
El patio es el último lugar de la casa al que se le presta atención y por ende uno de los lugares más proclives para que aniden insectos y parásitos que pueden representar grandes riesgos para la salud.
El descuido, la negligencia y la falta de hábitos de limpieza es, a decir de los especialistas, el mayor problema al que se enfrentan para tratar de evitar que año con año surjan padecimientos víricos que mandan a muchas personas a las camas de hospital, algunas de las cuales fallecen por complicaciones médicas.
Es el caso de los virus transmitidos por picaduras de mosquitos, tales como el dengue y el del Oeste del Nilo. El primero ha presentado una alza en los últimos meses en la frontera de Tamaulipas, con una incidencia preocupante de casos, ya que un tercio del total en la entidad se sitúa en el municipio de Reynosa y hasta comienzos del mes de agosto la cifra generalizada era de 300 infectados.
Por su parte, la tasa de registros de la enfermedad del Nilo se concentra principalmente en el estado de Texas, que acumula 111 casos y un fallecimiento, de acuerdo con el director del Departamento Estatal de Servicios de Salud, David Lakey.
Sin embargo, las medidas de prevención y de alerta se han extendido hacia el sur de Estados Unidos en la frontera con México, por lo cual no se descarta que las picaduras del zancudo de tipo Culex –portador del virus del Oeste Nilo– puedan presentarse en el Estado de Tamaulipas, ya que éste insecto nace y prolifera en condiciones muy semejantes a las del Aedes Aegypti, conocido también como el mosquito transmisor del dengue.
Josefa López Viveros, encargada de la Unidad de Epidemiología del Hospital General de Reynosa, mencionó que el primero no es propio de este continente y que fue traído en las últimas décadas del siglo pasado.
“Es una enfermedad que nosotros no teníamos en América, más o menos llegó en los años 90 por el norte de Estados Unidos y es una enfermedad que fue descubierta en los años 30 en Israel, ya detectándose oficialmente como un virus”, cuenta.
Empero, la entrevistada agrega que las aves perpetúan este bacilo, mismo que encuentra en ellas un reservorio y cuando éstas son picadas por un zancudo de la familia Culex diseminan los contagios.
“Nosotros desafortunadamente en nuestra área tenemos de los dos tipos de mosco. El Culex es el mosco común y el Adedes, es el principal mosquito que nos transmite el dengue aquí en la región.
“No obstante, puedo decir que ahorita no hemos tenido casos autóctonos por el virus del Oeste del Nilo. Tuvimos uno hace como cuatro o cinco años, pero era importado.
“Fue un niño que venía de paso y que se trasladaba hacia Guadalajara, quien llegó de Estados Unidos de visita, pero nosotros aquí no hemos tenido casos”, reitera.
MAS VALE PREVENIR…
López Viveros pide poner mucha atención en torno a este tema y no subestimarlo, pues refiere que los síntomas de la enfermedad del Oeste del Nilo se parecen mucho al dengue, pues se manifiesta con fiebre.
“El problema es que este mal va a atacar el sistema nervioso central y entonces produce una encefalitis, causando la inflamación del encéfalo, que es la parte superior y de mayor masa del sistema nervioso central. Eso es lo grave e impactante de esta enfermedad”, advierte.
La especialista comenta que la migración de aves del norte del continente, buscando temperaturas más templadas propician que arriben reservorios con el virus.
“Nosotros el riesgo que tendríamos es que en el momento que los pájaros vienen emigrando del frío, del norte de Estados Unidos traigan consigo la enfermedad.
“En el otro lado existe una alerta en cuanto al número de casos (principalmente en la parte norteña de Texas), pero nosotros no los hemos recibido ni tampoco tenemos casos compatibles de encefalitis con cuadro febril, que pudiéramos pensar en el virus del Oeste del Nilo”, agrega.
