Extrovertido, carismático, servicial, único. Cualquiera de los cuatro adjetivos dibuja la personalidad de quien es quizá el matador de toros más polivalente que existe en México.
Guillermo Capetillo y Alfredo Leal incursionaron en la actuación, pero Jorge de Jesús Gleason, mejor conocido como el “Glison” se voló la barda:
Tomó la alternativa en 1990 para construir una carrera progresiva en los ruedos; comenzó a escribir poemas en noviembre de 1987, tras sufrir una cornada que a punto estuvo de cegarle la vida y, recientemente, decidió entrar a la historia de los récords Ginness como el hombre que más caballos ha montado en una distancia de tres mil 200 kilómetros, en la que es popular en Estados Unidos como la legendaria carrera de la entrega del correo “Pony Express”. En este caso el “Glison” galoparía ese mismo trayecto sin bajarse del caballo. Para acudir al sanitario, cambiarse, alimentarse y dormir, tendría que disponer de una habitación, que finalmente le fue construida sobre un remolque.
A decir del ahora célebre jinete, la idea de surcar el país comenzó en una simple charla entre amigos en Reynosa. Confiesa que se hicieron los “amarres” y Jesús Valdés, presidente de la fundación Mexicanos Unidos, se animó a apadrinar un proyecto que en el guión parecía irrealizable.
Aquel 12 de octubre de 2009 cuando este torero originario de Saltillo, Coahuila, dejó el capote para tomar las riendas –partiendo desde playa Bagdad, Matamoros, hasta Huatulco, Oaxaca–, muchos especularon sobre sus “locas” intenciones.
Televisión Azteca también se apuntó para cubrir el que sería para ellos un “reality” fuera de serie. El caso es que las apuestas no se hicieron esperar y el aventurero, intermitente e inspirado “Glison” comenzó su peregrinaje en la llamada cabalgata Unidos por México a Todo Galope.
MISION POSIBLE
Los primeros días fueron los más complicados, porque la logística del reto fue desarrollándose durante el recorrido; además de que el estelar participante nunca había montado por más de 10 minutos, lo cual representa avanzar unos tres kilómetros a toda prisa.
Pero aún cuando los obstáculos eran gigantes, el matador no se achicó y con un grupo de ayudantes (los cuales le emparejaban los animales para cambiar de relevo) partió de Tamaulipas para llegar a Nuevo León, Coahuila, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, el Estado de México, Guerrero, Morelos, el Distrito Federal, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Tabasco y Chiapas. Dieciocho Estados del país, en los que llevó un mensaje de esperanza y superación. Aunque al principio la meta era el puerto de Huatulco, el proyecto se alargó hasta la frontera sur del país.
“Al ser tanta la respuesta de la gente que nos recibió por el camino nos fuimos hasta Guatemala y gracias a Dios lo logramos, estoy muy contento por ello. No fue fácil, al final de cuentas fueron 98 días. Se recorrieron cuatro mil 72 kilómetros y se utilizaron 601 caballos registrados. Le doy las gracias a todos los que creyeron en nosotros”, expresó el “Glison” en entrevista exclusiva.
La expedición del matador arribó primero a Tapachula, Chiapas y luego a Ciudad Hidalgo, una ciudad que colinda con Tecún Umán, en el vecino país centroamericano, hasta donde este personaje de dichos cautivadores y melena cruzó.
“Ahí tuvimos la fortuna de que el presidente municipal nos invitó a pasar con todo y caballo. Luego volvimos al lado mexicano y continuamos por el contorno del río Suchiate hasta llegar al mar, en el Océano Pacífico.
“Gracias a Dios tuvimos recibimientos muy buenos por todo el camino y al entrar al ejido El Gancho eran siete kilómetros en los que no había oportunidad que pasaran los automóviles. Llegamos a caballo y algunas gentes inclusive, a pie.
“Agarré uno de los animales que llevábamos y me permitió que yo pudiera brincar no en el suelo, sino adentro del agua. Caí de pie, le di las gracias a Dios, a toda la gente que nos apoyó, a la Fundación Mexicanos Unidos y a su presidente Jesús Valdés. Luego llegó mi hijo corriendo y toda mi familia a abrazarme, eso fue muy emotivo”, relató.
UN MENSAJE DE PAZ
Avante en un viaje largo y complicado el “Glison” explicó que se enfrentó a múltiples obstáculos, intensos dolores musculares, altas y bajas temperaturas, así como a los peligros de la carretera en cada una de las entidades que atravesó.
“Estuvimos a punto de ser arrollados por un tráiler que perdió los frenos cerca de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y que chocó con seis vehículos. También sufrí cuatro caídas porque me tocaron animales desbocados”, mencionó.
Celebrando todavía con elogios y reconocimientos, tras haber conquistado su objetivo de atravesar el país a caballo –dos meses después de iniciado el periplo–, este aventurero reconoció que muchos dudaron de él, pero lo importante, dijo, es que pudo demostrar que las metas se logran si se les pone empeño.
“Me siento honrado de poder ser un ejemplo de fortaleza para los mexicanos. No lo veo como una forma personal ni ególatra, pero a la nación le hacen falta personajes que puedan imitar nuestros jóvenes. Le doy las gracias a Dios por haberme dado esa oportunidad de recorrer la República”, reiteró.
Al día siguiente de haber culminado esta faena, el “Glison” fue objeto de múltiples distinciones y charreadas ofrecidas en su honor; sin embargo, manifestó que aún no ha podido regresar a su casa en Saltillo y dormir como se debe, pues ahora tiene el trabajo de recoger los caballos y devolvérselos a sus dueños, a quienes también les da las gracias.
Acerca del récord Guinness que acaba de implantar este torero, poeta y jinete, comentó que lo logró al llegar a un lugar conocido como Ciudad Islas, en el Estado de Veracruz. Actualmente está a la espera de que le entreguen el reconocimiento oficial.
Sin duda lo que hizo Jorge de Jesús el “Glison”, difícilmente alguien lo podrá igualar ni habrá quien le quite la satisfacción de haber conocido México como pocos, aunque no descarta iniciar nuevos desafíos.