Hace más de cinco años, antes de fundarla, Antonino Fernández Rodríguez, dueño de Grupo Modelo, no imaginaba la felicidad que su nueva compañía produciría en cientos de hogares y conseguir lo que parecía perdido: darle rumbo a vidas afectadas por una discapacidad.
El proyecto inició con 23 empleados y recibió el nombre de Cinia, en honor a su esposa fallecida. Estas mismas siglas fueron adjudicadas a las palabras Capacitación, Industria y Artesanía englobando su objetivo medular.
Arrancó en una nave industrial en el centro de negocios de la ciudad de Puebla, conocido como Angelópolis.
Desde entonces se han generado aproximadamente 300 empleos directos y ha beneficiado a las familias de los singulares y eficientes obreros.
“La idea es que ellos (las personas discapacitadas) se sientan independientes y ese cambio se logra cuando están trabajando y pueden comprobar que son útiles”, mencionó Adriana Albiquer, jefa del Departamento de Comunicación Social.
La visión de Cinia es “ser una empresa ejemplo del mundo”, como su eslogan lo menciona, y la clave para ello se ha dado suministrando bienes y servicios de primera calidad.
“Lo que aquí se elabora va para toda la República a compañías como Telefónica, Farmacias Similares (en el atuendo del Doctor Simi), Grupo Modelo, Grupo Extra, Volkswagen, Estrella Roja, Empacadora San Marcos, American Express, Motorola, Mexicana de Aviación, Coppel, Chicles Adams, La Gran Bodega y más.
“Aproximadamente son 50 empresas a las que nosotros le trabajamos con diferentes productos en nuestras distintas áreas”, subrayó Albiquer.
LE CAMBIA LA VIDA
Desde que Rosario Serrano Ramírez llegó a Cinia su vida no ha sido la misma, pues se siente comprendida y como recepcionista es de mucha utilidad para su grupo.
“Yo tengo acá dos años y medio y esta experiencia ha sido súper padre para mí”, mencionó.
Por desgracia, el suministro de un medicamento mal recetado le produjo la ceguera, pero no se rinde y se da a querer por sus compañeros.
“Mi discapacidad es adquirida. Cuando empecé a dejar de ver pensé rápidamente en hacer algo y me fui a la escuela para ciegos. Ahí aprendí el sistema de escritura Braille y orientación y movilidad con el bastón para poderme desplazar”, explicó.
Posteriormente la atenta mujer ingresó a la bolsa de trabajo del DIF, donde permaneció en un grupo financiero hasta que supo de Cinia.
“Me enteré de que aquí empleaban a personas con discapacidad sensorial (que se refiere a la visual y auditiva), motriz (como quienes necesitan de sillas de ruedas, sufren de amputaciones o malformaciones) e intelectual, lo que me motivó a cambiar de trabajo.
“Fue una grata sorpresa encontrarme con que todos se ayudan. Yo tengo mis amigas que son sordas. Ellas toman mi mano y con señas nos llegamos a entender. Es como hablar el mismo idioma”.
En su terreno laboral Rosario explicó que el Braille se escribe de derecha a izquierda.
“Los cuadritos se llaman cuadratines en cada uno pongo una letra. Yo me apoyo con la grabadora para tomar los recados y luego ya los paso en Braille. Se pueden escribir en la regleta mayúsculas, minúsculas, números romanos, arábigos y todos los símbolos de puntuación”, dijo Rosario, quien es un verdadero ejemplo de superación.
QUERER ES PODER
La estructura orgánica de Cinia se compone por las áreas de Gastronomía, Textil, Jardinería, Artesanías, Limpieza y Talleres, las cuales permiten la integración al mundo laboral de personas con sordera, con problemas de la voz; en sillas de rueda, con bastón o mente retardada.
Para Pablo Antonio García, encargado del departamento artesanal el padecer una dificultad física o mental no es impedimento para elaborar productos de máxima calidad.
“De hecho para mí la idea es que aquí ninguno tiene discapacidad. Mejor dicho, al llegar al taller tienen la capacidad para hacer cosas y la libertad de aprender a trabajar y manejar los materiales.
