De acuerdo con datos gubernamentales –desde que fue decretada la alerta sanitaria –en Tamaulipas hasta el miércoles 25 de noviembre, 35 mil 332 personas se han contagiado de coronavirus, de las cuales dos mil 946 perdieron la vida. Con una tasa cercana al 10 por ciento de mortalidad por cada mil personas infectadas, las autoridades aún no disponen de un escudo antiviral para inmunizar a la población de mayor riesgo, pero las farmacéuticas compiten a contrarreloj para introducir al mercado una solución que podría llegar antes de 2022.
En México todavía se discute el manejo de la pandemia, al colocarse por debajo de Estados Unidos, Brasil y la India entre los países con mayor número de pérdidas humanas (103 mil 597) y sumar un millón 70 mil contagios, desde el 18 de marzo cuando se presentó la primera defunción oficial por Covid–19 en territorio nacional.
Mientras que en China, donde se propagó el virus y con una población de mil 400 millones de habitantes, hubo solamente 4 mil 634 muertos. Japón con una densidad poblacional similar al territorio mexicano presentó mil 913 muertes y Vietnam, con 98 millones de ciudadanos solamente registró 35 decesos.
Es por eso que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha fustigado abiertamente al gobierno federal la determinación de no establecer medidas de contención más radicales, sino sólo de mitigación, a diferencia de otros países que optaron por la ubicación de los contagios y las cuarentenas obligatorias.
Los especialistas advierten que si no se toman estrategias drásticas las proyecciones negativas podrían duplicarse en la República Mexicana, ya que al no haber una suficiente implementación de pruebas, el virus seguirá transmitiéndose de manera peligrosa, porque la mayor parte de los casos asintomáticos no saben que están contagiados y son los que más lo están diseminando.
No obstante, las esperanzas de México están siendo puestas en un esquema de vacunación nacional gratuito, tras anunciar a mediados de octubre la intención de adquirir unas 200 mil millones de dosis para alcanzar al 90 por ciento de su población.
Si bien los ensayos clínicos ya comenzaron para determinar la efectividad de las pruebas que están desarrollando las principales compañías farmacéuticas como Pfizer, Moderna, CanSino, Curevac, Novarax, Janssen; la de la Universidad de Oxford y AstraZeneca (con capital mexicano), Johnson & Johnson y la Sputnik V de Rusia, no se sabe a ciencia cierta cuándo podrán aplicarse.
Todavía falta descartar los efectos secundarios y la implementación de una cadena de distribución, ya que algunas de las fórmulas requieren ser transportadas a muy bajas temperaturas.
Las previsiones de la federación habían considerado la aplicación de las primeras vacunas en México en marzo del año entrante, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) es menos optimista y duda que la suministración masiva quede lista antes de 2022.
HABRÁ VACUNAS, PERO…
Pfizer asegura que su prototipo contra el coronavirus tiene un 95 por ciento de seguridad; no obstante, necesita una red de congelación que incluso ningún país desarrollado dispone hoy en día, por lo cual los Estados Unidos por medio de la agencia de Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) aún no han aceptado su comercialización.
Al igual como se hizo con el tema de la influenza, será la Secretaría de Salud la encargada de llevar a cabo la aplicación en suelo mexicano, buscando una cobertura universal, aunque se tiene contemplado que la repartición será desfasada, debido a la reticencia de la comunidad por temor a vacunarse.
A diferencia de Sputnik V, su competidora china CanSino le ha apostado a una aplicación única y a un estudio clínico entre más de 15 mil voluntarios a una sustancia experimental.
Independientemente de eso México signó una especie de seguro que, de probar su efectividad, le daría un acceso garantizado a 35 millones de esas vacunas a un costo de 320 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales (que alcanzarían una cobertura del 20 por ciento).
Si bien es cierto que los más reconocidos conglomerados trabajan horas extras para encontrar una solución ante los casos de Covid–19, existen cientos de laboratorios que desarrollan en paralelo una solución en etapa III y podrían dar la campanada.
Pero quienes llevan la delantera son Pfizer, Moderna, CanSino, Oxford , AstraZeneca, y Sputnik V. Otros más se encuentran tramitando sus permisos.
El inconveniente estriba en los voluntarios. De hecho CanSino ha declarado que invertirá más de 140 millones de dólares para poder llevar a cabo sus experimentos en adultos y jóvenes.
