La llegada del priista Enrique Peña Nieto a la presidencia de México marcó el inicio de una de las etapas más complicadas para la economía nacional y comprometió parte del presente sexenio: en diez años la inflación alcanzó niveles preocupantes. De acuerdo con cifras del Inegi el costo de la vida subió un 54.3 por ciento, pues el valor de una diversa cantidad de productos y servicios (como los alimentos, la vivienda e insumos del transporte) se incrementó de manera exponencial. En retrospectiva, de 2012 al 2022, los precios sufrieron un alza drástica, que al día de hoy continúa impactando al bolsillo familiar.
Comprar una cartera de huevo, un kilogramo de carne, de jitomate o un litro de leche no es lo mismo hoy que hace unos pocos años. A decir verdad no se consigue con el mismo dinero lo que podía obtenerse con anterioridad. Inclusive, no alcanza ni para la mitad de los productos.
Así es la devaluación del poder adquisitivo en México, una carga que los ciudadanos deben llevar de manera individual como consecuencia de cuestionados gobiernos y de una recesión internacional.
El manejo opaco de las deudas (interna y externa), de los activos nacionales como el petróleo, de las tasas de interés del Banco de México (Banxico), la disparidad monetaria de divisas; el incremento de gravámenes, impuestos hacendarios y el descontrol de precios sin topes comerciales -por parte de la Secretaría de Economía- es la añeja fórmula que tiene contra las cuerdas a millones de personas que para sobrevivir tiene que erogar más recursos.
Y es que algunos artículos no solamente duplicaron, triplicaron y hasta cuadruplicaron el monto de su valor, sino que además de eso –pese al aumento al salario mínimo- en términos reales los ingresos prácticamente se mantuvieron en la misma posición, considerando además los últimos años críticos que ha significado la pandemia de Covid-19 para un sector muy amplio de la población.
Es por esto que echar un vistazo al pasado puede ser una buena referencia para saber cómo se encuentra la economía de hoy y uno de los más elocuentes ejemplos, en voz de los especialistas, es comparar el manejo común de las finanzas de las familias que participan en un mercado donde predomina la ley de la oferta y la demanda.
Pero contrario a lo que pudiera pensarse el rol primordial dentro de la economía nacional no propiamente lo está ejerciendo su fuerza productiva, sino los gobiernos federales, estatales y municipales por medio de imposiciones y cargas fiscales.
Aunque algunos insumos son tasados en valores internacionales (como el maíz, el trigo, la azúcar y la soya), generalmente es el Estado el que controla el índice de precios al consumidor: porque a mayor inflación más impuestos recaudados.
Y la principal moneda de cambio son los combustibles, porque subiendo los aranceles de las gasolinas, que movilizan a un estimado de 128 millones de habitantes en este país, también se incrementan los costos de la vida colectiva, reconoció Carlos Vaca, doctor en Economía y ex catedrático del Tecnológico de Monterrey y la Universidad Anáhuac.
El investigador afirmó que en México ha escalado el valor de prácticamente todo, desde los artículos más indispensables para la alimentación y aseo humano hasta los bienes y servicios necesarios, así como cualquier tipo de trámite.
Por citar una muestra, un litro de aceite comestible de precio regular se vende actualmente en 50 pesos, cuando en el año 2012 se ofertaba al menudeo en tan sólo 13 pesos, con un incremento de 230 por ciento.
En el ámbito administrativo, para obtener una licencia de conducir en Tamaulipas hay que desembolsar una cantidad superior a 770 pesos, que puede alcanzar hasta los 2 mil 406 pesos dependiendo la vigencia. Si se considera el precio real de un plástico de 5 gramos maquilado por millares, la ganancia resulta exorbitante.
Aún pagándole a los empleados públicos que emiten dichas tarjetas y quienes diariamente atienden en las oficinas fiscales a cientos de personas -que van por su permiso de manejo- éste y otros negocios siguen siendo muy rentables para el gobierno.
