
La Cumbre “Tajín 2012” es uno de los eventos culturales más importantes de la República Mexicana, ya que ofrece un amplio colorido de actividades que van desde talleres, exposiciones y conciertos, manteniendo intacto el misticismo de la zona arqueológica en donde se desarrolla desde hace 13 años.
Este año miles de mexicanos y visitantes originarios de más de 50 países, arribaron al municipio de Papantla para participar en esta cumbre que, por su contenido, se mantiene en el peldaño más alto de las preferencias turísticas.
Del 17 al 21 de marzo se registró un intenso movimiento de personas que recorrieron tanto la antigua ciudad de “El Tajín”, como el Parque Takilhsukut, sede de miles de actividades. Durante esos días las autoridades del Estado de Veracruz desplegaron un fuerte operativo de vigilancia para otorgar tranquilidad a los asistentes.
Fuera de ello, la zona arqueológica, a la que también se le conoce como “Las ruinas del Tajín”, no ha perdido su majestuosidad. Pese a que los años están haciendo estragos en ellas, conservan su aura, asombrando al público.
En las afueras del lugar esperan los “Voladores de Papantla”, quienes atados a una soga se lanzan al vacío, mientras uno de ellos se queda en lo más alto del mástil tocando el instrumento de viento, instándolos a seguir volando como las aves que representan.
Paso a paso se entretejen los hilos de la historia, es también la oportunidad de colocar ladrillo sobre ladrillo para entender el origen de este país. Es normal ver que el público se retire de ahí asombrado, pese a la evolución de la sociedad, siguen siendo los vestigios del paso los que se sobreponen.
A un kilometro de distancia queda el Parque Takilhsukut, es en ese tramo donde están apostados los artesanos y parte de la gastronomía de la región. Es cierto la frase del eslogan que reza: “Festival de la Identidad” pues cientos de personas de otras culturas se pueden ver caminando, exponiendo sus obras de arte y conviviendo.
El parque tiene diversas áreas en las que se gestan actividades de todo tipo: Está el hombre totonaca enseñando su lengua materna, la mujer mostrando la cocina regional y los diversos quehaceres de la cotidianeidad de dicha etnia.
Sobran las danzas, los rituales, la pupila no alcanza a captar los múltiples colores de los vestuarios que se utilizan para llevarlos a cabo. Rápidamente el oído se familiariza con los sonidos de los instrumentos de viento que se esparcen a cielo abierto.
Las áreas verdes copadas de familias que aún sentadas no dejaban de participar el evento, de jóvenes que al observar el paso de cualquier grupo étnico salían disparados a seguirlos, en busca de conocer.
Todo eso y más en un día, desde al alba hasta al anochecer y de nueva cuenta se suscitaba lo mismo pero no deja de sorprender.
Con justa razón en un folleto de la Cumbre “Tajín 2012” decía lo siguiente: “es la Babel contemporánea, con un lenguaje común: el arte”.