En tanto que la prueba de Moderna, con una eficacia estimada del 94 por ciento, también se encuentra en la órbita de México, que negocia con otros laboratorios.
A la par, el país participaría en la producción de unos 250 millones de dosis en una operación financiada por el magnate Carlos Slim con AstraZeneca y Oxford. Al menos una quinta parte sería utilizada en territorio nacional y el resto para América Latina, a excepción de Brasil.
Además, de Pfizer se esperarían casi 20 millones de dosis y de la Sputnik otros 32 millones, sin embargo no se ha dado el visto bueno, porque de la primera se necesita resolver el tema del congelamiento y de la última solamente se ha probado en menos de un centenar de personas.
De acuerdo con diversas publicaciones el país tendría que desembolsar unos mil 660 millones de dólares en 2021 a cargo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) si quiere inmunizar a su población; no obstante, los analistas advierten que tener una vacuna no le garantizará una recuperación a un corto plazo, ya que en términos económicos este año ha perdido alrededor de 5 millones de empleos, aunque aquí lo más relevante es salvar vidas humanas.
Y mientras que los principales jugadores se esmeran para saber quién llegará primero, el gobierno lopezobradorista está poniendo sus fichas en todas las firmas, logrando acuerdos tanto con Estados Unidos, como con China y Rusia, según manifestó recientemente el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard.
Pero en caso de que haya luz verde, la prioridad, anunció el gobierno mexicano, será el personal de la salud y los más vulnerables, como adultos mayores con enfermedades crónico-degenerativas.
ASÍ TRABAJAN LAS VACUNAS
Sobre la manera cómo funcionaría la fórmula para inhibir la letalidad del virus de Wuhan, es introducirla al cuerpo de manera inyectable para que un código genético ataque cualquier agente externo del mismo.
En teoría suena ecuánime, pero varios gobiernos, incluido el de México, están estudiando los prototipos farmacéuticos como el de Pfizer, porque también requiere mantenerse a una temperatura por debajo de los 70 grados centígrados, si no la vacuna podría fracasar.
La otra estadounidense, Moderna, necesita llevarse a menos 20 grados centígrados, pero un mal manejo la echa a perder e incluso, eso significaría un peligro según prevén los investigadores.
En tanto se ha publicado que la Sputnik V sustituye el gen patógeno del virus maligno e inserta un elemento seguro para que el sistema inmunológico pueda reaccionar favorablemente ante la amenaza del Covid–19.
México está sirviendo junto con Arabia Saudita y China como uno de los países donde se prueba la efectividad de la vacuna china CanSino, pero aún no se han dado a conocer sus resultados, a pesar de que la Secretaría de Salud autorizó que en suelo nacional se aplicaran 15 mil pruebas a pacientes infectados.
De la farmacéutica de capital sueco y británico AstraZeneca, con la que la Fundación Carlos Slim firmó un contrato para producirla en México (a finales de noviembre) y en Argentina, se sabe que también se encuentra llevando a cabo sus ensayos. La fase I y II se efectuó en Inglaterra y mostró resultados favorables de inmunidad en un 100 por ciento de los participantes, aunque no estaban contagiados.
Esta vacuna, que tendrá un costo de 4 dólares por unidad (considerablemente más barata que cualquier competidor) y no requiere de un sofisticado método de transportación, se basó en una infección de resfriado en chimpancés semejante al coronavirus que fue modificada genéticamente.
Pese a los logros obtenidos hasta hoy lo cierto es que ninguna de las opciones ha concluido aún sus análisis clínicos y se sigue experimentando.
Con la de Sinovac se obtiene una respuesta inmunológica, pero se disminuyen considerablemente los anticuerpos, conforme se comprobó en los estudios. Al respecto, la Universidad de Johns Hopkins pidió mesura, pues los resultados de cualquiera de los gigantes farmacéuticos antes de querer comercializarse requieren interpretarse con mucha cautela.
Con todo eso, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en México, Hugo López-Gatell, manifestó que el gobierno no comprará ninguna vacuna que no disponga de una red de ultracongelación si así se requiere, porque aceptó que la tecnología mexicana de refrigerado es obsoleta y que no se podrá reparar en un año un rezago de tres décadas.
Aunque se adelantó que la sustancia contra el coronavirus, en caso de haberla, no será distribuida a todos los municipios, sino a regiones específicas y se encargará el Ejército Mexicano de custodiar los lotes, la aplicación recaerá en enfermeras de la manera convencional como cualquier otro esquema de vacunación.
