
Hace un año la fotografía de una joven solitaria parada al costado de la carretera a Nuevo Laredo durante la madrugada del 9 de abril se viralizó rápidamente y se volvió la antesala de una de las desapariciones y muertes más mediáticas, misteriosas y controversiales de los últimos años en el país.
Debanhi Escobar Bazaldúa, de apenas 18 años en aquel entonces, era el nombre de la universitaria a la que se le perdió el rastro por 13 días hasta que finalmente su cuerpo sin vida fue localizado en una cisterna del motel Nueva Castilla de Escobedo.
El caso de la estudiante indignó a gran parte de la población y provocó una serie de manifestaciones sociales, renuncias de autoridades y hasta un conflicto de poderes en Nuevo León, entre el Ejecutivo y Legislativo.
Hoy, a 12 meses de la tragedia de Debanhi, la justicia aún no llega a la morada de sus padres, quienes ya convocaron a una marcha el próximo 21 de abril (fecha en la que se cumple un año del hallazgo de su cuerpo) en punto de las 14:00 horas, frente al Palacio de Gobierno.
“Un año que saliste de casa… yo te extrañaré. Te amamos”, se puede leer en la descripción de una foto subida por los padres de la universitaria, Mario Escobar y Dolores Bazaldúa, a la cuenta de Instagram de la joven el pasado 8 de abril.
Al texto lo acompaña una publicación en donde aparece la fotografía de Debanhi y una leyenda que reza “Exigimos justicia”.
Un día después, la misma red social es usada para invitar a la población a sumarse a la marcha mientras que un nuevo mensaje conmovedor se coloca al pie de la foto: “casi un año y no descansaremos hasta encontrar la verdad. Te amamos hija”.
Y es que, el caso de Debanhi Escobar Bazaldúa ha dejado más dudas que respuestas en el transcurso de estos 365 días.
¿Por qué no se localizó a Debanhi en las primeras tres inspecciones al motel?, ¿por qué se ocultaron en una primera instancia los videos de las cámaras de seguridad?, ¿por qué se ve a Debanhi corriendo rumbo al motel? y ¿por qué se bajó del taxi? son tan solo algunas de los cuestionamientos sin respuesta.
Evidentemente, la primera resolución de la Fiscalía local sobre que la joven había caído a la cisterna y había muerto a causa de un golpe no convenció a nadie, por el contrario, enardeció más a las masas, al grado que tuvo que entrar el gobierno federal para intentar esclarecer el caso.
Una tercera autopsia, ya realizada por la Fiscalía General de la República, reveló que la estudiante murió de asfixia por sofocación, lo que significa que sí fue violentada antes de morir.
“Se tienen los elementos suficientes y necesarios para establecer que la causa de la muerte de Debanhi Susana Escobar se debió a una asfixia por sofocación en su variedad de obstrucción en sus orificios respiratorios”, indicó el director del Instituto de Ciencias Forenses del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Edmundo Takahashi Medina.
La necropsia practicada por la federación también determinó que la joven murió entre tres y cinco días antes del hallazgo de su cuerpo, lo que potencia la teoría de que fue sembrada en la cisterna justo el día en que la FGR tomó las riendas del caso.
CONSECUENCIAS SÍ, JUSTICIA NO
La tragedia de Escobar Bazaldúa sacudió a todo el país y provocó la remoción de dos fiscales de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Antisecuestros por omisiones y errores en las investigaciones para dar con el paradero de Debanhi.
“Debido a esas omisiones y errores, tomé la decisión de remover del cargo al que estaba en la Fiscalía Especializada de Personas Desaparecidas, así como la remoción en esta misma responsabilidad del fiscal Especializado en Antisecuestros”, indicó el entonces Fiscal General, Gustavo Adolfo Guerrero el 27 de abril de 2022.
Meses después el propio Fiscal se vio obligado a renunciar a su cargo dado los nulos resultados para dar con lo responsables del feminicidio de Debanhi así como de los posteriores que le siguieron.
En octubre de 2022 el también ex presidente del Tribunal Supremo de Nuevo León en tres ocasiones dejó el puesto tan solo cinco días después de que la FGR atrasare el caso.
Su salida provocó una crisis política en el estado, que se mantiene hasta la fecha, por la elección de sus sucesor. Y es que, mientras los legisladores del PRI y PAN intentar designar al ex procurador y ex alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, como el nuevo Fiscal, el gobernador busca que sea un perfil técnico más que político.
Más allá de la esfera política, el caso de Debahi también agudizó el hartazgo social por la creciente ola de feminicidios en el estado, que no se detuvieron con la universitaria.
Y es que, desde que se dio a conocer la desaparición de la joven, miles de ciudadanos, especialmente mujeres, tomaron las calles de Monterrey para exigir justicia y pedir un alto a la violación de sus derechos.
En repetidas ocasiones se registraron marchas en el centro de la capital como muestra del enojo colectivo.
Sin embargo, aunque la desaparición y posterior muerte de Debanhi sacudió a las instituciones de impartición de justicia en el estado y movilizó a las masas, la verdad aún no llega al hogar de los Escobar Bazaldúa.
El 11 de abril, el padre de Debanhi reconoció que los avances en la investigación van lentas, pero reconoció que se debe a que la FGR tuvo que corregir el trabajo de la Fiscalía de Nuevo León.
“El trabajo nefasto que hizo la Fiscalía de Nuevo León de cerrar cadenas de custodia, de empezar nuevamente con la carretera, de no ver este tema como un feminicidio -porque la Fiscalía de Nuevo León este tema lo ve como un accidente-, nunca hace las entrevistas de acuerdo a la perspectiva de género.
“En ese sentido dejaron mucho que desear la Fiscalía de Nuevo León, como todas las fiscalías de los estados hacen su trabajo nefasto”, aseguró el padre de la víctima.
La deuda del Estado con los padres de Debahi se mantiene, pero no solo con ellos también con los de Yolanda, de María Fernanda, de Johana, de Mónica, de Susana y muchas más.