El pasado 2017 fue el año más sangriento, probablemente desde principios de la década de 1990… pero este año promete ser aún más violento: Durante los primeros días de 2018, tan sólo en el estado de Veracruz, nueve personas fueron asesinadas, desmembradas y sus restos fueron introducidos a una camioneta en la capital estatal de Xalapa.
México registró su tasa más alta de homicidios en décadas, con un récord de 29 mil 168 en 2017, informó el gobierno federal.
Esa cifra es la más elevada desde que comenzaron a llevarse registros en 1997, y es también mayor que la tasa de asesinatos más alta registrada en la guerra contra el narcotráfico en México, en el 2011, cuando hubo 27 mil 213.
Por supuesto estas cifras corresponden a decesos documentados, sin contar las decenas de miles de desapariciones de personas privadas de su libertad y de quienes no se sabe más; el gobierno federal no contabiliza este récord como homicidios.
La Secretaría de Gobernación, que publicó las cifras, reportó que la tasa de homicidios en el país en 2017 fue de 20.5 por cada 100 mil habitantes, en comparación con 19.4 en 2011.
Sin embargo, el analista de seguridad Alejandro Hope dijo que la tasa de asesinatos en México probablemente es mayor que la que muestran las estadísticas de la Secretaría de Gobernación, porque dicha dependencia efectúa el conteo por cada 100 mil habitantes con base en el número de investigaciones de homicidios, no la cifra de víctimas, y un asesinato puede generar más de una víctima. Hope indicó que la tasa real de asesinatos debe rondar los 24 por cada 100 mil.
A pesar del tuit del presidente estadounidense Donald Trump en el que afirmó que México está “ahora clasificado como el país más peligroso del mundo”, hay varias naciones en Latinoamérica con tasas de homicidios más elevadas.
Brasil y Colombia registraron unos 27 homicidios por cada 100 mil habitantes, bastante por debajo de los 57 por cada 100 mil en Venezuela, según un informe del Banco Mundial. El Salvador reportó una tasa de 60.8 en 2017.
Varias ciudades estadounidenses -incluidas San Luis, Baltimore, Nueva Orleans y Detroit- también tuvieron tasas más altas.
Pero algunas partes de México se destacaron por su violencia: el estado de Colima, limítrofe con el Pacífico, tuvo una tasa de 93.6 asesinatos por cada 100 mil habitantes; Baja California Sur, donde se encuentran las localidades turísticas de Los Cabos, registró un índice de 69,1; y Guerrero, estado en el que está el puerto turístico de Acapulco, tuvo 64.2.
Aunque durante su campaña el presidente Enrique Peña Nieto prometió poner fin a la violencia ocurrida durante la ofensiva contra los cárteles emprendida por su predecesor Felipe Calderón en el sexenio 2006-2012, sólo hubo un descenso temporal en los homicidios entre 2012 y 2014.
Para 2015, los asesinatos comenzaron a subir de nuevo, y 2017 fue el año más sangriento, probablemente desde principios de la década de 1990.
Este año promete ser aún más violento: Durante los primeros días de 2018, tan sólo en el estado de Veracruz, nueve personas fueron asesinadas, desmembradas y sus restos fueron introducidos a una camioneta en la capital estatal de Xalapa.
La lúgubre escena -literalmente una pila revuelta de miembros y torsos humanos coronados por una nota amenazadora aparentemente firmada por el cártel de los Zetas- hizo recordar la aparición masiva de cadáveres en el estado en 2011.
Días antes en el año nuevo, cinco cabezas decapitadas fueron halladas encima del capó de un taxi en el poblado turístico de Tlacotalpan, en Veracruz, y otras cuatro estaban en otra ciudad del mismo estado.
Ese mismo año, en septiembre, fueron arrojados 14 cuerpos en calles de Boca del Río y el puerto de Veracruz. Justo dos días antes de ese suceso, fueron arrojados 35 cadáveres frente al Centro de Convenciones de Boca del Río y justo frente al hotel sede donde ese día se celebraría una reunión nacional de procuradores y presidentes de Tribunales de Justicia.
Nadie, ni siquiera los marinos, (que tienen un cuartel a tres minutos del lugar) los soldados, policias federles, estatales o municipales, “se dieron cuenta” o intervinieron mientras los narcos descargaban los cuerpos de las camionetas.
Expertos dicen que la violencia del narcotráfico y otros factores, como disputas territoriales desatadas por la expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación, tuvieron un papel en el incremento de la tasa.
Pero Hope considera que el problema es complejo.
“La violencia en México tiene muchas causas. Una de ellas, por supuesto, es el narcotráfico, pero no es la única”, señaló Hope.
“Hay resortes sociales, institucionales, económicos, históricos, de tenencia de la tierra; es un asunto complejo”.
De hecho, argumenta Hope, el periodo de 1997 a 2007 -cuando las tasas de homicidios en México descendieron a 9.3 por cada 100 mil habitantes- fue de hecho una excepción.
“Lo que estamos viendo en la última década es una regresión a la media” que prevaleció durante gran parte del siglo XX, señaló. “Lo anómalo es la década previa”.
“Era una violencia distinta, sin duda, pero la posibilidad de ser asesinado en los años 30 era considerablemente mayor” que en la actualidad, agregó.
MÁS DE LA MITAD DE LOS ESTADOS EN ‘FOCOS ROJOS’
Considerando las cifras reveladas por el gobierno federal, más de 2 mil personas son asesinadas cada mes, es decir un promedio de 70 al día, y muchas de las víctimas también son torturadas, descuartizadas, quemadas o encontradas en fosas clandestinas donde grupos delictivos suelen dejarlas.
Este 2017 cerró con el mayor número de homicidios en la historia del país, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De acuerdo al SESNSP, durante el año pasado se contabilizaron 25 mil 339 investigaciones por homicidios dolosos en el país, la mayoría en zonas marcadas por la criminalidad de cárteles de la droga y otras organizaciones delictivas que generan violencia desde hace más de una década.
Con las cifras de 2017 el gobierno de Enrique Peña Nieto sería el periodo en que se registraron más casos.
Un informe del Observatorio Nacional Ciudadano indica que 17 estados del país, es decir, más de la mitad están en focos rojos por los delitos de alto impacto. Baja California Sur, Colima, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Tabasco destacaron este 2017 por los niveles de inseguridad que registraron. Se ubican en los cinco primeros lugares de homicidio, secuestro, extorsión y robo por cada 100.000 habitantes.
El reporte del Observatorio publicado en octubre de 2017, ya advertía que seguramente el año cerraría con un terrible récord de homicidios en la historia reciente del país y aseguraba que lo esperado sería ver renuncias, admisión de incapacidad por parte del gobierno para enfrentar la inseguridad del país, un cambio de ruta o una decidida lucha contra la corrupción; sin embargo, nada de esto sucede y la situación continúa empeorando.
“El presidente Peña Nieto rechaza los justificados reclamos de ausencia de resultados en medio del silencio y la falta de rendición de cuentas de todos los actores”, recalca el comunicado del Observatorio y recuerda que es obligación de la autoridad mejorar las condiciones de seguridad, sin importar que sea el último año de gobierno para el Ejecutivo Federal.
México tendrá elecciones presidenciales el 1 de julio y uno de los principales reclamos de los ciudadanos ha sido el combate al crimen y a la corrupción. Estos resultados al cierre de 2017 podrían afectar gravemente al candidato del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) José Antonio Meade, quien no logra despegar en las encuestas nacionales.
—-
Con información de Agencias/
El Universal/ Guanajuato informa/
ViceNews/ Animal Político