Con síntomas silenciosos y tan letal como el COVID 19 la obesidad es una enfermedad que desde hace 30 años se considera pandemia. México es el segundo país a nivel mundial con alto índice de obesidad y Tamaulipas se encuentra en los primeros lugares en la estadística de habitantes con este problema. En Reynosa, se ha emprendido una lucha contra este mal “Desde mí, para mi por mí”, un programa pionero en el país que brinda herramientas para que sus afiliados logren un peso saludable.
Un grupo decidido entra a un gimnasio dispuesto a seguir su rutina diaria: cardio, pesas, aparatos y la temida plancha isométrica. Nada tendría de raro para un lugar dedicado a ejercitarse, pero ellos acaparan las miradas y destacan entre los asistentes ¿la razón? Todos padecen obesidad mórbida. Atarse las agujetas, levantarse del suelo e incluso caminar pequeñas distancias representa un esfuerzo titánico ya no se diga subir las escaleras, es un logro digno de un maratón.
Esa fue la experiencia de los integrantes de la primera generación del programa integral “Desde mí, para mí, por mí”, una iniciativa de Anash Pulido, quien reunió a un grupo multidisciplinario de especialistas en salud para atender a personas con obesidad mórbida, de forma completamente gratuita y a quienes como pago, únicamente se les pide compromiso y entrega para alcanzar su peso saludable desde una responsabilidad personal, pero apoyados por un grupo de expertos para ayudarles a llegar a la meta.
LA HISTORIA DE ANASH
Si alguien conoce de fondo los problemas que acarrean vivir con obesidad mórbida es Anash Pulido, mujer reynosense que vivió en esa situación la mayor parte de su vida y tuvo un peso máximo de 200 kilos. Decidida a mejorar su salud, hace cinco años decidió emprender un reto no sólo para ella sino para otras personas con el mismo padecimiento, ya que por experiencia sabe que muchos de quienes padecen obesidad no son conscientes del grave problema que enfrentan.
En su caso, fueron los múltiples problemas de salud lo que la motivaron a encararse con la obesidad .
“Vivía tres días de la semana internada con presión alta, dolor de columna, cabeza, rodillas y se me dormían los brazos. Cuando llegaba al hospital y me decían que era a causa de mi sobrepeso me enojaba porque no reconocía que tenía una enfermedad”, recuerda.
Precisamente en la cama de un hospital Anash Pulido se propuso hacer un cambio de estilo de vida por el bien de su salud y en una noche de introspección identificó el meollo de su problema de obesidad: las emociones contenidas.
Recordó que el sobrepeso en su vida comenzó en la infancia, luego de la agresión sexual que sufrió. Las secuelas de esa amarga experiencia le generaron una adicción a la comida que al ir creciendo se convirtió en obesidad mórbida. Su familia buscó siempre soluciones tradicionales como dietas, métodos alternativos para ayudarla con su problema de obesidad, pero nada funcionaba.
Como última opción se sometió a una operación de banda gástrica sin mejores resultados. “Después de la operación baje 20 kilos en los primeros dos meses y luego de los dos meses los volví a subir”.
“Comía y lloraba. Me escondía para comer… tenía comida escondida bajo mi cama. Para llenar mi hambre emocional me comía hasta cinco sandwiches de salchicha frita con queso amarillo. Había una parte de mi que sabía que no estaba bien, que no tenía que culparme, que no tenía que llenarme de todo eso (la comida). Hasta que tuve consciencia empecé a buscar cursos, talleres y conferencias para nutrir mi inteligencia emocional y encausar mis emociones”.
Gracias a esa búsqueda identificó el “hambre emocional”, que trataba de saciar con comida.
Anash estaba consciente de que en un régimen para bajar de peso había que integrar las emociones que son la base y lo que mueve a las personas.
Dice que muchas personas que sufren obesidad mórbida no se dan cuenta del problema hasta que las consecuencias de su sobrepeso los llevan a un hospital. “Pierdes la realidad, te ves en el espejo y aparentemente te aceptas, pero es una enfermedad”.
Y continúa: “Conjunté a un grupo multidisciplinario, psicólogos, coach life, y nutriólogos para que las personas vivieran un reto de 90 días, llamado “Tócame, soy real”, dirigido a personas con obesidad mórbida”.
Aunque el reto se realizó y Anash se enfrentó a los prejuicios que sufren las personas con sobrepeso y obesidad pues no era la imagen deseada para promover un programa de salud. “Yo me sentaba en el gimnasio y la gente llegaba a preguntar por la información y era un shock para ellos”.
