Han pasado alrededor de tres meses desde que las escuelas abrieron las puertas a sus alumnos tras permanecer en casa por casi dos años, pero la Internet se ha llenado de videos de riñas y pleitos de estudiantes que han encendido las alarmas de la sociedad, evidenciando que esta pandemia también dejó secuelas en la capacidad de socialización y tolerancia.
En junio del 2021, la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, dijo que los estudiantes debían volver a las aulas porque ahí tenían una “lucecita” de seguridad emocional, esto ante la violencia intrafamiliar que algunos vivieron durante la educación a distancia en la presente pandemia.
Luego de casi dos años de que fueran instruidos en casa por medio de clases online, volvieron finalmente a las aulas en febrero de este año; prepararon útiles escolares y uniformes; así como gel antibacterial, cubrebocas y toallas sanitizantes para hacer frente a la nueva normalidad, pero, ¿prepararon su salud emocional?
Es cierto que no solo los adultos estaban entusiasmados (aunque más que eso parecía una urgencia) por que sus hijos volvieran a la escuela, también ellos querían hacerlo para ver a sus compañeros y amigos, a sus maestros y vivir su rutina escolar.
Sin embargo, durante casi 24 meses, la convivencia fue solamente a través de la pantalla de una computadora, tablet o teléfono celular, limitándose únicamente a ver y escuchar a los docentes a impartir temas que formaban parte del plan de estudios, y en ocasiones a participar o ver a sus compañeros hacerlo.
La interacción social en persona se anuló en el mundo real, los vínculos entre compañeros de clases pararon y las habilidades de interacción, aquellas que se desarrollan día con día para poder comunicarse, relacionarse y adaptarse, quedaron en pausa.
Algunos especialistas y organizaciones alertaban sobre los efectos que esto causaría en las personas, sobre todo, en niños y adolescentes, lo cual ha quedado en evidencia desde hace unos meses en los que diversos incidentes violentos se han presentado en secundarias y preparatorias.
VIOLENCIA POST
REGRESO A CLASES
Los primeros días de abril pasado la sociedad reynosense se conmocionó ante la noticia de un estudiante de la Secundaria Técnica número 44 “Ciencia y Progreso,” que fue herido en el abdomen con una navaja por un alumno del Centro de Estudios Tecnológicos, Industrial y de Servicios (CETys) 71.
El afectado fue agredido por el estudiante de preparatoria casi a la puerta de la secundaria ante la mirada de sus compañeros, siendo grabado el momento en un video que rápidamente se viralizó a través de redes sociales.
Tras el incidente, el estudiante de secundaria fue llevado al Hospital General de Reynosa a recibir atención médica, informándose que se encontraba estable y fuera de peligro.
Hacía pocos días que habían vuelto a clases presenciales, pero debido a dicho suceso las autoridades educativas de la ETI 44 decidieron volver a la modalidad online “con la finalidad de salvaguardar la integridad física” de sus alumnos, se leía en un mensaje difundido a través de sus redes sociales, grupos de WhatsApp de padres de familia, así como en una lona impresa colocada a las afueras del plantel.
El 20 de mayo, a través de su página en Facebook, la Escuela Secundaria Técnica número 60 “Guillermo González Camarena” dio a conocer que a las afueras de su plantel se suscitó una riña entre algunos de sus alumnos y personas ajenas a la institución.
Mencionó que la situación, que calificó como “penosa”, fue difícil de controlar para el personal educativo que intervino.
De igual manera, dio a conocer que el pasado 29 de abril se envió un oficio a las autoridades municipales solicitando la presencia de elementos de Seguridad Pública a la hora de entrada y salida “debido a la inseguridad que perdura en el sector”, sin que hasta ese momento se hubiera tenido respuesta.
“Hoy vemos con tristeza que ya ocurrió el primer hecho de violencia fuera del plantel y la escuela solo puede sancionar a los involucrados que forman parte de ella, no a los ajenos”, se lee en la publicación.
Este incidente también se difundió en video a través de las redes sociales.
A Río Bravo también llegó la violencia, pero esta ocasión fue al interior de una de las aulas del CBTis 73, cuando un estudiante agredió a un compañero con capacidades diferentes, detonándose un pleito entre ambos.
Posteriormente, otro joven se lía a golpes con el agresor para defender al chico especial; al alejarse uno del otro, inician los reclamos que dejan en evidencia la situación que vive el afectado diariamente en su salón de clases.
“No mam… tu también le pegas”, le dijo el estudiante al defensor, quien respondió que sí, pero no como lo hizo él; el diálogo continúa y el joven que inició la agresión dice que siempre le pegan, refiriéndose a que la mayoría del grupo lo hace de manera habitual, mientras que el joven que graba lo afirma al responder: “al chile, sí”.
El director del plantel, Horacio Tovar Cano, dijo que se aplicaron sanciones al respecto, agregando que en la institución no se tolera, ni se justifica ninguna agresión, por lo que toda persona que agrede es sancionada.
