Tres de los rincones más espectaculares de la República Mexicana se encuentran en San Luis Potosí, como lo son el Sótano de las Golondrinas, la cascada de Tamul y el jardín surrealista del escultor escocés, Edward James. Basta un puente vacacional para admirar estas obras y convivir con la naturaleza.
Contrario a lo que pudiera pensarse, vivir México está al alcance de cualquier bolsillo. Sólo se necesita un poco de organización, un buen pronóstico en la temperatura y al menos tres días para disfrutar algunos de los paraísos más concurridos y espectaculares del país.
Especialmente para quienes radican en la frontera de Tamaulipas y suelen mirar hacia otros territorios en Estados Unidos –durante la época de vacaciones o días de asueto–, existen destinos dentro de la República Mexicana que conviene visitar, porque son íconos de la grandeza nacional y una experiencia inolvidable para todos.
Y para eso San Luis Potosí se pinta solo. Uno de los Estados más seguros y acogedores no dispone únicamente de un agradable clima, sino además de varios puntos de interés turístico que año con año atraen a miles de personas locales, de Europa, Asia y Norteamérica.
Y como el dicho menciona que: “para muestra basta un botón”, el primer lugar que por su majestuosidad se encuentra entre los más visitados en esa provincia es la cascada de Tamul.
Situado a 45 minutos de Ciudad Valles y a un tanque de gasolina de la frontera de Tamaulipas a velocidad crucero –en el municipio de Aquismón– se localiza este salto de agua del río Santa María, que revienta por encima del cañón para caer a una altura de 105 metros sobre el río Gallinas.
Es precisamente en la unión de ambos afluentes que nace el río Tampaón, el cual por lo regular presenta un fondo azul turquesa, mientras que en los meses de lluvias el caudal se incrementa y no es navegable, por lo que solamente puede apreciarse la fuerza de la cascada. De todas maneras vale la pena el trayecto.
Esta corriente desemboca en el Pánuco, que a su vez lo hace en el Golfo de México, entre los límites de Veracruz y Tamaulipas.
ICONICA CATARATA
De acuerdo con Fernando Félix, quien pertenece a una estirpe de guías turísticos, si bien todo el año hay una gran afluencia, la mejor temporada para visitar Tamul es antes de Semana Santa, ya que especialmente durante ese periodo tanto la navegación como los recorridos a los miradores son muy concurridos (hasta 4 mil personas al día), haciendo que la espera pueda prolongarse una hora y media para conseguir un lugar.
El joven, quien tiene cuatro años llevando gente a conocer estos exóticos rincones de la naturaleza mexicana, detalla que es posible nadar en agua cristalina con al menos 45 metros de profundidad, por lo que la experiencia es admirable, que incluso a él no deja de sorprenderlo.
En tanto que el poblado de Tanchanchín es el que ofrece el servicio de transportación por abajo de la cascada, pues ahí se encuentran la mayoría de los embarcaderos.
El paseo ante las faldas de enormes, verdes y accidentados cerros ofrece un paisaje espectacular por un costo que puede variar entre los 300 a los 500 pesos para el público connacional.
Desde el punto de vista étnico, esta región ha sido cohabitada durante siglos por ‘huastecos’ y ‘pames’, y cada cual posee sus propios dialectos, vigentes aún con todo y sus costumbres y atuendos.
LOGISTICA Y RECOMENDACIONES
Para quienes viajan desde el norte del país a la cascada de Tamul una de las recomendaciones es pernoctar en Ciudad Valles, San Luis Potosí, localidad que cuenta con toda clase de servicios tanto hoteleros, gastronómicos y de transportación, aunque en general el Estado dispone de hospedaje y mesones cercanos a los parajes turísticos a precios muy accesibles.
La red de cobertura inalámbrica es óptima por todas las carreteras, haciendo muy sencilla la utilización de mapas en dispositivos móviles.
Posteriormente hay que dirigirse hacia el poblado de El Naranjito, municipio de Aquismón y preguntar por Fernando Felix (hijo), quien dirige a los visitantes hasta un sitio llamado El Sauce, a unos pasos de la cascada de Tamul.
Cuenta que “la troca de don Feliciano”, una desvencijada camioneta Ford 1978, fue la primera en entrar a este sitio hace aproximadamente 30 años.
Aunque sigue funcionando, los propietarios del rancho –por el cual se accede al paraje– la dejaron estacionada en el último portal para que la gente se ubique.
Debido a las condiciones del camino de terracería, los vehículos pequeños pueden ingresar hasta cinco kilómetros antes del cañón, por lo que el resto del recorrido es caminando; no obstante, el trayecto brinda la gran oportunidad de conocer varias cuevas ya sea antes o después de ir a la cascada de Tamul, cuyo colosal salto de agua tiene un ancho de 254 metros.
