
“Imagínense que incluso después de haber sentido tanto dolor y tanta angustia, coraje… no pierdas la esperanza de que algún día puedas vivir una vida fuera de violencia junto a tu hermosa madre y tus hermanos. Imagínense tener ese sueño.
“Imagínense despertarse en la madrugada por los gritos de tu madre que grita por su vida. Imagínense levantarse a ver la hermosa casa de tu madre ensangrentada gracias al criminal que una vez llamaste papá (sic)“, así comienza el desgarrador relato de Ana Cecilia García Pérez, hija mayor de Abril Pérez Sagaón, la regiomontana asesinada en la Ciudad de México el pasado 25 de noviembre y que se convirtió en uno de los rostros más conocidos del feminicidio.
Por medio de siete mensajes publicados en su cuenta de Twitter (@anacecygarciap) la joven detalla los minutos de terror que ella y sus hermanos vivieron el 4 de enero del presente año cuando su padre, Juan Carlos García, golpeó con un bate en la cabeza a su mamá e intentó estrangularla, acción que sería un anticipo de lo que vendría meses después.
El testimonio de Ana, en el que también hace una fuerte crítica al sistema de justicia del país, continúa así: “Imagínense tener que vivir el infierno viendo cómo tu pobre madre se enfrenta ante un sistema de justicia corrupto, al que no le importa tomar acciones en contra de este tipo de atrocidades mientras haya dinero.
“Imagínense que incluso después de haber sentido tanto dolor y tanta angustia, coraje… no pierdas la esperanza de que algún día puedas vivir una vida fuera de violencia junto a tu hermosa madre y tus hermanos. Imagínense tener ese sueño.
“Imagínense tener este sueño y ser fuerte día a día por tu sueño… sólo para que un día tu hermano te llame, el mismo día que tú sabías que verías a tu hermosa madre, para decirte que tu madre se encuentra inconsciente por un balazo en la cabeza.
“Imagínense no poderle decir adiós, que te quiten tu mundo entero de un día para otro. Imagínense temer por tu propia vida sabiendo que en este país gobierna el que tiene dinero y no la justicia. Y que en un dos por tres puede que ya no estés aquí como fue el caso de mi madre.
“Imagínense sentir el dolor, la desesperación y la impotencia que yo como otras millones de mujeres sienten día a día por este tipo de inhumanidades. Imagínense saber que el criminal sigue suelto y probablemente seguirá así hasta que se le acabe el dinero.
“Me duelen estas imágenes que compartí, me recuerda de las injusticias que vivió la mujer que más amaba. Dudé mucho en compartirlas, yo sé que nadie quiere ver eso, pero al fin y al cabo son imágenes que representan lo que se vive día a día en este país por miles de mujeres“, mencionó la ahora huérfana de madre.
En menos de 18 horas, el mensaje de Ana ya había sido compartido más de 11 mil veces y comentado en más de mil ocasiones.
No es sorpresa, el caso de Abril Pérez Sagaón se convirtió en el estandarte de cientos de miles de mujeres que tienen “el infortunio“ de haber nacido en México, el país latinoamericano con mayor número de feminicidios, y en donde la balanza de la justicia parece inclinarse hacia el que más dinero tiene.
DÍA IRÓNICO
Justo en el Día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) Abril fue asesinada a balazos cuando circulaba en un vehículo por Río Churubusco e Insurgentes en la Ciudad de México.
Mientras que miles de mujeres alzaban la voz desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino para exigir un alto a la violencia de género, en otra parte de la ciudad las balas acallaban la vida de una madre que apenas meses atrás decidió rehacer su vida tras 24 años de violencia doméstica.
El ataque directo, como reconoció el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, también dejó como herido al hijo de 16 años de la regiomontana.
Los instantes posteriores fueron de confusión: Abril murió minutos después en un hospital de la capital y las primeras versiones sobre su asesinato comenzaron a circular.
La certeza de los atacantes, que a bordo de una motocicleta abrieron fuego contra Abril, dejó la sospecha entre sus seres cercanos de que el autor podría haber sido su ex esposo, el reconocido director de empresas Juan
Carlos García.