Pero ante cualquier duda la entrevistada recomienda que la gente esté bien informada y documentada de lo que en algún momento dado puede producir la picadura de un mosquito de la familia de los Culex.
“Aquí la indicación sería, como lo hemos estado haciendo ahorita con el problema de dengue que tenemos, que las personas que tengan fiebre, dolor de cabeza, que les duelan los huesos, lo mejor que pueden hacer es acudir a los servicios de salud más cercanos y principalmente no automedicarse, porque esto podría producir daños de salud irreversibles”.
CONTROL SANITARIO
La jefa de la Unidad de Epidemiología del Hospital General de Reynosa, comentó que afortunadamente en esta región el virus del Oeste del Nilo no se ha empatado con el dengue, porque entonces el conflicto sería mayúsculo.
“En estos momentos nosotros no tenemos migración de aves; las tenemos generalmente en el invierno, que es cuando emigran del frío, aunque eso no significa que actualmente no pudiéramos tener un caso, pero sería difícil estimarlo. El riesgo lo tenemos más a partir del mes de octubre, cuando las aves comienzan a venir hacia zonas más cálidas.
“Independientemente de eso lo ideal es tener las precauciones con los criaderos, al igual que el dengue. Nuestro principal problema son los insectos, los mosquitos y mientras nosotros tengamos lugares, lechos de agua sucia o limpia vamos a seguir teniendo moscos y mientras esto suceda vamos a seguir teniendo el riesgo de padecer no solamente dengue o el virus del Oeste del Nilo, sino que podemos tener muchos riesgos de muchos más padecimientos que son transmitidos por vectores como los moscos”, señala.
En el mismo contexto López Viveros menciona que las enfermedades virales se contrarrestan con información y acción, porque muchas veces se conoce el problema, pero no se combate.
“La indicación principal es que nosotros tenemos que reeducarnos. Cada vez que hacemos la campaña de descacharrización para abatir el dengue nos damos cuenta de la cantidad de cosas que no necesitamos en los techos y en los patios y que cada vez que llueve esos lechos se llenan de agua y encontramos cientos de huevos que luego van a ser moscos.
“La población se queja de que hay muchos moscos, pero la fumigación no es la solución completa a este problema. Cada mosco de la raza que sea nos va a poner 200 huevos en su vida, que más o menos es de 30 a 60 días, y cuando esos huevos maduran van a ser 200 moscos volando”, alerta.
Afirmó que al controlar los criaderos se va a evitar que cada vez más zancudos vuelen, pues el insecticida, contrario a lo que se piensa, no mata a todos los mosquitos tipo Aedes Aegypti ni Culex.
“Todos los que se hayan metido debajo de las mesas, debajo de las cajas de ropa esos no los voy a poder acabar con la fumigación y por eso lo ideal es que yo pueda controlar los criaderos y para eso es igual en el virus del Oeste del Nilo.
“Si una ave encuentra el vector adecuado aquí para poderse diseminar, pues vamos a tener el mismo problema.
“Gracias a Dios hasta ahorita no hemos tenido este problema en Tamaulipas, porque si el dengue es un problema grave, porque nos dan casos de dengue hemorrágico y podemos llegar a tener defunciones, en el caso del virus del Oeste del Nilo los cuadros clínicos son encefalitis, es decir que van directamente contra el sistema nerviosos central y la persona se nos puede morir con más facilidad”, subraya.
López Viveros recomendó que al hacer actividades al aire libre es importante utilizar repelentes, porque va a ser inevitable estar fuera del alcance de los insectos.
“Ellos aguantan muchísimo más que nosotros en condiciones extremas, entonces hay que ponernos repelente cuando vamos a estar afuera y no andar en horas cuando se va a meter el sol, porque los mosquitos vuelan en mayor cantidad.
“También, si es posible sugiero usar ropa de manga larga, no traer los brazos tan expuestos. Esa es parte de la labor de nosotros hacemos, de controlar esas plagas y poner nuestro granito de arena”, finaliza.