En el lugar existen unas escaleras por donde la gente puede acercarse a la pared, disfrutar de una vista espectacular y tomarse fotos.
Comenta Fernando que también hay prestadores de servicios de rapel para quienes buscan aventuras extremas, pero como el calor es tropical se recomienda que los visitantes lleven botellas con agua y comida ligera.
ANIMALES EXOTICOS
Por la densa vegetación que se observa a los lados del camino, Fernando comenta que ocasionalmente pueden verse jabalíes y tejones los cuales, asegura, los campesinos cazan porque se comen los cultivos. Pero también hay gatos monteses y hasta jaguares sin que representen un riesgo para los turistas.
En los recorridos, añade, normalmente no se ven serpientes, sino más bien en las partes donde está más copiosa la selva, como víboras “coralillo”, “cuatro narices” y “alicante”.
De esta última señala que “persigue rápidamente a la gente cuando la molestan”, y existe la creencia de que engaña a las mujeres que crían niños pequeños y las duerme, para poder tomarse la leche de sus senos, mientras que al bebé le pone la cola en la boca para que no llore”.
Agrega que los visitantes pueden disfrutar del cantar de las aves y de modo ocasional conocer las chachalacas.
Otro de los atractivos cercanos a la cascada de Tamul son los cementerios que surgieron por las conflagraciones que supuso la colonización española, pues hay sectores y cuevas donde los nativos colocaban a sus difuntos.
Fernando agrega que inclusive, en ocasiones son descubiertos objetos arqueológicos, los cuales deben de reportarse ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Pero sin duda, para él, desde su infancia, uno de los parajes más enigmáticos y sobrecogedores es la Cueva del Tigre, que se encuentra por un camino inhóspito, pues manifiesta que “nadie la explora”, ni los arqueólogos, porque “a cualquiera le da miedo ir”.
De viva voz expresa que él tuvo una experiencia familiar relacionada con ese sitio y un supuesto tesoro, cuando un familiar cercano “quedó completamente loco”, algo que sus seres queridos atestiguaron.
“Tenía un primo hermano llamado Rigo que entró a la cueva a la edad de 17 años. Se metió con un grupo de personas porque aquí en la región se piensa que en ese lugar hay oro.
“Quienes iban con él aseguran que se detuvieron y él continuó al interior hasta que de repente regresó espantado porque había visto al diablo, que le daría el oro si asesinaba a mi tía.
“Entonces días después Rigo quiso matar a su propia madre y luego de varias crisis quedó completamente loco y decidió darse un tiro en la cabeza. Fue algo muy feo; aquí todo mundo se enteró”, recuerda Fernando, quien vivió el suceso de cerca.
Por tal motivo la Cueva del Tigre a su consideración no es frecuentada, porque los lugareños le guardan respeto, según platica.
Manifiesta que el público tendrá asegurada una distracción total al conocer la cascada de Tamul y estas historias.
Sugiere que quienes tomen el trayecto en lancha lleven bolsas transparentes para sus cámaras fotográficas, porque a veces éstas se vuelcan en los ‘rápidos’, aunque subraya que eso no representa ningún riesgo, porque se toman numerosas medidas de seguridad y las personas son dotadas de chalecos salvavidas.
Este guía turístico comenta además que los pescadores del río Tampaón se han encontrado bagres de hasta 27 kilos y también caballas, por lo que, remarca, en este
sector de San Luis Potosí hay muchas actividades para entretenerse con una diversión asegurada.
SOTANO DE LAS GOLONDRINAS
Maximino Santos Ramírez, quien tiene tres años haciendo “nudos”, es nativo del poblado Unión de Guadalupe del municipio de Aquismón.
Su empleo parecería ser muy sencillo, pero en realidad es riesgoso, pues permanece gran parte del día al pie de uno de los abismos más espectaculares del mundo (el sexto más profundo en los cinco continentes), pues trabaja en el Sótano de las Golondrinas, considerado como el “Disneylandia” del rapel.
Detalla que esta es una área natural protegida declarada hace 15 años como monumento nacional. Su forma es de una cueva vertical de origen kárstico (erosionada por el agua en piedra caliza).
Este hombre de escuchimizado aspecto explica que el sótano tiene un diámetro de 55 metros y una profundidad de 512 metros, pero los excursionistas normalmente descienden 412, porque en la parte de abajo está reducida y se necesita un equipo más especializado.
Maximino únicamente se encarga de atar a los visitantes para que puedan descender pocos metros y asomarse al vacío. Su ancla es una gran piedra por donde circunda la cuerda y recibe una aportación voluntaria. Ese es su salario.