El hombre ya había sido denunciado por Pérez Sagaón meses atrás por violencia intrafamiliar y homicidio en tentativa, por lo cual había estado en prisión preventiva; sin embargo, el 8 de noviembre, el juez de control, Federico Mosco González, le otorgó la libertad al reclasificar el delito como violencia familiar y no feminicidio.
Sin embargo, semanas después de la muerte de Abril y al comprobarse que García había huido a Estados Unidos, las autoridades volvieron a considerarlo prófugo de la justicia y hasta solicitaron la intervención de la Interpol para su arresto.
Apenas meses atrás, Abril había tomado la decisión de rehacer su vida a lado de sus tres hijos: liberarse de las agresiones físicas y verbales de su verdugo y comenzar de nuevo.
Había decidido regresar a Monterrey, conseguir un trabajo y quedarse con la patria potestad de sus hijos para comenzar una nueva vida.
Su viaje a la Ciudad de México fue precisamente para la audiencia familiar en la que pelearía la custodia de sus tres retoños, misma que ya había ganado, pero que su esposo intentaba revocar.
Por “casualidad“, que para muchos en realidad fue una acción bien planificada, cuando Abril se dirigía al aeropuerto de la Ciudad de México para regresar a Monterrey fue interceptada por los pistoleros que le dieron muerte.
JUSTICIA EN ENTRE DICHO
El feminicidio de Abril Pérez Sagaón no sólo incrementó la cifra de féminas asesinadas en el país por el simple hecho de ser mujeres, también dejó en evidencia la corrupción en el sistema de justicia penal en México.
Es verdad, Abril no fue la única mujer asesinada el 25 de noviembre y tampoco la única a la que la Justicia le jugó en contra, pero su caso, definitivamente captó la atención mediática para hacer más visible la problemática, al grado que hasta el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó el actuar del Poder Judicial.
En la Mañanera del 29 de noviembre, AMLO calificó de lamentable y reprobable que no se le haya brindado protección a la regiomontana y criticó que el juez del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México haya dejado en libertad al presunto autor intelectual del asesinato de Abril cuando ya había sido procesado anteriormente por intento de homicidio.
“Es muy lamentable, reprobable que sucedan estas cosas, más cuando interviene el Poder Judicial y hay antecedentes de que no se le brindó protección, que no hubo apoyo, que se dejó en libertad al agresor“, mencionó el mandatario federal.
Por su parte la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, sentenció que la decisión del Juez Federico Mosco González fue fatal y agregó que los crímenes contra mujeres no quedarán impunes en el país.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informó que se investigará el proceder de los jueces que dejaron en libertad al presunto homicida de Abril. Y es que, entre su historial de resoluciones se encuentran algunas bastante controversiales que podrían estar salpicadas de corrupción.
“Tiene que hacerse la investigación y llegar a las últimas consecuencias, pero le pediría a la Procuradora (Ernestina Godoy Ramos), y lo digo con respeto a la autonomía del Poder Judicial, que si se demuestra que el autor material del caso de Abril es su ex pareja, a quien ella estaba denunciando, se abra una carpeta de investigación a los jueces que fueron parte de este proceso“, fustigó la jefa de Gobierno.
A la opinión de los funcionarios se le sumó el reclamo ciudadano que, entre manifestaciones, exigió la suspensión de los jueces que dejaron el libertad a Juan Carlos García.
La presión fue tal que el 29 de noviembre, el Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México suspendió a los dos jueces implicados en el caso: Federico Mosco González y Luis Alejandro Díaz Antonio.
Por medio de un comunicado la dependencia informó que la suspensión estará vigente hasta que se concluya la investigación del caso.
MOVILIZA A MASAS Y CONCIENCIAS
Al grito de “ni una más“ miles de mujeres salieron a las calles de México para exigir justicia por Abril y un freno a la violencia de género. En Nuevo León tampoco hubo excepciones.
A cuatro días de su asesinato, cerca de 60 personas, en su mayoría mujeres, protestaron en silencio por las calles de la colonia Del Valle de San Pedro para honrar su memoria.
Al frente del contingente estaba su madre, María del Socorro Sagaón, quien apoyándose de un bastón recorrió el poco más de un kilómetro que abarcó la manifestación.
