas.
Ahí, los representantes de las ciudades fronterizas le expresaron su apoyo para animar a sus compatriotas a superar los momentos de crisis que se viven en el país.
“México debe tomar conciencia de que cuando más difícil se pone la situación es cuando más debemos echarle ganas”, finalizó el matador.