
“Cuando yo sea grande, quiero ser doctora y por eso debo de comer bien para estar saludable”, dice Jazmín, una pequeña que recién acaba de cumplir los ocho años y es toda una guerrera que ha sabido enfrentar al cáncer.
Siempre sonriente e inquieta, Jazmín sabe que está enferma pero eso no la limita y lleva su vida como cualquier niña de su edad: Va a la escuela, juega con sus amigas Andrea, Aída y Esmeralda y asegura sacar puro diez en los exámenes.
“Yo soy muy aplicada en la escuela, de hecho saque diez en el examen y mis demás compañeros sacaron puro cero”, dice muy contenta mientras juega en una estufa de juguete.
Y aunque apenas cursa la primaria, Jazmín ya le pidió de regalo a Santa Claus una tableta electrónica, ya que le gusta todo lo que tenga que ver con la tecnología.
“Yo quiero de regalo una tablet, de hecho tengo una computadora, ahí juego a la cocina y a la doctora, aunque también ya aprendí a escribir solita y ya le entiendo un poco más”, platicaba mientras en su rostro se dibujaba una enorme sonrisa.
UN TRATAMIENTO COSTOSO
Desde que tenía cinco años a Jazmín se le diagnosticó Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA), enfermedad que ha sido difícil de sobrellevar, sobre todo, por lo costoso del tratamiento.
Sin embargo, para Edith Santiago Gutiérrez, madre de la menor, aunque el dinero no sobra, tampoco debe de ser un problema, tratándose de su hija.
El cáncer es una palabra que puede significar mucho dolor y eso Edith y su esposo lo saben, ya que nunca imaginaron que un miembro de su familia fuera a padecerlo.
“Nosotros nos percatamos de la enfermedad porque a mi hija le daba fiebre, después tenía hematomas y le sangraban las encías, le hicieron biometrías y salió muy baja, posteriormente nos dijeron que tenía cáncer”, comentó.
El resultado que arrojaron los estudios era algo que no esperaban escuchar, dijo la mamá.
“Al principio la noticia nos cayó como bomba porque no lo esperábamos y fue muy difícil para nosotros asimilarlo, pero gracias a Dios, la llevamos a tratamiento y hasta ahorita está bien no ha tenido recaídas”, precisó.
Para hacer frente a esta situación, los padres de Jazmín han tenido que deshacerse de muchas cosas, sin embargo, eso no les importa, lo que quieren es que su niña pueda vencer este mal.
“Nosotros tuvimos que vender un carro y una televisión, entre otras cosas, para poder iniciar con el tratamiento de Jazmín, pero todo ha valido la pena porque gracias a Dios mi niña está con nosotros”, dijo.
Luego de tres años de lucha, Jazmín ya concluyó el tratamiento de las quimioterapias y ahora sólo es vigilada.
“Yo ahorita le agradezco a Dios que mi hija está bien; ya terminó sus quimioterapias, ahora entró a vigilancia y primeramente Dios va a salir adelante, aunque dicen los médicos que con esta enfermedad nunca se sabe”, manifestó.
Luego de una lucha fuerte, intensa, costosa y sobre todo, dolorosa, los padres de la pequeña aseguran que este proceso tan solo quedará en sus vidas como un mal recuerdo y su hija saldrá adelante para llegar a ser toda una profesional como desea.
RECIBEN APOYO PARA SALIR ADELANTE
En este proceso, los padres de Jazmín han recibido apoyo por parte del grupo“Iluminando Corazones de Niños con Cáncer”, una organización que inició hace casi tres años con la finalidad de dibujar una sonrisa en el rostro de los menores que sufren este mal.
“Los niños vienen aquí (a ‘Iluminando Corazones’) y se divierten mucho, creo que deben de existir más lugares de este tipo, donde se le dé apoyo a niños que tienen cáncer.
Aquí nos ayudaron con las quimioterapias que es tratamiento muy caro y no se diga el medicamento, ojalá que se sumen más personas a este grupo y que se toquen el corazón para ayudar a estos niños”, precisó Edith.
Por su parte, el fundador de “Iluminando Corazones de Niños con Cáncer”, Jorge Mar Gea, dijo que esta idea surgió luego de que su sobrino falleció de la enfermedad.
Expresó que la experiencia que vivió con su familiar, le permitió conocer de cerca las vicisitudes a las que se enfrentan no sólo los niños sino también los padres.