“EL DESPEÑADERO”
En otros indicativos, a nivel federal, durante la administración de Enrique Peña Nieto el precio de la canasta básica se disparó un 35 por ciento. Si se compara lo que ésta costaba en 2012 (en mil 125 pesos), con 2018 (que llegó a mil 516 pesos), sólo para artículos elementales, puede comprobarse que la inflación impactó directamente al consumidor.
Y para 2022, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), esos mismos productos valen ahora 2 mil 11 pesos y no parece que vayan a bajar.
Sin embargo, fue durante el mandato del mexiquense cuando los incrementos empezaron a presentarse en cascada con la aprobación en el Senado de la República de su controvertida Reforma Fiscal.
Los territorios fronterizos del norte del país fueron de los más afectados al homologarse el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 11 al 16 por ciento y eliminarse las bonificaciones a las plantas maquiladoras.
Tales alzas no solamente castigaron a los dependientes de las industrias de la transformación, agroalimentaria y tecnológica, sino también a otros sectores de la economía de consumo.
Las refacciones automotrices, los productos derivados del petróleo, las herramientas y los materiales para la construcción sufrieron cambios bruscos, empujados además por el incremento del costo de la gasolina, la cual con Peña Nieto subió hasta un 80 por ciento. En 2012 el litro de Magna se despachaba en 10 pesos con 7 centavos y para 2018 se situó en 18 pesos con 9 centavos.
La industria cementera contuvo el impacto gracias al ‘boom’ inmobiliario y los ingresos de las exportaciones de sus productos, pero finalmente el golpe vino para el consumidor mexicano. Comprar hoy en día un costal de cemento equivale a 370 pesos en las ciudades del norte del país. Una década atrás el bulto estaba en 100 pesos. Igualmente la varilla, la grava y la arena tuvieron altos aumentos.
La industria automotriz también vio incrementados los costos por los gravámenes impuestos al acero por el gobierno de los Estados Unidos y la crisis de los chips para automotores, pero de igual modo, la afectación golpeó duro a los usuarios.
Hace 10 años un auto compacto costaba 112 mil 500 pesos en México y hoy en día el valor de un sedán austero es de 263 mil 900 pesos.
En 2012 cada dólar americano se cotizaba en 13.55 pesos. Cuando Peña Nieto entregó su sexenio se depreció a 19.88 pesos por divisa norteamericana. En la actualidad se mantiene en 20.24.
DAÑO PATRIMONIAL
CONTRA LA NACIÓN
De hecho, la Fiscalía General de la República (FGR) tiene abierta una investigación contra el ex mandatario por el desvío de recursos públicos y lavado de dinero. Asimismo estarían involucrados algunos otros ex funcionarios, como quien fue el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso y el extitular de la Secretaría de Economía, Idelfonso Guajardo Villarreal.
El primer expediente incluye diversas denuncias en las que se encuentra inmiscuida la empresa OHL, según lo ha detallado la dependencia federal en un comunicado. La segunda parte es una querella de las autoridades hacendarias por presuntos delitos de lavado de dinero y transferencias internacionales ilegales. El tercero es por un posible asunto de enriquecimiento ilícito.
No obstante, el manejo de las finanzas públicas de Peña Nieto no quedó ahí. Según los analistas el impacto del controvertido sexenio anterior en materia económica ha traspasado a la presente administración, que debió asumir las consecuencias para reducir los denominados gasolinazos, pero la pandemia por el virus del SARS-Co-V-2 y diversos conflictos de escala internacional, como la confrontación de Rusia y Ucrania y la guerra comercial de los Estados Unidos con China, han mantenido volátil la economía e impulsado nuevos incrementos.
Los precios de las toneladas de granos se siguen profundizando. En solamente dos años el precio internacional del maíz pasó de 3.96 a 6.97 dólares en la medida americana de bushel, pero esta carestía tampoco le quita responsabilidad al pasado gobierno federal, que contribuyó a que los aumentos se salieran de control.
En 2012 un kilogramo de tortillas valía 10 pesos y en la actualidad alcanza los 24 pesos cada kilo en la mesa de los mexicanos.