Pfizer, por su lado, a la par de sus ensayos trabaja también en un sistema de cajas de hielo seco (unicel) que permitan la factibilidad de la distribución de ese producto.
Así, ante ese panorama, las preguntas obligadas surgen y todavía no existen buenas respuestas:
¿Por cuánto tiempo México esperará para desactivar la tendencia devastadora del Covid–19?, ¿cuántos muertos más habrá antes que una vacuna contenga este tsunami de víctimas? y, ¿el coronavirus se erradicará totalmente entre la población o será un mal que llegó para quedarse?
SARSCOV2 EN TAMAULIPAS
El Estado se coloca en el onceceavo lugar entre las entidades federativas con mayor número de contagios.
De acuerdo con la doctora Nineth Moreno, quien en dos ocasiones ha sido presidenta del Colegio de Médicos Generales de la Zona Norte De Tamaulipas A.C., la incidencia de casos no ha bajado y hay un subdiagnóstico, ya que a diferencia de los meses anteriores la medicina privada se ha involucrado más en la atención del Covid-19, empero gran parte de estos pacientes no están siendo reportados en las estadísticas oficiales, por lo que la cifra es mayor.
Además la pandemia enfrenta una etapa crucial por el escenario que supone la temporada invernal, en la que tradicionalmente se conjuga la aparición de enfermedades respiratorias, lo cual significaría un repunte en la ocupación de los centros asistenciales.
“Definitivamente estamos aprendiendo más de la enfermedad y del manejo a nivel hospitalario, lo cual puede contribuir a la disminución de la mortalidad; sin embargo, comienza a haber además casos de influenza y eso agrava la situación de esta pandemia, ya que nos enfrentaremos seguramente a mayores complicaciones médicas en pacientes más vulnerables.
“Los estudios de respuesta inmunológica de la infección por el virus SARS CoV-2 aún no son concluyentes, porque la memoria en el organismo puede durar meses o años. La vacuna, al igual que la de la influenza, confiere una respuesta inmunológica de tiempo variable y funcionalidad, dependerá de la presencia de serotipos virales y la mutación de éstos”, señaló Moreno.
Al respecto, el gobierno de Tamaulipas anunció (de manera paralela a la Federación) que el Estado adquirirá un importante lote de vacunas contra el coronavirus, lo cual ya está contemplado en el Presupuesto de Egresos de 2021.
AL RESCATE DE MILLONES
:: Históricamente la humanidad se ha enfrascado en un intento frenético por llevar la delantera: desde que existen registros se produjeron revueltas para conformar imperios y conquistar pueblos; esto no fue la excepción en el ocaso de la Edad Media, cuando el hombre se aventuró a la búsqueda de rutas transatlánticas para expandirse a otros territorios y colonizar naciones.
De igual forma, con la Revolución Industrial se dimensionaron las economías, se detonó el uso de las energías fósiles y el desarrollo del transporte, pero también se desencadenó una carrera armamentista entre las superpotencias, que estalló con el azote de una Primera y Segunda Guerra Mundial.
En la misma tesitura de llegar primero las eras aeroespacial y de las tecnologías en comunicación supusieron un gran avance para la sociedad moderna; sin embargo, el establecimiento de una cultura globalista de consumo, también ocasionó estragos, polución y muerte.
Paulatinamente el cáncer, la hipertensión y la diabetes pasaron a convertirse en las principales enfermedades epidémicas de las últimas décadas y a estas tres se le agregó un desafiante y mortífero virus, que tan sólo en México ya ha ocasionado el deceso de 100 mil personas en menos de nueve meses.
Y una vez más el ser humano emprende un nuevo camino para no sucumbir ante una amenaza mundial que afecta a millones de habitantes, siendo este el reto rampante que ahora la ciencia libra en aras de crear la vacuna del Covid–19.
Aunque el destacado virólogo francés, Lug Montagnier, famoso por ser el descubridor del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH–SIDA), insinuó que el coronavirus fue modificado en un laboratorio de biotecnología y que al no ser natural desaparecería solo, las compañías farmacéuticas compiten entre sí para encontrar un elemento que inhiba el poder devastador del SARS-CoV-2, como también se le conoce al bicho que ataca especialmente las vías respiratorias, haciendo colapsar los pulmones.