
La mayoría de las familias mexicanas realizan el tradicional nacimiento en su casa, lo decoran con paistle, espejos para simular un lago donde haya patos u otras figuras de yeso o barro, también con burritos, la imagen de la Virgen María, San José, los Reyes Magos y por supuesto el Niño Dios; sin embargo, existen hogares pertenecientes a otras religiones que no acostumbran estas tradiciones.
Como es el caso de Miguel Hernández Bautista y su familia, quienes pertenecen a La Iglesia Adventista del Séptimo Día –la cual es una denominación cristiana protestante evangélica, surgida a partir del movimiento millerita en Estados Unidos en la época de 1840–.
Por lo cual cada 24 de diciembre celebran el nacimiento del niño Jesús con oraciones que realizan en la Iglesia del Río en la colonia Jardines de la Pastora, en el municipio de Guadalupe.
“No ponemos nacimiento, que muchos le llaman el nacimiento de Jesús; aquí no creemos en imágenes (santos) que se colocan en los nacimientos, por eso no se hace; más que festejar, es un recordatorio –aunque dice la historia que no es la fecha exacta de cuando Cristo nació– sin embargo, recordar cuando Jesús nació es algo especial porque nació, creció, murió y resucitó para el perdón de nuestros pecados, por eso es especial la fecha, pero tenerlo nosotros como un fanatismo de que ¡ya es Navidad pongan el nacimiento! No”, comentó.
Miguel acude a la Iglesia Adventista junto con su esposa Dalila Martínez y su niña de dos años los lunes, miércoles y viernes de cada semana, alrededor de las siete de la noche, pero el jueves 24 estarán muy puntuales para reflexionar sobre su vida y alabar a Dios.
“Ese día entonamos cantos de alabanza a nuestro Dios, una pequeña reflexión o lectura de la Biblia y así pensar sobre qué estamos haciendo en nuestras vidas sobre el maravilloso regalo que nos dio Dios de mandar a su hijo a la tierra”, agregó.
Predicar amor y respeto es una de las principales encomiendas de dicha religión, además como dato adicional en la Iglesia Adventista del Séptimo Día no utilizan veladoras “para la celebración del nacimiento de Jesús, ni en otros días llevamos veladoras o flores, porque la Biblia nos dice que la única luz debe de ser ella misma, porque en el salmo 105-109 dice: lámpara es mis pies y lumbrera en mi camino”, aseguró Miguel quien tiene 27 años de edad.
Pero en esta religión sí acostumbran a colocar el pino navideño, con esferas y se usa algo muy especial en la cena de Navidad, pues además de comer tamales, se realizan diferentes guisos de soya, ya que la alimentación es algo que debe ser bien cuidado dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
“Tenemos un régimen alimenticio, normalmente no comemos mucha carne, preparamos soya de diferente manera; también hacemos tamales de hoja de plátano, de hecho yo los hago y mi esposa los de hoja de maíz que son de mole; además hacemos pavo relleno”, explicó.
En su casa normalmente se reúnen en familia, es decir primos, cuñados “hacemos intercambio de regalos, si hay problemas es una forma de limpiar asperezas”, dijo.
El señor de estatura media y de oficio mecánico, dijo que una de las tradiciones también es decorar el hogar con flores de nochebuena, pero resaltó que tienen que ser naturales.
Miguel, quien es originario del Estado de Hidalgo, decidió cambiar de religión hace cinco años, debido a que en ella encontró ayuda para salir de sus problemas de adicción; anteriormente era católico.
“Cuando era católico vivía en el campo, íbamos y cortábamos un pinito (rama) y lo adornábamos con paistle, el pesebre, el nacimiento con los animalitos, pero ahora ya es diferente, únicamente colocamos el pinito ya sea artificial o natural con sus esferas y regalos.
“Llevaba una vida muy diferente a la que ahora tengo, comencé a conocer a Dios y salí poco a poco de mis vicios, era un adicto al alcohol, a las drogas y me empezaron a hablar del amor de él y me gustó, empecé a estudiar la Biblia y encontré muchas promesas que tiene para nosotros”, comentó.
“En mi religión lo que hacemos es apegarnos a los Diez mandamientos que están en la Biblia y los de la Iglesia Católica son diferentes, los cuatro primeros mandamientos hablan sobre el respeto que debemos tener hacia Dios y el amor que debemos tener a él.
“Algunos de ellos son: no tendrás a otros dioses ajenos fuera de mí y en la católica dice que no tendrás otros dioses; no te hagas ninguna imagen semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra él no quiere que adoremos ninguna imagen y no te inclinarás a ella para adorarla”, dijo.
En año nuevo lo celebran el 31 de diciembre en familia, y sólo agradecen a Dios por un nuevo año y realizan una cena donde ingieren alimentos similares a los de la Navidad.