
Aunque únicamente en los Estados de Coahuila, Querétaro, Quintana Roo y el Distrito Federal la ley contempla que dos personas del mismo sexo pueden casarse, la legislación prevé que en todas las jurisdicciones federativas de la nación sea reconocido el pacto matrimonial, sin importar quienes sean las partes contrayentes.
Por lo tanto el enlace posee carácter jurídico con garantías, obligaciones pero, así como ocurre con los vínculos tradicionales, las desuniones entre dos personas del mismo sexo también deben prosperar.
De acuerdo con la abogada Claudia Helen Arcos Zúñiga, quien tiene cerca de 15 años atendiendo casos de causa civil, en Reynosa el primer divorcio gay está a punto de consumarse y se trata de dos mujeres que se casaron en el Estado de Coahuila, pero que después de poco más de tres años de relación, han querido ponerle fin a su contrato nupcial.
La especialista señala que el Código Civil no prevé la derogación expresa de un matrimonio homosexual, por lo que el caso se está encuadrando como la disolución de un convenio.
“A lo que tengo entendido es la única y primera vez que se está presentando un divorcio entre dos personas del mismo sexo en nuestra localidad. En realidad lo que ellas tienen es un contrato al que se le denomina Acta de Pacto Civil de Solidaridad y las partes femeninas buscan que les sea anulado.
“Ambas son de Reynosa y se fueron a Coahuila, porque es uno de los Estados que permite el contrato nupcial entre parejas gay”, añade Arcos Zúñiga.
Antes de recibir la anuencia de sus clientes, la entrevistada omitió la identidad de las mujeres que buscan divorciarse, pero asegura que tienen su domicilio conyugal registrado en esta ciudad fronteriza de Tamaulipas.
“Las dos radican en Reynosa y aunque se casaron allá, aquí es donde viven”, reitera.
EL PROCEDIMIENTO
La abogada especifica que la integración de este expediente se ha realizado con similitudes al protocolo de divorcio express, (dado que las partes están de acuerdo en legalizar la ruptura del vínculo marital), pero con la diferencia de que en la legislación vigente del Estado de Tamaulipas no hay una formalidad que regule la excepcionalidad de este tipo de trámites.
“Lo que yo hice fue presentarlo, de tal manera de que se ejerciera una disolución del pacto. Hicimos el convenio y estamos solicitando al juez que se eleve a la categoría de cosa juzgada y se dé por terminada ya la relación del pacto civil”, detalla.
En otras palabras las jóvenes, acudieron en primera instancia al despacho de Arcos Zúñiga, se abrió un proceso y la documentación ingresó al Juzgado Segundo de lo Familiar en Reynosa.
“Acaba de entrar la papelería y es probable que como un mes se resuelva. Va empezando apenas el proceso y tienen que comparecer ellas, ratificar, posteriormente se solicita la sentencia y por lo menos ese es el plazo que se llevará.
Esto es como darle terminación –por ejemplo– a un contrato de arrendamiento. El procedimiento debe prosperar, porque este pacto es un contrato y cualquier contrato se puede dar por disuelto en apego a la ley, ya sea rescindiéndolo por cualquiera de las causas, o bien, en este caso en común acuerdo”, pormenoriza la abogada.
De manera que en Tamaulipas no son oficiales los matrimonios entre parejas homosexuales, pero sí los divorcios.
SERIA INSOLITO
Comenta Claudia Helen Arcos Zúñiga que este caso marcaría un hito en la ciudad, aunque desconoce si a nivel Tamaulipas ya se ha presentado un divorcio entre dos personas del mismo sexo.
“Al menos aquí en el norte, con el gremio de las abogadas que nos juntamos, no se han presentado juicios de este tipo. Incluso ahí en el juzgado, para saber cómo era el criterio que se aplicaba, llegamos a la conclusión de que nunca se ha hecho algo por el estilo”, expresa la licenciada por la Universidad México Americana del Norte (UMAN).
En cuando a las mujeres que están separadas desde finales de 2014, la entrevistada menciona que originalmente habían contraído nupcias en Saltillo, Coahuila, el 17 de noviembre de 2011, pero agrega que ambas tienen ya sus vidas hechas con otras parejas.
Abunda que en este caso no fue necesaria una repartición de bienes, porque en lo particular este Pacto Civil de Solidaridad no estuvo sujeto al régimen de sociedad conyugal.
“Aún así ellas manifestaron que no hubo posesiones ni hijos de por medio, porque también puede darse el hecho de que hayan adoptado o tengan descendientes naturales con sus anteriores parejas, pues hemos visto personas con hijos naturales y que son parejas gays”, describe.
Al final, Arcos Zúñiga confía en que los magistrados resuelvan desvincular este matrimonio con lo que oficialmente las dos mujeres nativas de Reynosa podrán quedar separadas de manera legal.
“De hecho debe de ser factible, porque no pueden estar obligadas las partes a tener ningún contrato forzoso y aquí lo que se está disolviendo es un acuerdo de voluntades.
“Incluso en el divorcio ya no es obligatorio que nosotros presentemos las causales. Ahora por la simple voluntad de una de las partes que ya no quiera estar unida en matrimonio es suficiente”, finaliza.
Divorcios no son comunes
Por Redacción
La disolución de un matrimonio homosexual no es algo nuevo en México, pues el pasado 23 de enero del 2011 se registró el primer procedimiento de este tipo, cuando María Marcela Orozco, de 38 años, y Sandra Elvira Nava Jiménez, de 45, residentes de Piedras Negras, Coahuila, solicitaron su “divorcio”.
De acuerdo a medios nacionales, la pareja se había acogido al Pacto Civil de Solidaridad, aprobado en Coahuila en enero de 2007, sin embargo, tras cuatro años de unión y acusaciones de infidelidad y despilfarro económico, la pareja decidió terminar su vínculo.
Pero cifras oficiales revelan que el divorcio entre parejas del mismo sexo no es tan común, pues en la Ciudad de México, donde se registran la mayor parte de las uniones de este tipo, sólo el uno por ciento de los matrimonios de este tipo han fracasado.
De las 4 mil 35 uniones que se han celebrado desde 2008, solamente 34 han solicitado la disolución legal del mismo.
“Desde que se han autorizado estos matrimonios son estas parejas estables. Cuando ellos deciden contraer matrimonio lo hacen por amor y porque se conocen. Esto nos ha dado una buena solvencia en la cuestión de la sociedad, toda vez que no hacen muchos divorcios”, explicó el director del Registro Civil en la capital del país, Héctor Maldonado.
Sin embargo, de acuerdo a las estadísticas de las autoridades, el divorcio de estas parejas va en aumento, pues entre el 2011 y 2012 fueron cinco, en el 2013 fueron 10 y en el 2014 había 14.
De las parejas que disolvieron su unión, 19 eran mujeres y 15 hombres.
El funcionario precisó que este número de divorcios está muy lejos de los que se registran entre las parejas heterosexuales, pues durante 2014 en la Ciudad de México hubo mil 459 disoluciones de matrimonio.
“Esa es la diferencia que hay entre heterosexuales y los matrimonios de personas del mismo sexo, se está incrementando mucho el divorcio, creo yo, por las facilidades que se daban ahorita como el divorcio encausado o el divorcio exprés”, finalizó Maldonado.