
La seriedad en el rostro de los integrantes del Grupo de los Cinco (las economías emergentes o en desarrollo) era lo más notorio. No hubo sonrisas, ni gestos amables, por el contrario, denotaban preocupación.
En ese ambiente, el presidente de México, Felipe Calderón, ante unos 100 representantes de los medios de comunicación, exigió a los gobiernos de las superpotencias del denominado G-8 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón, Rusia e Inglaterra) no responsabilizar a los del G-5 por el alza de precio en los alimentos y en los combustibles.
Esto, a pesar de que el punto no fue incluido de manera formal en el documento final.
Aquí, junto con ellos en el presidium, consideró que la solución debe ser global y que, además del G-8, los organismos financieros internacionales tienen que participar en su búsqueda, además de proponer una reforma internacional que detenga el alza.
Calderón ya había aceptado en un desayuno previo al encuentro que el alza de precios incrementará el número de pobres en México y de los países que integran este grupo.
“Esto quiere decir que el incremento en el precio de los alimentos aumentará de manera preocupante los niveles de pobreza (…) el fenómeno afecta más a los países en desarrollo que a los desarrollados”, dijo el presidente mexicano.
Felipe Calderón, quien coordinó los trabajos del G-5 (México, China, Sudáfrica, Brasil e India), fue el único orador, a pesar de que estaba contemplado un mensaje de cada uno de los mandatarios que integran el grupo.
El hotel sede del encuentro se convirtió en la zona más segura de esta ciudad japonesa, escasa de tradición arquitectónica y amplia en modernidad.
Fue un cambio de postura de 180 grados de Calderón, quien a últimas fechas, había señalado que debido a la expansión de la población y de las economías de China e India, el precio de los alimentos ha subido.
Es hasta este tercer día cuando se le ve a Calderón en esta gira; el resto de las reuniones que ha sostenido desde su llegada han sido privadas. Con su mensaje de este miércoles a nombre de las cinco economías mundiales en desarrollo, logró un espacio en los medios de comunicación internacionales y locales.
En México, en tanto, se agolpaban los comentarios en torno al espinoje a los legisladores, a los dichos de Manuel Espino y del coordinador de la bancada del PRI, en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.
Ajeno, Calderón apareció, aunque brevemente, en los noticieros televisivos que se transmiten en esta ciudad.
Mientras, a unos 150 kilómetros de distancia de esta ciudad, continuaron los trabajos de las potencias mundiales en la ciudad de Toyaco, protegida con un dispositivo extenso de seguridad, y de donde han quedado muy lejanas las protestas que se han registrado en otros sitios como Tokio.
En Sapporo, la ciudad más importante de la isla de Hokkaido, el presidente Calderón se reunió en privado con sus homólogos de Brasil, Sudáfrica, India este martes.
Hoy miércoles comenzó una pasarela de reuniones bilaterales del G-8, con Gordon Brown, de Reino Unido; Susilo Bambang Yudhoyono, de Indonesia; Silvio Berlusconi, de Italia y Yasuo Fukuda, de Japón.
Sobre la propuesta de México, de crear el Fondo Verde para detener el cambio climático, sólo se dijo que será analizada al seno del G-5, aunque ahora se enfrentará a una propuesta que fue llevada por China sobre el mismo tema.
En los medios impresos locales sólo una nota corta mereció la postura del G-5, la foto principal y la imagen más destacada fue la siembra de arbolitos por parte de los miembros del G-8, todos con pala en mano.