
A sus 32 años y aunque padece retinosis pigmentaria, misma que lo ha cegado por completo, Rubén David Soto Zárate es maestro en Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios número 7 de Reynosa, donde imparte la clase de Tecnologías de la Información y Comunicaciones a alumnos con discapacidad auditiva.
“Cuando me invitan a integrarme al bachillerato no escolarizado para estudiantes con discapacidad en el CBTis 7, obviamente mi duda era qué método utilizaría para enseñar al grupo, pero comencé a investigar para aplicar estrategias y buscar aplicaciones en Internet.
“Ellos, al contrario de nosotros, se manejan con muchas imágenes y videos, por ello nació mi idea de mezclar la tecnología auditiva que utilizo por mi falta de visión con las que ellos necesitan para generar la clase”, dijo.
Explicó que mediante su lector de pantalla, necesaria para las personas ciegas, busca videos de imagen y audio en las redes para saber de qué se trata el video y poder explicárselos a través de la intérprete.
“Mi madre me inculcó siempre a mantenerme activo y hacer cosas para ayudar a la gente dentro de nuestras posibilidades. Cuando me invitaron a ser maestro me entusiasmó mucho y sabía que sería un reto pero lo estamos logrando. Aunque no recibo una compensación monetaria siento que como ser humano me llena mucho de satisfacción”, refirió.
Presenciar una clase es impresionante por el buen desempeño del equipo. Rubén David como profesor, la intérprete del lenguaje de señas y los alumnos que generan una rápida interacción.
Mientras el maestro va explicando la clase de teórica, la intérprete los traduce a señas para que los estudiantes entiendan y si existe alguna duda de los alumnos se la expresan para que la maestra pregunte.
Al momento de la práctica en las computadoras, que tienen activado el sistema para los invidentes, es posible detectar de inmediato si alguno de los estudiantes no está haciendo lo correcto y corregirlos al momento.
“Actualmente brindo las clases sin compensación, solamente por la satisfacción de saber que soy útil y poder ayudar a personas con otras discapacidades a salir adelante”, mencionó.
Otras actividades pedagógicas que Rubén David realiza se desarrollan en la Universidad Tecnológica de Tamaulipas Norte donde imparte clases de computación básica para personas con discapacidad visual. Mientras que de forma particular brinda terapias de Braille y computación a niños invidentes.
La vocación de este maestro surgió después de que cursó la carrera de Inclusión a personas con discapacidad en la Universidad Tecnología de Santa Catarina, y desde entonces se fijó el objetivo de generar proyectos para el acompañamiento a este sector de la población en lo social, educativo, cultural y otros ámbitos.
“Fuimos a la plática de la universidad porque desconocía de qué se trataba y me llamó mucho la atención estudiar una carrera que iba enfocada a apoyar a otras personas que como yo padecen una discapacidad. Me interesó, me inscribí y durante tres años de estudio y mediante la tesis lograré obtener su título profesional y graduarme en diciembre”, refirió.
Derribando obstaculos
La enfermedad que padece Rubén David es de nacimiento, congénita y degenerativa. Es decir, que conforme va pasando el tiempo afecta más el campo visual deteriorando la retina hasta que llega el momento en el que no se distingue nada.
Nació en el Estado de Veracruz donde realizó sus estudios básicos y medio superior en escuelas regulares con el apoyo de su familia, maestros y compañeros.
Posteriormente cambiaron su residencia a Reynosa para estudiar la universidad, donde se topó con obstáculos porque esas instituciones educativas no contaban con sistemas de apoyo a las personas con discapacidad.
“A los 22 años llegó la frustración porque inicialmente ingresé a estudiar la carrera de Administración de Empresas en la Universidad México Americana del Norte, pero no pude continuar porque en los exámenes no tenía quien me apoyara y muchas trabas, hasta que decliné. Sin embargo llegó la oportunidad de esta carrera totalmente accesible donde me brindaron todas las facilidades y una plataforma que podía escuchar con el lector de pantalla”, mencionó.
Sin embargo su panorama cambió totalmente al encontrar cabida en la Universidad Tecnológica de Tamaulipas Norte, donde ha logrado desarrollarse académicamente.
Además de ser maestro disfruta mucho de la música, el baile, el canto y el teatro, donde se ha desarrollado desde pequeño.