HERMANDAD, MÁS QUE APOYO
Después de ese reto, Pulido decidió modificar y enriquecer el repertorio dándoles a sus participantes la responsabilidad de caminar hacia su salud integral.
“Desde mí, para mí, por mí”, es el nombre del programa pionero en México donde se acompaña a personas con obesidad en asesoramiento nutricional, terapia psicológica y entrenamiento físico para que logren un peso saludable, de forma totalmente gratuita.
Y así comenzó, con un pequeño grupo de siete personas, hombres y mujeres donde el que menos pesaba era 130 kilos y el máximo 190 kilos. Por cinco meses se desarrollaron terapias grupales de apoyo, se brindaron las instalaciones de uno de los mejores gimnasios de la ciudad donde cada día eran citados para hacer su entrenamiento; además se les compartía un régimen alimenticio proporcionado por un profesional de la salud.
La mayoría del grupo creía que no podría hacer ejercicio debido al sobre peso, pero los ejercicios fueron adaptados para su condición.
“Todo está estructurado en base a una persona que vivió obesidad mórbida y al manejo de emociones. Cada generación que vive el proceso me confirma que son las emociones la base de todo. No hay pastillas, ni operaciones mágicas” subraya Anash.
Pulido ha comprobado su teoría en los resultados que cada integrante del programa ha obtenido, aunque no todos los que pasan por el proceso lo admitan.
“Tenemos personas que dicen: ´A mí el entrenamiento fue lo que más me ayudó, o el cambio de estilo de vida, la alimentación. Es raro que una persona admita que son las emociones, porque siempre hay un pretexto en poder aceptar que algo los manejaba, pero no necesitan decirlo. Cuando comienzan a ver que los kilos se bajan, los centímetros disminuyen yo pienso ¡si supieran todos los kilos emocionales que han perdido! He comprobado en todas las generaciones que las personas se dan cuenta que la metamorfosis es de adentro hacia afuera”.
A cinco años del inicio del programa 50 personas de diferentes edades y poco más de 400 kilos perdidos en total respaldan la teoría de Anash Pulido.
Y no sólo ellos, para cada generación se invita a profesionales de la salud, que comulgan la idea del manejo de emociones para una vida más saludable.
Los integrantes de este programa forman una hermandad, porque más que un grupo de apoyo se consideran hermanos de vida que viven problemas similares en su salud y se apoyan para llegar a la meta.
“Cuando yo conozco a mis hermanos de vida, en muchas cosas nos parecemos.
Esto es un grupo de apoyo, tu volteas a la derecha y a la izquierda y no vas a ver a alguien súper fitnes, sino a puros espejos. El tener la misma meta, estructurada diferente, porque cada quien tiene su propia historia, hace que seamos hermanos de vida, que vivimos el mismo proceso y de alguna manera nos podemos entender”.
“Se trata de que generemos salud integral, que bajemos peso emocional, peso físico y sigamos encausando las emociones y al final tomemos un estilo de vida saludable. Aquí cada persona que ha vivido el proceso se ha abierto en base a su responsabilidad a esta plataforma que está creada por una persona que mucho tiempo vivió obesidad mórbida y al final de cuentas se dio la oportunidad de hacer algo para ella y para otras personas”, dice la entrevistada refiriéndose a sí misma.
VENCIENDO OBESIDAD
EN TIEMPOS DE COVID
Luego de la declaración de cuarentena en México se identificó otro problema de salud pública: la obesidad. Al estar recluidos en casa, sin actividades físicas, la población comenzó a subir de peso.
De igual manera, son las personas con sobrepeso y obesidad parte de los grupos vulnerables de adquirir la COVID 19.
En medio de esta emergencia de salud pública el programa “Desde mí, para mí por mí” comenzaba la quinta generación y al igual que muchos trabajos y escuelas tuvieron que adoptar la modalidad virtual lo que representó un doble reto para cada integrante.
Se invitó a cada integrante a conectarse de lunes a viernes a las 7:00 pm y a realizar una rutina en casa utilizando los medios a la mano: una silla, botellas de agua en lugar de pesas y mucho compromiso, para no bajar la guardia en medio de la cuarentena. Cada semana se pesaba y se medía a cada integrante del grupo y se les invitaba a unirse a las terapias virtuales que los profesionales de la salud continuaron ofreciendo gratuitamente pero ahora por transmisiones de Facebook.
