
Por Guadalupe Carranza y Mariliú Oviedo
Monterrey, Nuevo Leon
El miércoles 6 de octubre es una fecha que esta ciudad nunca podrá olvidar. Alrededor de las 19:00 horas, un grupo de hombres armados atentó contra un celador del penal del Topo Chico quien, junto con otros cientos de personas, se encontraba en la Plaza Comercial Morelos, una de las zonas más visitadas de este municipio.
Tras el ataque, seis personas –incluyendo el celador– resultaron lesionadas. Sin embargo, la verdadera tragedia fue la de Lucila Quintanilla Ocañas, una joven de 21 años de edad, estudiante del octavo semestre de la carrera de Diseño Gráfico en la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), quien encontró la muerte cuando fue alcanzada por una bala en la cabeza mientras hablaba por teléfono con su novio.
La muerte de “Lucy” –como era conocida–, indignó a la sociedad del Estado y se convirtió en el símbolo del hartazgo que vive por los continuos enfrentamientos armados y hechos de violencia que se han registrado.
Entre llanto, flores y mariachi, el pasado 8 de octubre “Lucy” fue despedida en el Panteón Dolores de Monterrey.
Decenas de amigos, compañeros y familiares, mostraron su dolor e indignación por el asesinato de la joven estudiante.
Uno a uno, los asistentes al sepelio fueron desfilando frente al féretro color beige, donde descansaba el cuerpo de la joven. Mientras tanto, un mariachi tocaba melodías como: “La Cruz de olvido” y “Las Golondrinas”.
Decenas de globos fueron lanzados al aire como una manera de despedir a la joven estudiante, la más reciente víctima inocente de la violencia que se vive en la región.
¡NI UN CIVIL MAS!
Según los reportes oficiales, “Lucy” fue la víctima colateral de un ataque que dos hombres armados perpetraron en contra de un celador del penal del Topo Chico. Tras los hechos, más de 25 personas, la mayoría jóvenes estudiantes quienes fueron convocados a reunirse por medio de las redes sociales de Internet, colocaron ofrendas florales en el lugar donde cayó el cuerpo de la joven y expresaron su indignación.
“¡Ni un civil más!” “¡Ni un estudiante más!” fue el reclamo de estas personas quienes el jueves 7 de octubre, alrededor de las 19:40 horas, guardaron un minuto de silencio en memoria de “Lucy”.
Durante el homenaje, los presentes formaron un corazón con decenas de veladoras y flores rojas y blancas frente al sitio donde quedó tendido el cuerpo de la joven de 21 años de edad.
Los asistentes manifestaron su repudio a las autoridades que gobiernan Nuevo León.
“Nos duele una muerte. ¡Ya basta! Las peticiones se acabaron, las lágrimas ya no corren más, la impotencia es mucha; si hay algo a lo que muchos ciudadanos le tienen miedo es a la impunidad y a la corrupción que alimenta este problema, que es una de nuestras peores pesadillas.
“A esta política pública de seguridad absurda, le hace falta educación, empleo, y oportunidades, más acción y menos escusas, señores”, expresó Indira Kempis, estudiante del Itesm.
Por su parte, el también estudiante David Pulido, reclamó a las autoridades que permitan estos hechos.
“‘Lucy’ somos todos. Es increíble que tengamos que estar viendo esto y no haya una reacción. Lo único que queremos es estudiar, vivir en paz, ver a nuestros padres, hijos. ¿Qué tenemos que hacer para que nuestras autoridades nos respondan y vivir en una sociedad en paz?
Lo único que escuchamos son excusas… esto no debió de haber pasado… ¿dónde están las autoridades?, No queremos la muerte de un civil más”, dijo.
Angela Lafont, estudiante de la Facultad de Artes Visuales de la UANL, reprobó que la policía no llegó al lugar del ataque a tiempo.
“¿Hasta cuándo las autoridades van a acabar con la violencia? Parece que hay policías, pero dónde estuvieron cuando fue esta balacera”, indicó.
En tanto, Gabriel Quiroz, alumno del Tec Milenio, invitó a las personas que provocan esta violencia a que no lo sigan haciendo.
“La seguridad no es algo gratis que nos regala el gobierno, invito a la gente que hace violencia a reflexionar y cambiar su estilo de vida. ¡Por favor no hagan esto!, no maten gente, esto no debe de suceder. Como humano, de persona a persona, deberíamos de ser capaces de decirle a los demás: ‘no dispares, no lances granadas, no secuestres, no me extorsiones, no lastimes a mi familia’, nosotros queremos vivir nuestra vida, no es mucho pedir”, dijo con voz entrecortada.
Cabe mencionar que en el acto también estuvieron presentes algunos adultos como Juan Carlos Armadillo, un albañil quien pidió un minuto de silencio por la memoria de “Lucy”.
DOLOR EN LAS AULAS
Contrario a la energía que inunda las instituciones educativas, el jueves 7 de octubre las instalaciones de la Facultad de Artes Visuales estaban inmersas en la tristeza.
Las caras largas y los ojos llorosos eran estampa común entre los estudiantes, adoloridos por la muerte de su compañera.
“Es alguien que sin duda alguna no va a tener igual, se nos adelantó en el camino. Esto es algo que a todos nos indigna, pero tenemos que saber que el recuerdo de ella va a estar con nosotros, siempre sonriente”, dijo Francisco González Morales, uno de los amigos más cercanos de la joven abatida.
Por su parte Mario Alberto Méndez Ramos, director de la Facultad de Artes Visuales, señaló que los estudiantes propusieron organizar un homenaje a “Lucy”, una idea que apoyaron todos los maestros.
