
Aunque en la familia de la reynosense Martha Sagrario Cruz hay casos de nacimientos de gemelos, no se imaginó romper con la “tradición”: convertirse en madre primeriza de cuatrillizas, sus cuatro pequeñas que nacieron en el Hospital de Ginecología del IMSS de Monterrey.
Brenda, Belinda, Berenice y Beatriz nacieron el pasado sábado 12 de abril –son las primeras cuatrillizas del año en Monterrey– , en el hospital de Ginecología y Obstetricia del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde actualmente se encuentran en observación en el área de prematuros especiales.
“Me siento muy emocionada, ya me las imagino, y bueno, tengo que aprender a ser mamá porque es la primera vez y empiezo con cuatro”, dice la mujer de 35 años quien vive en la colonia Jarachinas Sur, en Reynosa.
Martha denota cansancio pero su felicidad la opaca. Y es que durante cinco años su esposo, César Alberto Navarro y ella, soñaron en convertirse padres e intentaron a través de tratamientos hasta que por fin la vida los recompensó.
“Lo primero que hice cuando me dijeron que eran cuatro fue darle gracias a Dios y quería saber qué eran si niños o niñas. Ya no voy a buscar más bebés, los doctores me recomiendan que me opere porque fue cesárea, fueron cuatro y por la edad”, explica la feliz mamá.
De acuerdo a especialistas, las bebés tendrán que permanecer hospitalizadas hasta que se restablezcan, sobre todo la más pequeña, Berenice quien pesó 700 gramos. Conforme se vayan recuperando serán entregas a sus padres. Mientras tanto Martha, con pocos días de recuperación, visita a sus hijas en el segundo y quinto piso de la clínica (están separadas) para informarse de su progreso y darles ánimos.
“Cuando estoy con ellas (las bebés) les hablo y les digo que le echen ganas. Espero en Dios que salgan pronto porque tengo que regresar a trabajar; me dieron 42 días de incapacidad y tal vez pida mis vacaciones para estar aquí más tiempo con ellas”, dice la reynosense quien no piensa en reposar de la operación.
TODAS CON “B”
El nombre de las cuatro hijas inician con la letra B. Martha menciona que prefirió nombrarlas así para no errar al momento de llamarlas.
“Si me llego a equivocar cuando les hable sólo voy a decir ´be…´y me voy a acordar fácilmente” dice con una sonrisa.
Esta madre tamaulipeca visualiza las noches de desvelo con sus hijas y confía que tendrá el apoyo de todas sus hermanas y cuñadas para su cuidado, pues tendrá que organizarse y trabajar duro.
“Hay muchas tías por parte de mi esposo y mía; y yo creo que nos vamos a turnar. Aún no he acondicionado mi casa porque quisimos esperar hasta que nacieran porque la casa es muy pequeña, es de Infonavit y la estoy pagando. Mi esposo y yo trabajamos como obreros en maquiladoras”, dice y confiesa que el sueldo que perciben es bajo.
Mientras tanto Martha no desaprovecha ningún minuto para acompañar a sus hijas. Ella al igual que sus padres y hermanas están al pendiente de las pequeñas y tratan de estar más cerca al hospital.
Comenta que probablemente acudan al albergue más cercano de la clínica para dormir.
A pocas semanas de celebrarse el Día de las Madres, Martha ha recibido el mejor regalo que, asegura, la hace sentir completa.