
La ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, rescatada el miércoles junto a otros 14 rehenes que mantenían en su poder las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue recibida hoy por el mandatario francés, Nicolás Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni, quienes le dieron la bienvenida en el aeropuerto y le rindieron homenaje en el Palacio del Elíseo.
El avión oficial francés en el que Betancourt y sus familiares viajaron desde Bogotá aterrizó en el aeropuerto militar de Villacoublay, a las afueras de París.
Betancourt apareció sola en la puerta y bajó la escalerilla lentamente antes de ir a abrazar sonriente al jefe del Estado y a su esposa.
Poco después bajaron los hijos de la ex rehén, Melanie y Lorenzo, su hermana Astrid, su madre Yolanda Pulecio y el padre de sus hijos Fabrice Delloye.
Luego descendió del avión el canciller francés, Bernard Kouchner, quien había hecho el viaje de ida y vuelta en el avión presidencial francés.
“Le debo la vida a Francia. Si Francia no hubiera luchado por mí no estaría haciendo este viaje extraordinario”, dijo Betancourt en el avión, al declararse “en plena forma” física.
Sarkozy y su esposa abrazaron a Betancourt al pie de la escalerilla del avión, y los tres charlaron muy animados, riendo y sin que los micrófonos pudieran captar sus palabras.
“Bienvenida. Francia la quiere y está feliz”, dijo el presidente francés a Betancourt, quién manifestó que lloraba de alegría, al llegar hoy a una base militar cerca de París dos días después de ser liberada tras casi seis años y medio de cautiverio en manos de las FARC.
“La esperábamos desde hace mucho tiempo. Toda Francia está impresionada de cómo vuelve, con esa sonrisa, esa fuerza”, dijo el jefe de Estado.
“Le debo todo a Francia”, señaló Betancourt mirando a Sarkozy, al que tomó la mano y dijo que había luchado mucho por ella, antes de recalcar que la “extraordinaria” operación del Ejército colombiano que permitió su liberación también es “fruto de vuestra lucha”.