“Elaboramos globos aerostáticos de cantoya, cajas de cartón; envasamos toneladas de alimentos y jabón líquido. También manejamos muñecos para Disney Company y creamos piezas de pasta francesa. Empleamos la madera, el cartón, el papel, la tela”, destacó el instructor.
Por su lado, Albiquer ilustró que en Cinia son socialmente responsables y añadió que gran medida de los empleados ya se trasladan solos.
“Como parte de los valores se les inculca a los muchachos que cuiden el agua, cuiden la vida y se cuiden ellos mismos. Para ello utilizamos métodos visuales porque muchos no saben leer o son sordomudos, entonces tienen que captar la idea con imagen.
“Y la puntualidad, el llegar limpios como principios están distribuidos por toda la compañía para que tengan el sentido de pertenencia”, agregó.
PUNTA DE LANZA
El área de Textil es la más grande dentro de la empresa y cuenta con aproximadamente 85 empleados, la mayoría sordomudos.
“Cuando los muchachos ponen una manga al finalizar se dan cuenta de que terminaron una camisa, lo cual les ayuda mucho a motivarse.
“Aquí tenemos un control de calidad: ellos verifican su producto y si se dan cuenta de que está mal lo regresan. Además poseen pizarrones donde se les pone cuantas cosas tienen que hacer en el día y cuanta es la producción que deben entregar.
“Gracias a ello se realizan camisas, filipinas, batas, cangureras; todo lo que son bordados, cubrebocas, entre otros productos”, explicó Albiquer en un recorrido.
Para quienes ingresan por primera vez a este lugar resulta sorprendente como estos especiales trabajadores –quienes tienen acceso a las prestaciones de ley–, se desempeñan coordinadamente y eso al parecer los hace felices.
“Lo que se busca aquí es que ellos sean independientes y que sus seres queridos sepan valorar la importancia de este empleo.
De tal manera se abren las puertas a un sector de la población que durante mucho tiempo ha permanecido en el olvido. Bien podría convertirse en un modelo a seguir en otras entidades federativas.
“Sabíamos de nuestro potencial, ya que nuestras instalaciones fueron hechas para ese tamaño de impacto comercial. Cinia no va con bandera de que ‘cómprame porque esto lo hicieron personas con discapacidad’, sino porque este es un trabajo bien hecho”, subrayó la entrevistada.
¿Cómo imaginar que algunos productos que llegan hasta las manos y al paladar de los consumidores salen de este sitio?, como los sándwiches y galletas de todas las tiendas de autoservicio Extra en el centro del país.
En ese contexto, María Isabel Xilo Ribera, del área gastronómica, elogió la actitud de sus “chicos”, afectados algunos con incapacidad auditiva e intelectual.
Cuenta: “Son muy activos, hacen muy bien su trabajo, son muy obedientes y desempeñan una labor excelente: desde galletas, paninos, tortas y todo lo que es comida”.
Y es que en Cinia desde quien contesta el teléfono hasta la gente del aseo, sabe que la discapacidad se termina cuando echa a andar sus capacidades.
Una gran ventaja es que las instalaciones del complejo productivo cuentan con rampas para que las personas en sillas de ruedas puedan trabajar sin ningún problema.
Otras áreas importantes de la estructura empresarial son Jardinería y Limpieza, que generalmente son contratadas por importantes firmas para trabajar fuera de la planta.
Es importante señalar que aquí los discapacitados tienen acceso a los programas de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) y a todas las campañas que les permitan mejorar su entorno social. Diariamente se ejercitan y reciben atención médica si lo necesitan. Un moderno comedor los recibe a la hora de la comida.
“Queremos seguir difundiendo como es esta empresa y la manera en la que se trabaja con los muchachos para que haya muchísimas Cinias en todo el país. Este concepto es único en América Latina. Se trajo de España y ha dado muy buenos resultados, apto para las personas en sillas de ruedas, muletas y chavas embarazadas”, manifestó Albiquer.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen al menos dos millones 500 mil personas que padecen alguna clase de impedimento físico e intelectual, lo que representa más del dos por ciento de la población. Por falta de oportunidades la mayoría no logra integrarse a la cadena productiva del país.
Es por ello que Cinia, al darle empleo a la gente discapacitada, es uno de los orgullos del Estado de Puebla y gran ejemplo de calidad nacional en la industria de la manufacturación.