De acuerdo con diferentes publicaciones el Sótano de las Golondrinas es un accidente orográfico que fue dado a conocer en 1966 por un equipo de ornitólogos de la Universidad de Texas, quienes se encontraban realizando un estudio de las aves en las fosas de la Huasteca potosina.
El espeleólogo Lorenzo García fue la primera persona del México moderno en descender hasta el fondo, mientras que Isabel Vivián, la primera mujer mexicana.
Para llegar a este acantilado es necesario desplazarse hasta Aquismón (a una hora de Ciudad Valles) y transitar por hermosas carreteras, donde también se observan túneles formados por los árboles.
Después subir varios kilómetros de sierra hasta una estancia donde se quedan los vehículos, para entonces realizar una caminata de 15 minutos y bajar 586 escalones hasta el borde del Sótano. El peaje es de 30 pesos por persona.
Tomás Pérez López, quien fue administrador del sitio, destaca que aquí se filmó parte de la película “Punto de quiebre (2015)”, la cual atrajo a un mayor número de turistas. “Mil por día durante Semana Santa”, asegura.
De una forma muy simpática relata que el elenco de la cinta (protagonizada por Edgar Ramírez, Luke Bracey, Teresa Palmer y Ray Winstone) no realizó el lanzamiento
aéreo, tal como se aprecia en la pantalla, sino que estuvo montado.
Sin embargo, asegura que hace 30 años quien sí hizo la proeza como hombre pájaro fue el actor estadounidense, Sylvester Stallone, quien se arrojó desde un avión para caer dentro del Sótano y abrir su paracaídas.
Cabe decir que en el área del abismo existe personal de seguridad que cuida a los vacacionistas para evitar incidentes. A pesar de su enorme profundidad la estadía en el Sótano de las Golondrinas es muy segura.
Durante el recorrido los lugareños venden figuras de madera, flores y frutas como maracuyá y mandarinas para ayudar su economía. En tanto que el hospedaje cuesta 300 pesos por cuarto y el pago del acampado es voluntario.
Así como el Sótano es un espectáculo, las aves son parte del atractivo, pues muy de mañana emergen por miles del agujero y de tarde regresan para descansar; no obstante, Tomás manifiesta que no se trata de golondrinas, sino de una especie llamada Vencejo Sinjajo, la que mayoritariamente habita en este lugar.
JARDIN SURREALISTA
Edward James fue un escultor, poeta y millonario escocés, muy célebre por ser el principal patrocinador del pabellón surrealista de la Feria Mundial en Nueva York.
En 1944 arribó a México para trabajar en el proyecto de un “Jardín del Edén”, por lo que escogió un terreno al borde del río Santa María, en Xilitla, San Luis Potosí, para instalarse y realizar uno de sus sueños con la ayuda de trabajadores huastecos.
De acuerdo con información bibliográfica James era amigo del destacado pintor español, Salvador Dalí. Vivía entre México e Inglaterra hasta el día de su muerte, intercambiando experiencias y también recibiendo la visita en Xilitla de destacadas personalidades y artistas surrealistas.
Este sitio –con caminos que parecen laberintos– atrae cada año a miles de turistas que pueden contemplar esculturales edificaciones de cemento, rodeadas de exuberante vegetación, humedad y cascadas.
Este conjunto artístico denominado también como Las Pozas, fue erigido en la década de los 60 en un espacio de 40 hectáreas, donde colocó 36 estructuras. Este espacio ha sido locación para la grabación de documentales y videos musicales.
Las principales obras de James en este sitio son la “Escalera al cielo”, “La estructura de tres pisos que pueden ser cinco”, “La recámara con techo en forma de ballena” y “El cine”.
Así como es posible convivir estrechamente con la naturaleza y este tipo de arquitectura a un precio módico y aprovechar para disfrutar de su deliciosa gastronomía, la cual es muy apreciada por los visitantes.
De acuerdo con los guías el artista escocés también radicó en la zona urbana de Xilitla, en una casa al estilo gótico que ahora alberga al hotel La Posada El Castillo.
De hecho este antiguo municipio (que tiene un ex convento de cinco siglos) está enclavado en el espinazo de la sierra y para poder ampliar la superficie los habitantes construyeron elevados sótanos.
La influencia de James es tal que se cuenta que a raíz de haber trabajado con él, muchos albañiles destacaron en el establecimiento de casas situadas en lo alto de columnas.
En resumen, la huasteca potosina, además de la cascada de Tamul, el Sótano de las Golondrinas y el Jardín Surrealista de Edward James, dispone de grandes atractivos para ser visitados.
Otro de los lugares más emblemáticos son las Cuevas de Mantetzulel, el Puente de Dios en Tamasopo, la cascada Micos y el Sótano de las Huahuas, que del mismo modo atraen a gran número de turistas a una región, la cual enseña por qué México –por su naturaleza– es uno de los países más hermosos a visitar.