Actualmente pertenece a un grupo teatral del maestro Mario Ruíz en la Casa de la Cultura de Reynosa.
“El maestro trabaja con las personas que tenemos discapacidad brindándonos técnicas y líneas de acción para desplazarnos en el escenario. Otra de mis grandes pasiones es el canto, aunque batallo para tocar instrumentos, me gusta mucho la música”, compartió.
Recordó que a su madre, quien le inculcó mucho todo lo cultural y artístico, le recomendaron que desde pequeño me inscribiera en clases de baile para que ayudarlo a perder el miedo de desplazarse y brindarle seguridad.
Constantemente, Rubén David, participa en diversos eventos culturales y artísticos.
Gracias a las decisiones de su madre es que siempre ha contado con autonomía lo que le ha permitido sortear obstáculos siempre con el objetivo de salir adelante.
Otra barrera que ha logrado derribar es desplazarse solo por la ciudad, ya que a pesar de no tener visión es una persona totalmente autónoma que circula por la ciudad en transporte público, solamente con el apoyo de su bastón blanco.
No obstante, la falta de accesibilidad para las personas con discapacidad en la ciudad no lo ha detenido ni ha permanecido encerrado en su hogar como sucede en otros casos.
“Es complicado y algunas veces te da temor pero tampoco puedo vivir siempre encerrado o esperando que alguien me acompañe para evitar caerme o chocar con algo. Lo primero es perder el miedo y aventarse a la calle a buscar oportunidades de éxito porque si nos quedamos en una burbuja nunca lograremos hacer nada y más cuando se padece una discapacidad”, compartió.
Señaló que poco a poco se han adecuado algunas cosas en la ciudad como las rampas o semáforos parlantes, “pero si la gente sigue obstaculizando nuestro andar de nada sirve que los tengan, además es necesario que se aplique en toda la ciudad y que la población sea consciente de no obstruirlas”.
Destacó la necesidad de que los demás volteen a verlos y los respeten en todos los aspectos, asimismo que aprendan a convivir con toda persona que padezca cualquier discapacidad sin tener miedo o lástima, al contrario con la idea de acercarse, ayudarlos y conversar.
Tecnología contra miedo aunque falta mucho por hacer para la total inclusión de las personas con discapacidad, se han generado avances importantes sobre todo de tecnología que apoya en gran medida su desarrollo.
“Existen diversos sistemas de audición para las computadoras y celulares que nos ayudan a manejarlos. Se llama tiflotecnología, la palabra “tiflo” viene del griego que significa ciego, es decir que es la tecnología que se utiliza para las personas invidentes.
“Al tener acceso a ella me di cuenta de que podía hacer muchos trabajos en los programas de Word, Excel y navegar en Internet con total autonomía para manejar el correo electrónico y las redes sociales. También en mi teléfono celular, mediante aplicaciones para invidentes que son gratuitas, puedo hacer llamadas, contestar mensajes, entrar a Facebook y muchas cosas más”, indicó.
Poco a poco se va teniendo avance pero aún hace falta crear más conciencia en todo lo referente a la discapacidad.
“Es indispensable que entiendan que no es una limitación para lograr todo lo que nos proponemos. Nos limita más la sociedad, infraestructura, ciertas empresas que tienen miedo de contratar a personas con alguna discapacidad”, manifestó.
Para Rubén David lo único que se requiere de conocimiento por parte de la población y la correcta aplicación de tecnologías que permitan facilitar el desarrollo de una persona en estas condiciones y brinde autonomía total.
Expresó que es necesario que observe a toda persona con cualquier discapacidad y los apoyen para lograr sus metas.
“Aunque existen avances en lo laboral y educativo aún falta mucho por hacer. Es indispensable que se quiten ese miedo de que no podemos ser independientes. No queremos quedarnos encerrados, deseamos salir adelante sin importar la discapacidad que se tenga.
“Espero en Dios que se logre la accesibilidad para todos porque nos hace falta, se que es difícil sobre todo por el lado de la concientización y sensibilizar a la sociedad, por eso mi meta es seguirme preparando porque nunca terminamos de aprender y lograr una buena inclusión con la apertura de la sociedad”, concluyó.