“Las circunstancias se dieron y teníamos que trabajar. No sabíamos cuánto iba a durar la cuarentena pero tenía que ser una oportunidad en medio de la pandemia”, afirma Pulido.
KILOS MORTALES
Con síntomas silenciosos y tan letales como el COVID 19, la obesidad es una enfermedad que desde hace treinta años se considera pandemia. México es el segundo país a nivel mundial con un alto índice de obesidad y Tamaulipas se encuentra en los primeros lugares en la estadística de habitantes con este problema.
La obesidad es una enfermedad silenciosa tan letal como el temido COVID 19 al grado que la misma Organización Mundial de la Salud la ha declarado una pandemia. México ocupa el nada honroso segundo lugar en obesidad, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición publicados en enero del presente año en su portal de Internet revelan que más del 72 porciento de la población tiene sobrepeso u obesidad.
Asimismo datos recabados de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) colocó a Tamaulipas en el sexto lugar nacional en sobrepeso y obesidad en niños; el séptimo en adolescentes y el onceavo en adultos. En cifras se traduce a que más de un millón de Tamaulipecos padecen de algún grado de sobrepeso u obesidad.
El documento “Recomendaciones para una política de Estado para la Prevención de la obesidad en México para el período 2018-2024” revela que en el país se declaró a partir del 2016 una emergencia sanitaria por la epidemia de obesidad y diabetes debido a la estadística de adultos con sobrepeso y obesidad.
Y cita: La obesidad aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades como diabetes mellitus, enfermedad isquémica del corazón, hipertensión dislipedemias, enfermedades cerebrovasculares y cáncer, las cuales disminuyen la calidad de vida e incrementa el riesgo de muerte prematura en quienes la padecen.
Pero lo más sorprendente es el alto costo económico que representa esta enfermedad para la economía del país dice. La obesidad representa altos costos médicos, estimados en 151,894 millones de pesos sólo en el 2014, lo cual equivale a 34 por ciento del gasto público en salud y causa una pérdida de productividad estimada en 71,669 millones de pesos (0.4 % del PIB) por año.
Resulta interesante que dicho documento toma en cuenta los elementos psicosociales y conductuales que influyen en los hábitos alimenticios.
“Aunque no es completamente clara la relación obesidad psicopatología, se ha observado la asociación de problemas de sobrepeso con trastornos como depresión o ansiedad así como la ocurrencia de daños a la salud mental producto de la estigmatización o discriminación que las personas con sobre peso padecen”, menciona.
De igual manera se reconoce que la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control de Sobrepeso, y la Obesidad y la Diabetes ha sido insuficiente para modificar el entorno alimentario y de actividad física de la población.
Al respecto Anash Pulido comenta sobre el problema de la obesidad en la sociedad mexicana y el porqué no se ha logrado erradicar. “No lo vemos como una enfermedad vemos una realidad distorsionada y traemos un cúmulo de enfermedades que a mi parecer vienen causadas en base a emociones contenidas y vivimos con una pistola en la cabeza. Nos cuidamos del COVID pero no vemos qué hacemos con nuestra salud, cómo me alimento o cómo me cuido. Tomamos las medidas de protección como el cubre bocas pero ¿Porqué no cuidar mi sistema inmune? ¿Porqué no cuidar mi peso o mi salud emocional?”.
“Si las personas dejaran de sabotear a quienes eligen hacer un cambio en su vida esta historia sería totalmente diferente. Siempre he pensado que si hubiera psicólogos desde el kínder y les enseñáramos a los niños cómo canalizar sus emociones otra vida sería. Tendríamos menos personas alcohólicas, adictas al cigarro, o a la comida”, afirma.
En ese sentido el programa “Desde mí para mí por mí”, por el momento sólo admite adultos, sin embargo uno de los objetivos de la creadora es abrir un módulo para niños que ayude a combatir la obesidad infantil. Para lograr este objetivo el programa requeriría un lugar dedicado a dicho fin que por el momento no tiene ya que es gratuito y no recibe financiamiento.
No obstante reconoce la necesidad de implementar una estrategia que ayude a los niños con obesidad, y que enseñe a los padres de familia a cuidar la alimentación de sus pequeños.
“Es un trabajo en conjunto ¿de dónde saca el niño los hábitos alimenticios? ¿quién prepara la comida? Aquí tenemos que trabajar en conjunto para el cuidado del niño o la niña. Yo deseo tener un lugar para este proyecto con las instalaciones adecuadas para tener un programa dedicado a los niños porque esa es la etapa del semillero de la obesidad”, finalizó Anash Pulido.