Por ello decidió crear una organización sin fines de lucro que ayudara a todas las personas que estuvieran atravesando por un problema de salud.
Jorge inició su trabajo solo, pero con el paso del tiempo se le fueron uniendo más personas que actualmente contribuyen en garantizar la continuación del tratamiento médico, apoyándolos en algunas necesidades como transporte, alimentación y medicamentos.
“En un principio comencé yo solo visitando niños en los hospitales, llevándoles juguetes, organizándoles algunos convivios y luego se fueron añadiendo más personas”, comentó.
En este momento están preparando la tercera fiesta navideña del organismo, donde no sólo se convive con los menores, sino también se les entrega el regalo que más desean.
“La fiesta navideña será el día 13 de diciembre, invitamos todos los niños con su familia, a parte escogen un regalo especial y buscamos quien se los pueda obsequiar”, indicó.
El creador del grupo aseguró que la satisfacción más grande es ver una sonrisa de un pequeño en medio del dolor.
A lo largo de estos tres años la organización ha logrado dar alegría a 42 menores, lamentablemente 15 no han logrado vencer la enfermedad y han fallecido. Actualmente se ayuda a 27 niños y a sus familias.
Aunque la institución no recibe apoyo del gobierno o de la iniciativa privada, se han logrado construir tres casas de madera para igual número de familias y un baño de fosa séptica para una menor con discapacidad.
Todo esto se ha logrado conseguir gracias al apoyo de las personas que desinteresadamente han puesto su granito de arena para ayudar a quienes más lo necesitan.
“Lo mejor que he recibido de esto niños es su cariño, sus abrazos y sus besos; esa es mi mayor recompensa, además, me deja una satisfacción muy grande al ver a los niños cómo luchan, cómo no se rinden y te regalan una sonrisa en medio del dolor”, finalizó Jorge.
EL RECUERDO DE BALTAZAR IVAN
Baltazar Iván Mendoza Jiménez fue un niño que nació con insuficiencia renal, problema al que se enfrentó y perdió, pues hace casi tres meses murió a causa de este mal.
Baltazar y María, padres de Baltazar Iván, aseguran que los últimos años de vida fueron los más difíciles, ya que el adolescente de 17 años fue sometido a hemodiálisis y en ocasiones convulsionaba hasta cinco veces por día.
“A partir de ahí fueron los peores años de mi hijo porque había momentos en que convulsionaba mucho, se le subía la presión, se bronco aspiraba, casi vivíamos más en el seguro social que en casa”, comentaba afligida la madre del menor.
Y aunque en un momento de su enfermedad Iván ya no pudo hablar y caminar, siempre estuvo echándole ganas a la vida, recuerdan sus padres.
Solventar la enfermedad de su hijo fue complicado, sin embargo, gracias al apoyo de mucha gente generosa y la atención que recibía en el IMSS, la familia logró salir adelante.
Precisamente fue en la clínica del Seguro Social donde conocieron a Jorge Mar Gea y a su grupo, quienes los apoyaron.
“Siempre ayudaron a mi hijo, le daban juguetes, nos ayudaron económicamente e incluso le regalaron una carriola que era donde lo transportábamos, porque él casi no creció”.
Tras complicarse la salud de Baltazar Iván, el menor tuvo que ser trasladado a ciudad Madero, donde permaneció casi quince días; por lo tanto la situación económica de los padres comenzó a ser difícil, recordó María, su mamá.
“Nosotros no habíamos tenido ayuda de nadie, siempre anduvimos navegando solos con mi hijo; en esos días nos visitó Jorge y nos llevaron dinero, y créanme que por eso y más nosotros decimos que esta institución ha sido una bendición porque nunca nos dejaron solos”.
Y agregó: “Cuando mi hijo falleció estuvieron con nosotros, nos ayudaron a pagar el funeral y a pesar de que mi niño ya no está, nos visitan y nos dan ánimo para salir adelante”.
Finalmente María y Baltazar hicieron un llamado la ciudadanía y a las autoridades para que apoyen a este tipo de organizaciones que sin fin de lucro ayudan a las familias que más lo necesitan para sacar adelante a sus hijos enfermos.
“Nosotros les decimos a todos los padres que tienen hijos enfermos que no se desanimen, que se acerquen a Dios y que los apoyen.
Nosotros ya no tenemos a nuestro hijo aquí, pero queremos seguir apoyando y lo mismo les pedimos a las autoridades”, finalizó.