
Para el escritor y analista mexicano, Héctor Aguilar Camín, aunque varias y muy importantes regiones del país están convulsionadas por la crisis económica y la violencia, la sociedad debe de hacer un esfuerzo para pensar y discutir las propuestas de solución a los problemas de México.
De visita por Reynosa, donde presentó su libro “un futuro para México” –que elaboró junto con Jorge Castañeda–, el autor lamentó que en la discusión de los conflictos del país, la sociedad mexicana no haya pasado de la inmediatez y las temas banales en lugar de analizar los problemas de fondo.
Incluso, criticó el desinterés de los intelectuales, académicos y medios de comunicación de hacer su parte en proponer soluciones viables para los mexicanos.
“¿En dónde están los escritores, los intelectuales, los académicos de Reynosa? Las cosas que la gente hace siempre empiezan porque pasan por su cabeza y luego por su voluntad, entonces el proceso de pensar un futuro es el primer paso para construirlo”, expresó.
En entrevista con Hora Cero, Aguilar Camín lamentó lo que llamó la “catástrofe silenciosa” que se vive en el sistema educativo mexicano, que está secuestrado por los burócratas y el sindicato de maestros quienes han provocado una especie de parálisis en la educación.
“Es verdad que las autoridades no han podido dominar al Sindicato en sus resistencias a los cambios o atraerlo a mejoras constructivos, lo que provoca que estemos en una relativa parálisis que sólo se va a romper cuando nos demos cuenta que la evaluación es el instrumento que nos permitirá premiar y corregir el desempeño de los maestros y las escuelas”, expresó.
NO HAY QUE CAER
EN EL DESÁNIMO
El escritor mexicano reconoció que varias regiones de México están azotadas por la inseguridad y la crisis económica, lo que hace difícil pensar que exista un ánimo para la discusión de los problemas del país, sin embargo consideró urgente que la sociedad haga un esfuerzo para atender estos temas.
“No es el país el que está convulsionado, son ciertas regiones y aún en estas condiciones no creo que debamos renunciar a buscar una opción y a imaginar un futuro, me parece que lo otro sería derrotarse y México es un país muy viejo, muy grande, muy complejo y con unas potencialidades extraordinarias, entonces no hay ninguna razón para bajar los brazos y rendirse.
“Es cierto, hay mucha gente que está asustada, hay gente que pena por víctimas que han tenido en su entorno y viven un momento terrible que parece no tener una solución inmediata, pero al mismo tiempo hay que pensar que esto no tiene por qué seguir para siempre, hay que ponerle un remedio”, sentenció.
Aguilar Camín reconoció la voluntad de las autoridades locales por resolver un tema tan prioritario como la seguridad de la ciudadanía.
“Los tamaulipecos están cambiando a un gobierno que, por razones personales, políticas e históricas, el tema de la seguridad será central, me parece que las autoridades no pueden estar mirando a otra parte, me parece que los ciudadanos están exigiendo una solución seria y ejecutiva en esas materias y creo que hay enormes reservas de talento, de energía social e intereses de negocios”, apuntó.
Hace unas semanas, durante su participación en los Diálogos Ciudadanos convocados por el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, el intelectual puso en la mesa de la discusión el tema de la posible legalización de las drogas, lo que ha provocado un amplio debate nacional.
Ahora, al ver en perspectiva los efectos que tuvo su propuesta, Aguilar Camín se mostró satisfecho con el interés ciudadano que ha tenido no sólo el tema de legalizar los narcóticos, sino otras opciones para atender el problema de la inseguridad.
“Hay que contar con una policía única y nacional, no la planteamos como una policía hecha desde el centro, sino como una policía convenida con cada Estado.
“Nos parece que este tema de la policía única debería de complementarse con un cambio de estrategia del tratamiento de las drogas y concentrar la persecución no en el tráfico mismo, sino en sus consecuencias peligrosas para la ciudadanía. Lo que queremos reducir no es el tráfico de drogas, sino la violencia asociada a esto y una manera de hacerlo es reduciendo las ganancias que tienen los grupos delictivos debido a la prohibición de las drogas, me parece que la legalización de las drogas con regulaciones distintas a cada una de ellas quitaría al crimen la gran cantidad de recursos que les ha permitido reclutar, corromper y armarse, eso sería una medida complementaria al mejoramiento de la procuración de justicia”, indicó.
LA “CATASTROFE SILENCIOSA”
Otro de los temas al que le urge atención es el educativo, donde no se ha podido avanzar debido a los viejos vicios que existen tanto entre las autoridades educativas como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Para Aguilar Camín, una de las ideas que permitirían acotar el gran poder político que tiene este organismo y que le impide modernizarse, es cancelar la obligatoriedad en el pago de las cuotas sindicales.