“Ni una más”, “somos la voz de las que ya no están”, “hagamos gritos de silencio que provoca el patriarcado” y “justicia para Abril”, entre otras, fueron algunas de las leyendas que las manifestantes alzaron mientras mostraban la imagen de la difunta Abril.
Portando vestimenta blanca, las inconformes cerraron su procesión en una plaza comercial del mencionado municipio, en donde la presidente de Venumia, Rosaura Guerra Delgado y quien encabezó la marcha, recordó que hace dos semanas Abril conoció a la asociación y expresó su intención de integrarse.
Con un semblante desencajado, la hermana de la víctima, Ana Pérez Sagaón, agradeció el apoyo de la ciudadanía “para que el caso no quede impune” y agregó que el asesinato de Abril es indignante.
“Mi hermana quería rehacer su vida y estaba dispuesta en rehacer su vida”, señaló Ana.
Un día después, una segunda marcha se realizó en San Pedro, ahora con un contingente más numeroso y al que también se les sumaron niños, adolescentes y adultos del sexo masculino.
En la segunda manifestación la presidente de Venumia sentenció como consecuencia del asesinato de Abril y otros casos similares, que buscarán crear un Consejo Consultivo de Mujeres para vigilar el desempeño de los jueces de lo familiar del Poder Judicial.
Rosaura Guerra indicó que por medio de una iniciativa que presentarán en el Congreso del Estado, el organismo pretende la formación de un consejo externo que corrobore que las resoluciones judiciales estén apegadas a derecho.
“Venumia va a presentar una iniciativa en la cual nosotros vamos a exigirle al Congreso que nos ayude a que haya un Consejo Consultivo de Mujeres viendo y vigilando que el trabajo de los jueces de lo familiar se haga apegado a derecho.
“Tenemos el Consejo de la Judicatura, pero seguimos siendo los mismos con los mismos. Necesitamos un Consejo externo que realmente esté vigilando que el aumento de la violencia contra la mujer vaya disminuyendo y pare”, mencionó Rosaura.
Añadió que de concretarse, los jueces serían más “cuidadosos” en la aplicación de la Ley, pues de no hacerlo, estarían expuestos y serían acreedores a sanciones tal y como sucedió en la Ciudad de México.
La activista sentenció que en lo que va del año, la asociación civil ya suma 200 casos de violencia doméstica, de los cuales 75 son similares a los de Abril.
Por su parte Ana Pérez Sagaón indicó el 30 de noviembre que crearán la fundación “La Voz de Abril” para apoyar a mujeres en situación de violencia.
La joven sentenció que su familia busca honrar la memoria de su hermana de esa manera, pero no especificó una fecha de arranque.
Agregó que luego de la noticia del feminicidio, varias amigas de la familia se han acercado para expresarle que atraviesan por una situación similar, con lo que se exhibe que la violencia contra la mujer no sabe de estratos sociales y que todas y todos son vulnerables.
El caso de Abril Pérez Sagaón continúa. En los últimos días circuló una carta del ex esposo en la que pedía que se esclarecieran los hechos y se deslindó de toda responsabilidad. Los familiares de la víctima acusaron esta acción como un intento de distracción.
Semanas atrás la regiomontana compartió su intención de integrarse a una asociación para defender a las mujeres de la violencia, pero no alcanzó a hacerlo porque un ataque terminó con su vida.
Sin embargo, su muerte cimbró a toda una sociedad y miles de mujeres han decidido alzar la voz para no convertirse en una cifra más.
Sin saberlo, Abril logró lo que pretendía: empoderar a la mujer.
LE DAN EL ÚLTIMO ADIÓS
Para el 28 de noviembre la noticia del asesinato de Abril ya se había esparcido por todo México y las manifestaciones para exigir justicia ya se replicaban por todo el país.
Mientras tanto los restos de la regiomonta eran velados en las capillas Benito M. Flores, hasta donde llegaron decenas de familiares y amigos para darle el último adiós a una víctima más de la crisis de feminicidio por la que atraviesa el país.
Los restos de Pérez Sagaón fueron llevados al Panteón Jardín de Los Ángeles en Apodaca para darles cristiana sepultura como la ferviente creyente de Dios que fue en vida.