De igual manera es amplia la gama de productos que han escalado a precios elevados. Algunos de manera más escandalosa como el huevo (hasta 120 pesos la tapa con 30 piezas medianas en abarrotes de barrio y 87 pesos en supermercados), pero en promedio este encarecimiento sigue siendo alto de manera generalizada.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación ya alcanza un nivel del 54.3 por ciento para la última década, basado en el Índice Nacional de Precios al Consumidor.
Si bien el salario mínimo en Tamaulipas se incrementó en 2022 con un monto de 31 pesos, en la iniciativa privada no ha habido aumentos importantes para los trabajadores en sus emolumentos. Solamente algunas industrias sindicalizadas aplicaron mejoras en ese renglón.
Y hay empresas, especialmente las Pymes, que también están sufriendo con los pagos hacendarios. Alrededor del 40 por ciento de sus ganancias son recaudadas por el gobierno. El 35 por ciento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el impacto del Impuesto al Valor Agregado (IVA) no comprobado.
Asimismo a los trabajadores inscritos ante el Seguro Social (IMSS) les es retenida una cantidad de su salario y esa es la razón por la que casi ya no alcanza para poder cubrir sus necesidades básicas de alimentación y vestido.
Algunos estudios señalan que la dieta nacional ha perdido propiedades de nutrición, algo que colateralmente está comprometiendo los sistemas de salud pública por la prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes y la hipertensión arterial. Es decir, con menos dinero los mexicanos trabajan más y comen peor, lo cual reduce sus expectativas de vida.
Por eso es que la inflación tiene en jaque a un número considerable de personas. Según cifras oficiales hasta 2020 había 55.7 millones de habitantes en condición de pobreza.
Para darse una idea más concreta de lo disparatada que está la economía mexicana, en términos mercantiles simples, predominan los ejemplos: un kilogramo de frijol negro se vende hasta en 43 pesos, mientras que el aguacate cuesta 140 pesos en algunos establecimientos del país, cuando el salario mínimo diario que percibe un jornalero es tan sólo de 172 pesos.
Por su parte, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda, pero no sanciona, por lo que para frenar los aumentos tendrían que intervenir otras dependencias.
¿CÓMO AFRONTAR
LA INFLACIÓN?
De acuerdo con una investigación de Alberto González Karam, presidente del Colegio Nacional de Economistas de Reynosa, la opción más viable para poder hacerle frente al encarecimiento está siendo la estrategia económica de mantener la tasa salarial mensual por encima de la inflación, con lo cual se redistribuyen los egresos familiares de 57 millones 426 mil 749 trabajadores que representan el 96.7 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA).
Su estudio denominado “Inflación Mexicana 2012-2022” menciona que la tasa promedio mensual en ese lapso ha sido del 0.36 por ciento.
“Es importante destacar que el mayor incremento de los precios en la última década se registró durante la pasada administración federal de Enrique Peña Nieto. En la actual gestión (la inflación) continúa por los efectos de la pandemia del coronavirus, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y las recientes tensiones entre China y Taiwán, mientras que en México se registra una inflación acumulada de 18.47 por ciento con una tasa promedio de inflación de 0.40 por ciento en el período del primero de diciembre del 2018 al 30 de junio del 2022”, detalló el investigador.
De acuerdo con Alberto González Karam, la política salarial emprendida desde inicios del actual gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador se orientó a mejorar las percepciones, pues la minimización de la inflación y la maximización de los salarios contractuales en las empresas públicas y privadas han superado a los registrados en 36 años por las administraciones de Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
“Las últimas seis administraciones públicas se caracterizaron por haber mantenido los empleos de baja calidad con bajos sueldos, producto del falso supuesto de que un mayor salario provocaría incrementos en la inflación y más desempleo, mientras que en la presente administración federal se incrementó el ingreso salarial mínimo promedio un 94.64 por ciento en el área de Salarios Mínimos Generales a nivel nacional y 194.62 por ciento en el área geográfica de la Zona Libre de la Frontera Norte, con la prospectiva de continuar incrementando en el período 2023-2024”, agrega González Karam.
