
José Franco, director del Instituto Nacional de Astronomía de la UNAM, expone en entrevista con Hora Cero su teoría del universo: si realmente hay vida fuera de la Tierra, sobre la existencia de seres extraterrestres; de lo más lejos que ha viajado el hombre en la galaxia, los satélites y del atraso que tiene México en materia interespacial.
La pregunta de ¿a quién pertenece el Cosmos? es un tema recurrente en foros, ponencias y tesis de indagación en sinnúmero de universidades alrededor del mundo. Difícilmente se llega a una conclusión.
Desde el ámbito religioso se le atribuye a un ser supremo la soberanía sobre todo lo que existe y transcurre en el firmamento.
Mientras los estudiosos discurren acerca de este misterio, hay quienes zanjan la polémica con razonamientos prácticos:
“Como dice un dicho, la tierra es de quien la trabaja y el espacio también es de quien lo trabaja”, responde José Franco, miembro insigne de la Academia Mexicana de Ciencias e investigador por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para este especialista, el Cosmos simple y llanamente “es todo lo que existe ni más ni menos” y, en esas circunstancias, el humano, un ser que ambiciona descubrirlo “porque quiere saber cuál es su función existencial”. Gracias a eso, agregó, se ha logrado desarrollar la ciencia y la tecnología.
Físico por la Máxima Casa de Estudios, con doctorado en la Universidad de Wisconsin, Franco reveló que su más grande apego al aprendizaje del universo surgió precisamente cursando su posgrado.
“La astronomía es una ciencia que atrae a todo mundo y la verdad descubrí que era mi pasión. Cuando hice mi doctorado ahí terminé de comprobar que lo mío es la astrofísica, porque me encanta”, describió.
Sobre la posibilidad de fundar en un futuro una ciudad fuera de la Tierra, algo que parece de ciencia ficción, este científico destacó que se ha dado ya el primer paso con la Estación Espacial Internacional (EEI), la cual es una base al exterior de la atmósfera localizada a unos 350 kilómetros de la superficie terráquea y donde participan permanentemente la Nasa, de Estados Unidos; la Agencia Espacial Federal Rusa, la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial Europea (ESA).
ENIGMAS Y DESCUBRIMIENTOS
Acerca de la teoría de la Relatividad, la cual hoy en día hace pensar que un astronauta podría salir de la galaxia y llegar anciano a su destino o en su defecto, volver joven, el doctor Franco apreció que esto aún no es demostrable, aunque se manifestó como un profundo admirador de Albert Einstein, su creador.
“La Paradoja de los Gemelos supone que cuando éstos viajan a la velocidad de la luz y sus relojes funcionan en tiempos diferentes alguno después de dar una vuelta se haría más joven que el otro.
“La única razón que se cree eso sucedería es cuando uno de los dos siente la aceleración, pero no queda muy claro por qué uno debe de ser más joven que el otro”, señaló.
Sobre lo más lejos que ha llegado el hombre mediante la ayuda de artefactos, el físico dijo que “existe un satélite el cual fue lanzado en la década de los 80, que se diseñó para salir fuera del sistema solar y en este momento está entre los límites”.
Mientras tanto, añadió que a través del ojo humano el telescopio es por excelencia la mejor herramienta para transportarse años luz. El experto admitió que las imágenes vistas mediante este instrumento llegan retrasadas, pues son un registro de lugares muy distantes.
Explica: “La luz viaja a una velocidad infinita de 320 mil kilómetros por segundo. Cuando miramos la luna o le tomamos una foto la imagen que nos está llegando salió un segundo antes de que nosotros la recibiéramos.
“La distancia del sol es como de 8 años luz y eso quiere decir que lo miramos como era hace 8 minutos. De la misma manera tenemos galaxias que están a distancias del orden de 10 mil millones de años luz y eso quiere decir que las estamos viendo cómo eran hace 10 mil millones de años”.
ANTECEDENTES HISTORICOS
Para la mayoría de los científicos el estudio del firmamento se remonta al surgimiento de la especie humana, según sus cálculos hace unos siete millones de años.
Los astrónomos judíos coinciden en lo primero, pero aseguran que el hombre tiene apenas 5 mil 770 años sobre la faz de la Tierra. Utilizan los primeros libros de la Biblia (conocidos como la Torah) para demostrar que sus antiguas civilizaciones conocían con exactitud cuantas vueltas daba el planeta cuando aún no había relojes atómicos para determinarlo.
Muchos siglos después, Galileo Galilei, filósofo y matemático italiano, fue encarcelado tras asegurar que el mundo giraba alrededor del sol. Sus dichos lo catalogaron por la Inquisición como un hereje, pero con el paso del tiempo se convirtieron en una fuente de inspiración para la humanidad, desencadenando preguntas como:
¿Qué hay más allá de las estrellas?, ¿seremos los únicos en el universo?, ¿podremos algún día viajar a la luna?, ¿el infinito posee un límite?, ¿cómo y de qué tamaño son los planetas?, y un sinfín de interrogantes.
Antes, en 1543 Nicolás Copérnico, también hizo estudios sobre el espacio sideral, difundidos en su magna obra conocida como Revoluciones de las Orbitas Celestes. El científico de origen polaco tuvo ideas muy adelantadas para su tiempo y discrepó con sus contemporáneos sobre la configuración cósmica.
Lo cierto es que desde el principio el ser humano se ha empeñado en descubrir las grandezas de la Vía Láctea, grandezas que comenzaron a acariciarse con el lanzamiento de los primeros globos aerostáticos en la segunda mitad del Siglo XVIII.
