
Para la aventura no se necesita de grandes cantidades de dinero, basta con tener un carácter arrojado y adentrarte por geografías recónditas, en zonas aisladas en las que sólo es posible llegar andando.
La caminata o trekking (término de origen inglés, cuyo significado es “viajando” lo cual consiste en caminar), no es una competencia o una carrera, es más bien una marcha donde cada quien va a su propio ritmo, deteniéndose cuantas veces y donde lo deseen.
Se realiza por rutas no marcadas y en zonas donde no hay posibilidad de introducir ningún medio mecánico.
Entre Nuevo León y Coahuila existe una ruta de 90 kilómetros que es un espectáculo visual para quien decide transitarla a pie.
Este camino recorre la Sierra Madre Oriental. Inicia en el parque La Huasteca, en Santa Catarina, y termina en el rancho San José de los Nuncio, en el libramiento Carbonera-Los Chorros, en Ramos Arizpe Coahuila.
Sólo dos días se necesitan para recorrer esa distancia a paso normal, con los respectivos descansos entre caminatas y acampando en el corazón de la sierra, bajo el cobijo de la bóveda celeste y el arrullo del viento. Aquí está una probadita de lo que se puede vivir en esta ecoexperiencia.
Hombre precavido…
Para que la caminata sea un éxito es necesario investigar sobre la ruta, flora y fauna que existen y lugares donde se pueda acampar o protegerse de alguna inclemencia del tiempo.
Por este sendero los animales que pueden resultar un peligro para el caminante son los osos negros y las víboras de cascabel. En cuanto a la flora, abundan las de espinos (nopales, cactus, etc.)
La vestimenta del caminante, así como su equipaje deberán contener lo siguiente:
Vestuario
:: Sudadera y/o pantalón cómodo
y lycra.
:: Calzado de cordones y suela de caucho, con doble calceta.
:: Gorra o sombrero y paliacate.
:: Impermeable (por si llueve).
:: Llevar un pantalón adicional (por si en el camino se rasga uno).
:: Navaja y ánfora con agua ceñida al cinturón.
Alimentación
:: Agua (5 lts. por persona) y bebidas hidratantes (gatorade o suero oral en polvo.
:: Cítricos (naranjas y limones).
:: Energéticos (chocolate líquido).
:: Huevos cocidos, pollo desmenuzado.
:: Almuerzo (tortas de atún o jamón).
Equipaje
:: Mochila de campista.
:: Casa de campaña.
:: Sleeping bag y almohada pequeña.
:: Tazón de peltre (por si se desea un café), cucharas y platos de plástico.
:: Papel de baño, antibacterial, artículos de aseo personal y un botiquín.
:: Gas lacrimógeno, brújula, luz de bengala, encendedor y linterna.
:: Dinero en efectivo e identificación (preferible sin cartera).
Antes que el gallo cante
Para que el día rinda en su máximo es necesario hacer los preparativos una noche antes y muy de madrugada levantarse para emprender la caminata.
El trekking inicia en el parque La Huasteca, especificamente en la desviación a la Arena Rodeo. Las rancherías a encontrar durante el transcurso de la caminata por la Sierra Madre son: Coyonoxtle (flor desértica), La escondida, La Escalera, Los Rodríguez, El Puerto o Placeres y San José de los Nuncio.
mas veloz que ‘speedy’ gonzalez
Para una catedra de resistencia y velocidad por caminos agrestes no hay como don Vicente Berlanga González.
Este hombre de 72 años y originario de Villa de García trabaja en el rancho La Escalera (a 4 horas del parque La Huasteca a pie), y cada fin de semana, al rayar el sol, emprende el viaje a este lugar situado a espaldas del Cañón del Peyotillo.
Sus piernas aún son fuertes y recorren veloz por la grava suelta del río, acompañado siempre de sus dos caballos de singular estampa, cargados de víveres, gasolina y herramientas.
Conoce toda la ruta y es un buen guía por si se necesita de orientación hacia dónde dirigirse y los nombres de los que cuidan las demás rancherías.
No hay que olvidar parar en el rancho Las Escobas y tomar un descanso. Admirar la precisión diaria del viento (a las 10 am comienza a ventear) que hace mover el papalote y abastece de agua fresca y pura a esta propiedad.
De mucha vegetaciOn a semidesErtico
Algo para disfrutar es la línea que se forma entre la vegetación y el desierto. En un abrir y cerrar de ojos todo el panorama cambia. La tierra se agrieta, el cielo se despeja y los espinos, coyonoxtles, matorrales, magueyes, nopales y cactus hacen su aparición.
Para este camino, en el cual el ecoturista se enfrentará entre las 11 y 12 del día, es importante usar un sombrero o gorra y un paliacate húmedo que cubra el cuello para evitar la insolación. Tomar mucha agua en Las Escobas, rellenar la cantimplora y racionarla a sorbos cada 10 ó 15 minutos.
Es importante que el grupo vaya siempre alerta a las víboras, que son frecuentes en este tipo de planicie, y cada cinco minutos hacer ruido con la garganta o golpeando dos palos para alejar a los osos.
De Las Escobas a Los Rodríguez son otras tres horas. Un buen momento para comer en compañía de don Gustavo Solís y Juan su hijo.
La gente de los ranchos es muy amable y nunca te van a negar un plato de comida. Es importante considerar el hecho de dejarles una ayuda económica por los servicios prestados tanto de la cocina, como del dormitorio, baños y agua.
A acampar se ha dicho
Algo que sin duda alguna es el mayor placer del caminante es la hora de buscar un buen lugar para armar su tienda de campaña, conseguir leña, encender una buena fogata donde se pueda calentar la cena, prepararse un café y relajarse antes de dormir bajo un cielo estrellado y clima fresco.
A tres horas del rancho Los Rodríguez está el rancho el Puerto o Placeres. En este lugar hay un área de pinos que marca el cambio de vegetación, dejando atrás lo desértico y accidentado del camino para observar el valle y al horizonte la carretera que indica el final de la caminata.
Hasta ese lugar son 60 kilómetros recorridos, bien vale la pena darse un descanso para reponer las fuerzas.
No olvide tomar las precauciones necasarias para dormir seguro como son: dejar la comida a 4 metros de distancia de la casa y colgada en un árbol, hacerle a la fogata una cerca de piedra y apagarla antes de dormir para evitar incendios, no dejar sobras de comida que alerten a los animales.
Recta final
Sólo 30 kilómteros separan al caminante del fin de la ruta. Es importante levantarse temprano para que el sol no haga mella en el cuerpo ya adolorido por la jornada anterior.
El último rancho es San José de los Nuncio y el final de la ruta. Antes de pedir “ride” para llegar a Saltillo o a Monterrey no se olvide de tomar una deliciosa y refrescante bebida en la tienda de don José y conocer a sus hijas, de hermosos ojos color verde esmeralda y miel.