En 2017 se registraron estrategias para captar el voto que reaparecerán en los comicios de 2018, coincidieron analistas. Afirmaron que las estrategias electorales que implementó el PRI en el Estado de México fueron la compra de votos, el despliegue masivo de recursos económicos y el apoyo de funcionarios de alto rango a lo largo de la campaña del hoy gobernador Alfredo del Mazo.
José Antonio Crespo, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), consideró que el trabajo que realizó el tricolor este año fue decisivo por “utilizar los programas sociales y el presupuesto” para conquistar al electorado.
Alberto Aziz, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), señaló que los votantes tendrán que decidir “si el voto duro del PRI, con toda su ingeniería electoral y la compra del voto, va a ser suficiente para que puedan ganar, o va a haber una sociedad muy agraviada, que pueda generar más participación”.
El periodista Leonardo Curzio explicó que el PRI vive en una “hipnosis colectiva”, difundida entre su élite, por la que se muestran confiados en un triunfo.
Aclaró que, pese a la conformación de la alianza por México al Frente entre PAN, PRD y MC, ve un escenario final en 2018 similar al que vieron los mexiquenses entre Alfredo del Mazo (PRI) y Delfina Gómez (Morena).
Afirmó que el abanderado morenista Andrés Manuel López Obrador le quitará votos al PRD, al tiempo que José Antonio Meade, hoy precandidato del PRI, atraerá preferencias del PAN, dejando al Frente en el tercer sitio.
Khemvirg Puente, profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, consideró que la decisión que tomó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) de descontarle gastos de campaña a Miguel Ángel Riquelme, el ganador en Coahuila, es la lección de este año para 2018.
Víctor Manuel Alarcón, del área de procesos políticos de la UAM Iztapalapa, coincidió en que “los criterios de fiscalización que adoptó el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal respecto a Coahuila mostraron diferendos importantes”.
Sobre la participación que se espera en las urnas de 2018, Curzio citó un artículo publicado en The Economist, en el que se argumenta que, a mayor inconformidad social es menor la participación.
GUERRA SUCIA
A pesar de que las elecciones que se realizaron este año sólo fueron cuatro, y no se compararon con las de 2016 en número, se convirtieron en un referente importante para lo que viene.
La disputa de gubernaturas en tres Estados de la República: Estado de México, Coahuila y Nayarit, además de las elecciones locales en Veracruz, perfilan desde ahora cómo serán las campañas, que ya se avizoraban así, para el año 2018: guerra sucia, denostación y elementos negativos, serán la constante en los comicios.
Un elemento más a destacar en el panorama electoral fue la intentona de coaligarse en el Edomex entre PAN, PRD y Morena, sin éxito. Morena, de Andrés Manuel López Obrador, hizo varios llamados a los partidos políticos para unirse a él, con el fin de derrotar al PRI en lo que ya coloquialmente es denominada “la joya de la corona” en materia de votos: el Estado de México.
Del otro lado, hubo fuerzas que también impulsaron, como el PAN, las alianzas electorales, sobre todo tratando de seducir al PRD de Juan Zepeda, para conformar un bloque electoral que fuera capaz de hacerle mella al PRI, de Alfredo del Mazo.
No se pudo y posteriormente vino el trabajo para conformar el bloque por México al Frente, conformado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, que tendrán el próximo año su prueba de fuego ante sus detractores.
Con todos estos elementos, 2017 configura un 2018 electoral, el más grande de la historia, con elementos singulares y serán, de nueva cuenta, las instituciones las que tengan la última palabra.