El economista hace énfasis en que actualmente 18 millones 479 mil 80 ocupados reciben hasta un salario mínimo, el cual representa el 32.2 por ciento del total nacional; que hay 18 millones 479 mil 80 ocupados con más de uno a dos salarios mínimos al concentrar 33.8 por ciento; cinco millones 900 mil 900 ocupados perciben más de dos a tres salarios mínimos que equivalen al 10.3 por ciento.
También que dos millones 480 mil 156 ocupados cobran más de tres hasta cinco salarios mínimos, participando con 4.3 por ciento; 876 mil 902 ocupados con más de 5 salarios mínimos que representan 1.5 por ciento; hay también tres millones 134 mil 414 ocupados que no reciben ingresos contribuyendo con 5.5 por ciento y existen siete millones 145 mil 72 ocupados que contribuyen con el 12.4 por ciento no especificaron sus niveles salariales.
El especialista refiere que el Paquete Contra Inflación y Carestía (Pacic) tiene previsto minimizar los precios de 24 artículos de la canasta básica, que representan el 46 por ciento en la inflación de alimentos como son los siguientes: aceite de canola o maíz, arroz en grano, atún en lata, azúcar morena, bistec de res, cebolla, chile jalapeño, chuleta de puerco, frijol en grano, huevo de gallina blanco, jabón de tocador, jitomate saladet, leche, limón, manzana, naranja, pan de caja, papa, papel higiénico, pasta para sopa, pollo entero, sardina de lata, tortilla de maíz y zanahoria.
“En la Zona Libre de la frontera norte, conforme la información pública y actualizada en la primera decena de agosto del 2022, se registran los siguientes precios mínimos: gasolina Magna 14.42 pesos por litro que representa una reducción del 25.01 por ciento con relación a la aplicación de 19.23 pesos por litro al final del sexenio pasado; gasolina Premium 15.69 pesos por litro que representan una reducción del 24.60 por ciento con respecto a los 20.81 pesos por litro heredados por la administración pasada en noviembre del 2018; y Diésel en 16.61 pesos por litro con una reducción del 19.99 por ciento con respecto a los 20.76 pesos por litro aplicados a finales del 2018.
“México se reposicionó a nivel mundial en precios de gasolinas más bajos a los consumidores durante la primera decena del mes de agosto, superado en orden de importancia a los siguientes países: Rusia, Argentina, China, Brasil, Estados Unidos, India, Turquía, Australia, Japón, Canadá, Sudáfrica, Corea del Sur, Alemania, Francia, Italia, España, Reino Unido, Suiza, Singapur y Países Bajos”, destaca González Karam.
Lo cierto es que históricamente el país ha sufrido cambios económicos en materia de políticas públicas, los cuales impactaron la economía de millones de personas, pero basados en la última década, de 2012 al 2022, existen evidencias de campañas publicitarias en supermercados que recuerdan el costo de algunos productos hace algunos años, causando hoy la sorpresa de la gente, dadas las diferencias en los precios.
Con todo eso, los analistas coinciden en que si el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador no hubiera desplegado su programa de mejora de pensiones un anciano hoy no podría subsistir con los 525 pesos que los beneficiarios del programa 65 y Más recibían mensualmente durante la época del ex presidente Enrique Peña Nieto.
DIFÍCIL SITUACIÓN
Pero para el grueso de la población económicamente activa que vive al día, falta mucho por hacer para poder frenar la carestía de los productos de la canasta básica que los tienen sumidos en una crisis económica desde hace 10 años.
Y por si eso fuera poco apenas este 11 de agosto Banxico elevó la tasa de interés a 8.5 por ciento, un nivel histórico debido a la inflación en México.
El Banco de México incrementó por segunda vez los 75 puntos base para tratar de contrarrestar el alto nivel de la inflación general en el país, un máximo histórico para esta institución que atraviesa por un duro ajuste a la política monetaria para tratar de combatir el alto nivel de la inflación general en México, pues esta última se mantiene en el mayor nivel de las últimas dos décadas.
El récord previo en su tasa de interés fue 8.25 por ciento, el cual se presentó en agosto de 2008 y diciembre de 2018, por lo que el nuevo nivel representa el más alto de su historia.