“Hay que suspender la complicidad estatal con los sindicatos públicos en un tema muy específico como lo son el cobro de cuotas, pensamos que las cuotas deben de ser voluntarias y no descontadas de una manera automática por el Estado. También debería de suspenderse el monopolio sindical de manera que pueda haber dos o más sindicatos en el centro de trabajo”, sentenció.
Sin embargo, aclaró el escritor, no toda la culpa de los problemas de la educación en México es del SNTE, las autoridades educativas también han incurrido en omisiones que mantienen paralizado el sector.
“El actual sindicato nos dice –y con razón–, que ellos no son los responsables de la política educativa y que no son ellos a quienes hay que culpar cuando hablamos de las carencias educativas de México.
“Hay que dejar entrar a la sociedad a las escuelas por medio de los padres de familia, en la Ley General de Educación están considerados los consejos de participación en las escuelas y a la fecha sólo se han instalado 20 mil de 200 mil escuelas; están violando la ley por no tener presentes a los padres.
“La escuela ha sido sustraída a la inspección de la sociedad, es propiedad de los burócratas y del sindicato y debajo de toda esta estructura hay cientos de miles de genuinos maestros, comprometidos con la educación, cuya no voz no escuchamos en el debate educativo”, dijo.
Mientras tanto, México vive una “catástrofe silenciosa” donde las víctimas inocentes son los niños, quienes no reciben la educación que necesitan para, en un futuro, poder aspirar a mejores niveles de vida.
“La gran tragedia de que hayamos dejado de saber lo que sucede en el aula y que hayamos dejado de evaluar la educación mexicana por tantos años, es que en el aula hay víctimas inocentes que no saben si lo que les están enseñando es importante o no, que no saben por definición si lo que están aprendiendo es todo lo que tienen que aprender o no.
“Como decimos en el libro, en el aula no hay mantas ni hay protestas porque los educandos no saben si les están aplicando bien o mal la medicina educativa, por lo general en un hospital si pierdes a un familiar por un error médico haces un escándalo, en una escuela si tu niño no aprende lo que debe te enteras años después cuando es una gente que no encuentra trabajo y no sabe cómo resolver su vida”, apuntó.
El intelectual mencionó que es momento que los maestros recuerden que su labor es mucho más importante que lo que ellos creen.
“La educación en México es una catástrofe silenciosa y en este sentido el trabajo de los maestros es mucho más importante que cualquier otro trabajador sindical que esté en el servicio público, porque a diferencia de otras personas, el maestro trabajo con la cosa más valiosa que hay en una sociedad que es la cabeza de los niños, si no hemos vigilado eso somos culpables de un daño mayor”, dijo.
MADUREZ PARA DISCUTIR
Una de las bases del libro “un futuro para México”, es la necesidad de que la sociedad participe en la discusión y elaboración de propuestas de solución a los grandes problemas del país.
Para Aguilar Camín, un avance prometedor fue la propuesta del presidente de la República, Felipe Calderón, de 10 cambios fundamentales en la vida política, donde se incluían la reelección de alcaldes y legisladores, la reducción de los subsidios oficiales a los partidos y otras cosas.
Sin embargo, lamentó el escritor, tras varios meses de haber hecho estas propuestas, el presidente se olvidó del tema, por lo que toca ahora a los ciudadanos retomarlo.
“Nosotros lo que tratamos es poner ese tipo de problemas de fondo en la discusión pública, a mí me parecía muy bien que el presidente haya levantado la mirada al día con día y haya elaborado este decálogo, pero también me parece muy mal que lo haya olvidado y que lo haya dejado reducido a dos temas.
“El presidente no es el único que puede proponer estos temas, estamos esperando la voz de los partidos, la voz de los gobiernos estatales, la voz de los medios, la voz de los estudiantes de las universidades, no hay ninguna razón por la cual este esfuerzo no podría replicarse de imaginar un futuro viable, sólido y deseable para México y Tamaulipas”, sentenció.
Al mismo tiempo, criticó la pasividad de los sectores de la sociedad –incluyendo los medios de comunicación–, para generar propuestas de solución a los problemas y desviar la atención ciudadana a escándalos estériles.
“En ocasiones nos domina la queja, la crítica y la estridencia descalificatoria y debajo de todo ese ruido muchas veces justificado, no asoma la propuesta, la visión de cómo podrían corregirse los problemas.
“Estoy harto de profetas apocalípticos y de locutores indignados, yo quiero escuchar y ver en los medios propuestas e ideas, contribuciones creativas y respuestas a los problemas que los mismos medios plantean; veo medios muy denunciatorios y muy pocos creativos, muy dispuestos a ver la paja en el ojo ajeno y muy poco exigentes con su propia actividad, muy dispuestos a exigir transparencia y muy poco dispuestos a ofrecerla y muy dispuestos a criticar las soluciones de otros e incapaces de plantear las soluciones propias, entonces creo que todos nosotros debemos hacer un esfuerzo de pensar el país que queremos para nosotros y para los que vienen detrás”, finalizó.