“Lo sentimos profundamente sobre todo, es algo muy lamentable que estamos padeciendo. Nos unimos a ellos como administración y universidad”, mencionó.
El rector de la UANL, Jesús Ancer Rodríguez, indicó que “Lucy” era una estudiante trabajadora y con gran futuro, quien contaba con becas, además de que trabajaba al mismo tiempo de que estudiaba.
“Participaba activamente en todas las actividades de responsabilidad social, cada año iba a La Ascensión, allá en el sur del Estado, en brigadas con la universidad, era una estudiante muy querida por su comunidad y es una pérdida irreparable para su familia con quienes nos solidarizamos”, señaló.
Comentó que desde hace algunos meses la institución cuenta con el programa “Universidad Segura”, que contempla la instalación de cámaras de seguridad y mayor vigilancia en el campus.
El secretario de Educación de Nuevo León, José Antonio González Treviño, también condenó los hechos y dijo que espera que este crimen no quede impune.
Y aunque toda la ciudad está dolida, los momentos más estremecedores se vivieron en la Iglesia del Rosario, ubicada en la colonia Roma, donde se llevó a cabo una misa en honor de “Lucy”.
Alrededor de las 20:00 horas, más de una decena de alumnos cambiaron sus libros por cantos y rezos para pedir por el descanso eterno de su compañera.
Todos tenían un recuerdo de su compañera, como Hilda Margarita Gutiérrez, quien fue profesora de la joven.
“La conocí en el equipo de voleibol, era una persona muy amable. La misa es un espacio que nos damos para sentirnos un poco reconfortados, es difícil entender la forma en la que murió, no nada más ella, sino todos los que han muerto por esta violencia, pero tenemos que seguir luchando”, dijo.
Comentó que hace falta que el gobierno establezca mejores estrategias para terminar con los grupos delictivos que generan la violencia.
La misa fue impartida por el cardenal Francisco Robles Ortega y coincidió con la fiesta patronal de la Virgen del Rosario en la colonia Roma.
OFRECEN RECOMPENSA
Por su parte, el gobernador del Estado, Rodrigo Medina de la Cruz, condenó la muerte de “Lucy” y aseguró que utilizarán todos los medios disponibles para dar con los responsables.
En rueda de prensa, el mandatario estatal aseveró se ofrecerá una recompensa de más de 200 mil pesos para quien aporte datos que lleven a la captura de los asesinos.
“Estamos haciendo un mayor esfuerzo, un gran esfuerzo en esta batalla, para ganar esta batalla, condenamos que sea gente inocente, civiles que nada tienen que ver con esta lucha”, expresó.
Sin embargo, la esperanza de los ciudadanos es poca, pues los recientes hechos de violencia en donde han resultado lesionadas personas inocentes han provocado un sentimiento de miedo entre la ciudadanía.
“No queda más que salir de la casa persignados y arrepentidos, porque no sabes si vas a regresar”, expresó un paseante en la Plaza Comercial Morelos, al detenerse en el lugar donde el cuerpo de Lucila Quintanilla cayó abatido.
Su luz llegó a la Catedral
Por Guadalupe Carranza
Un día después de que se lanzó la convocatoria para hacer una fila de veladoras desde el Pasaje Morelos hasta Catedral Metropolitana de Monterrey en honor a Lucila Quintanilla, la joven que murió durante un enfrentamiento el pasado 6 de octubre, la participación ciudadana logró el objetivo.
Las redes sociales nuevamente fueron el vehículo para que la ciudadanía levantara la voz y emprendiera acciones de protesta contra la violencia que se vive en esta ciudad, por lo que desde la tarde del pasado domingo 10 de octubre, el altar de veladoras en honor de “Lucy” Quintanilla se extendió desde el lugar donde cayó sin vida, hasta las puertas de la catedral de Monterrey.
Más de mil veladoras conforman esta hilera que atraviesa el corazón de Monterrey, y aunque este movimiento también fue aprovechado por algunos grupos políticos, fueron los ciudadanos quienes participaron como una manera de mostrar su hastío por la violencia que se vive.
Para el padre Juan José Martínez Segovia, director de la Comunicación Social del Arzobispado de Monterrey, esta es una muestra de que la gente está pidiendo que vuelva la paz, además de que se han solidarizado con todos aquellos que están viviendo una situación difícil.
“Ya llegó a la catedral la fila de veladoras y yo creo que va a seguir, pero en todas las misas que se celebran en Catedral no solamente se está pidiendo por esta chica (‘Lucy’) y su familia, sino por todas aquellas personas que tienen una necesidad especial. El señor Cardenal ha girado instrucción para que en todas las parroquias ofrezcamos la celebración eucarística por la paz”, señaló.
El prelado dijo que el mes de septiembre la Iglesia Católica lo celebró como el mes de la paz, y esta intención también permanecerá durante todo el mes de octubre. Martínez Segovia destacó que para ellos es importante que esta hilera de luz haya llegado hasta las puertas de la iglesia.
“Es un significado muy especial porque primero la gente no ha perdido su fe, la gente está buscando fortalecer la fe y la Catedral es la iglesia madre de todas las iglesias de la Arquidiócesis de Monterrey, entonces es un signo de unirnos.
“Independientemente de la religión que se profese, nosotros tenemos que volver nuestra mirada a Dios nuestro señor y decir queremos paz y pedirle a todas esas personas que no buscan el bien, que toquen un poquito su corazón”, subrayó.
Finalmente exhortó a los fieles y a la comunidad en general a seguir cooperando con las autoridades, denunciando cualquier tipo de situación de la que sean testigos.