Calificó a los jóvenes como “buenos muchachos” que tienen buenas calificaciones, y mencionó que lo ocurrido se debe a su baja tolerancia, producto del aislamiento a causa de la pandemia por Covid-19.
“Lo estamos viendo en todas las instituciones y en todos los muchachos, la actitud post pandémica nos está pegando tremendamente; no es justificación, pero el muchacho ya es menos tolerante, interactúa menos socialmente; estos dos años que estuvieron recluidos trajo baja tolerancia y por eso se dan estos incidentes”, mencionó.
Agregó que los jóvenes necesitan ser entendidos, pues si los adultos han sido afectados por el encierro, ellos lo han sido más.
“Tenemos que ser muy tolerantes nosotros también, obviamente sin soltar y poniendo reglas de disciplina que ayuden a fomentar la buena convivencia en el plantel”, externó.
Las autoridades educativas de la Secundaria General número 1 “Alfredo del Mazo”, de la misma ciudad, informaron a través de su página en Facebook sobre la prohibición del uso de teléfonos celulares inteligentes en el plantel, por lo que “para mantenerse comunicado se podrá adquirir un teléfono sencillo que reciba y saque llamadas solamente”.
Los padres de familia externaron su molestia y afirmaron que dicha acción tiene como finalidad evitar que circulen fotografías y videos sobre incidentes, tal como sucedió en días pasados.
EFECTOS DEL ENCIERRO
DURAN AÑOS: ONNo solamente competencias y destrezas han quedado rezagados, también la pérdida de habilidades de interacción, socialización y la generación de identidad con sus pares, afirmó la Organización de las Naciones Unidas a través de Mary Guinn Delaney F., quien es asesora regional en Educación para la Salud y el Bienestar para América Latina y el Caribe.
Añadió que está comprobado por diversos estudios que asistir a la escuela y tener contacto intergeneracional con personas que son respetadas y que son conocedoras, como los son los maestros, debe ser siempre una prioridad.
No solamente en Reynosa y Río Bravo se han presentado incidentes violentos en las escuelas, es un problema generalizado en la República Mexicana, sin embargo, aquí en Tamaulipas, Tampico es otro de los municipios que la está padeciendo.
Hace unos días, al igual que en las escuelas ya mencionadas, una riña fue grabada y difundida en redes sociales y ante ello, las autoridades educativas municipales implementaron una campaña de “no agresión” y “sana convivencia”.
Sin embargo, se ha destacado la importancia de que tanto autoridades, como padres de familia trabajen de la mano en favor de los estudiantes, para lograr vínculos de comunicación adecuados
Hasta el momento, la Secretaría de Educación de Tamaulipas no se ha pronunciado
al respecto.
Muchos padres de familia consideran que debería de haber presencia policiaca al exterior de las escuelas, otros más consideran que los maestros deberían estar más atentos sobre los estudiantes, lo cierto es que con medidas preventivas como lo es el cuidado de la salud emocional, no sería necesario hacer tales peticiones.
Y en Estados Unidos llegan
a la masacre
El pasado martes 26 de mayo un joven de 18 años de edad asesinó a 21 personas (19 niños estudiantes y dos maestras), en la escuela primaria Robb, de Uvalde, Texas, en Estados Unidos; esto, luego de haberle disparado a su abuela en el rostro, al intentar detenerlo. Este acontecimiento ha conmocionado al mundo y se ha añadido al largo historial de incidentes violentos en los que estudiantes de diversas escuelas han fallecido a manos de tiradores en ese país.
Días después del atentado, se supo más sobre Salvador Ramos, el joven autor de la masacre, quien había sido estudiante de dicha primaria.
Conocidos del joven entrevistados por diferentes medios de comunicación mencionaron que, durante su infancia, Ramos fue un niño agradable y tranquilo, incluso uno de ellos dijo haber sido su mejor amigo, hasta el momento en el que empezó a mostrar agresividad.
Otros más dijeron que al ingresar a la secundaria, cambió su manera de vestir, mostrando preferencia por ropa en color negro y dejó crecer su cabello, para optar por un look conocido como “emo”.
Entre la información recabada se obtuvo que el agresor fue víctima de bullying escolar, pues tenía problemas del habla como lo era tartamudeo y el seseo; además, debido a la situación económica en la que se encontraba su familia.
Aunque aún no se ha establecido cuál fue la causa que orilló a Ramos a perpetrar la masacre, algunas personas consideran que el bullying podría estar entre esos factores.
Cabe mencionar que el bullying se entiende como el maltrato físico, psicológico o verbal que sufre un niño o adolescente en el entorno escolar; es un comportamiento de persecución y hostigamiento, de un alumno a otro.
Los expertos afirman que las secuelas emocionales de esta etapa pueden influir en la vida adulta y permanecer durante toda la vida.