Posteriormente, tras las exitosas expediciones al exterior de la corteza terrestre de las agencias espaciales rusa y estadounidense –a partir de los años 60 de la época moderna–, se han resuelto muchos enigmas, pero aún así, el hombre no ha terminado de comprender y descubrir las maravillas del universo.
EL RETRASO
Dedicado por completo al estudio de la ciencia astral José Franco comentó que se han efectuado convenciones internacionales para determinar la hegemonía que puede tener cada país arriba de su zona aérea, pero por desgracia en suelo azteca es éste un asunto marginado.
“Desafortunadamente no hemos desarrollado gran cosa en legislación espacial, aunque en la década de los 60 hubo en México trabajos pioneros sobre el tema, que hoy está abandonado”, reiteró.
Al preguntarle qué se necesita para enviar hombres a la luna, el doctor Franco dijo en tono de broma que “ya hay muchos quienes viven en ella, sobretodo algunos políticos”.
Criticó que: “el vehículo tecnológico nacional fue abandonado en los años 70, cuando se dejó de aportar conocimiento y desarrollar ciencia de índole espacial”, mientras otros países prosperaron.
Lo más cercano que tiene la República Mexicana a las instalaciones para lanzar un cohete más allá de la atmósfera, dijo, es nada.
“No hay, México no podría, pues le tomaría al menos una década o más generar los cuadros humanos y la infraestructura para formar una agencia propia”, estimó el científico.
El también director del Instituto Nacional de Astronomía de la UNAM explicó que al menos se cuenta con el Observatorio Astronómico Nacional, fundado en 1978.
Su función, así como la del centro que encabeza, señaló, es la investigación de la astrofísica y aportar conocimiento de primera línea.
“Uno de los mayores logros del Instituto es que se encuentra en un país donde no se aportan muchos recursos para la ciencia y que a pesar de ello, se mantiene al día”, recalcó.
HACIA LA CONQUISTA DEL UNIVERSO
De acuerdo a la Red de Vigilancia Espacial (SSN, por sus siglas en inglés) desde 1957, tras el lanzamiento del primer satélite de manufactura rusa Sputnik 1, se han registrado más de 26 mil objetos orbitando sobre la Tierra. En la actualidad el 7 por ciento sigue en funcionamiento, lo que representa unos 560 satélites. El resto es chatarra.
“Aparte de Rusia y Estados Unidos, Europa ha colocado un número muy significativo. Le siguen países como Japón, China y la India”, dijo el doctor José Franco.
> ¿A quién se le ocurrió lanzar satélites al espacio?
“Este es un sueño que tiene el hombre desde hace mucho. Si recuerdan hay una obra muy famosa de Julio Verne (De la Tierra a la luna) en la que un satélite iba a ser lanzado por un cañón, cuando no existía nada que indicara que los cohetes serían los vehículos utilizados para ponerlos en órbita”, refirió.
El físico agregó que si de pronto dejaran de funcionar dichas estructuras artificiales habría serios problemas en las telecomunicaciones.
“La telefonía, las noticias, los bancos, el sistema meteorológico, los vuelos y demás operaciones utilizadas mediante la ayuda de tales aparatos se verían perjudicadas”, justipreció.
Y comenzando con Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, el sistema solar sigue sorprendiendo a la humanidad, con el descubrimiento de nuevos planetas, los cuales en tamaño son monstruos a comparación a los que ya se conocen.
MITOS Y OVNIS
El investigador anidó la gran probabilidad de que no seamos los únicos en el espacio.
“Estoy seguro que debe de haber vida fuera de la Tierra; de lo que no estoy convencido y es que nos hayan visitado de otro planeta, pues no hay indicios claros de ello.
“En cuando a la construcción de las grandes pirámides y de que civilizaciones como la de los mayas eran conocedoras de las estrellas pienso que no se requiere una mente fuera de este mundo para lograr esas estructuras, pues no hay nada de inusual en lo que hicieron ésta y otras culturas precolombinas”, apreció.
El doctor Franco mencionó que desconoce todo lo relacionado al fenómeno OVNI, o hasta ahora no le da validez.
“La ciencia no dice absolutamente nada de tales objetos”, acotó.
Ante el temor que alberga un sector de la sociedad mundi al de que en 2012 un meteorito podría impactar a la Tierra, causando una gran catástrofe, este científico echó abajo tales versiones.
“Que yo sepa no hay ni un bólido de esa naturaleza que se dirija hacia nosotros. Los que existen son bien conocidos y este trabajo lleva un seguimiento rutinario de años”, indicó.
Sobre los físicos que han sido su inspiración el doctor Franco dijo no tener uno en especial, sino admiración por todos los que se dedican a crear conocimiento.
Ante la curiosidad de saber cuál es a su consideración el planeta más bonito, el investigador señaló de modo ameno que en el cual vive.
Por último, recomendó cintas cinematográficas como 2001, Odisea del espacio; así como Solaris, del escritor polaco Stanislaw Lem y aconsejó a los estudiantes para que se acerquen a temas científicos:
“Creo que la ciencia es fundamental para desarrollar a la sociedad. Resulta elemental que los ciudadanos tengan una magnífica preparación en todas las áreas, sobretodo en las físicas-tecnológicas.
“Yo invito a los jóvenes a que estudien alguna carrera científica o de ingeniería que es donde el país los necesita. Hemos estado todo el Año Internacional de la Astronomía haciendo un esfuerzo para que se interesen en la ciencia; hemos organizado noches de observación, exposiciones de fotografía y un número grande de eventos con el objeto de hacérselas atractiva”, enunció uno de los investigadores mexicanos con más renombre en México.
Y mientras el ser humano sigue descubriendo mundos y averiguando el propósito de cada constelación, su mente pareciera ser más incapaz de interpretar la asombrosidad del universo que lo rodea.