Las mujeres han demostrado su capacidad para desarrollarse en diferentes ámbitos y muchas han logrado conjugar su faceta como mamá y trabajadora, sin embargo, casi todas viven con culpa por sentir que descuidan a sus hijos y ese, es el precio a pagar.
Algunas lo hacen porque se requieren mayores ingresos en el hogar y otras por desarrollo profesional, lo cierto es que muchas madres se sienten culpables por dejar a sus hijos en una guardería o al cuidado de algún familiar para ir a trabajar, pues sienten que están siendo malas mamás.
A pesar de ser una profesionista exitosa o tener el trabajo ideal, muchas mujeres no se sienten bien por no poder pasar más tiempo con sus hijos, pero ¿cómo lidiar con esta situación?, ¿se acabará algún día?
Hay quienes apenas tienen pocos días de haberse convertido en madres cuando deben volver a sus empleos; lo hacen hormonales, con un cuerpo que, aunque aún no ha vuelto a ser el de antes, tampoco sigue siendo el de una embarazada. Con los brazos vacíos, porque su bebé no le acompaña, pero llena de culpa por dejarlo.
Y aunque la separación no es permanente y la madre sabe que al cabo de unas horas volverá a estar junto a su hijo o hijos, aparece la eterna disyuntiva: ¿calidad o cantidad?; ¿qué es más significativo para ellos, pasar más horas con mamá o pocas, aunque toda su atención sea para ellos?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México viven 48.6 millones de mujeres de 15 años y más, de las que el 72.4 por ciento son madres, es decir, 35.2 millones; de ellas, 15 millones 785 mil son trabajadoras y representan el 72.9 por ciento de la población femenina económicamente activa.
Se puede decir entonces que, siete de cada 10 mujeres que tienen un empleo, son mamás.
LO MEJOR PARA LOS HIJOS
Yurenia Salas es madre de un pequeñito al que debe dejar en la guardería para asumir su rol de madre trabajadora, desempeñándose como reportera.
Ella comenta que, aunque ha llegado a pensar que le gustaría pasar más tiempo con él, entiende que es necesario que ella tenga participación laboral, y además, reconoce que su hijo ha tenido grandes avances debido a que asiste a una estancia infantil.
“Por nuestros hijos siempre buscamos lo mejor, nos enfocamos en trabajar para poder tener los recursos necesarios y estar preparados para cualquier emergencia; y a veces creemos que no estamos junto a ellos lo suficiente para disfrutar de su desarrollo emocional e intelectual, pero después vemos los grandes avances que tienen al ir a la guardería”, comentó.
Eso la hace sentir mejor, porque está consciente de que su desarrollo actual será benéfico para su futuro; además, sabe que tiene una gran responsabilidad para con su hijo.
“Muchas de las veces jugamos doble papel porque papá trabaja fuera, son sentimientos encontrados a los que nos enfrentamos, pero tenemos la gran bendición de dar vida y eso es lo que en lo personal me motiva a salir adelante todos los días”, afirmó.
Acepta que ha llegado a sentir culpa por desarrollarse como profesionista y cree que, quizás ese sentimiento nunca desaparezca, por lo que diariamente se debate dentro de él.
“Por cuestiones de trabajo no puedo estar con él al 100, no como quisiera; y aunque hay días que no lo siento así y pienso que lo estoy
haciendo bien porque veo su desarrollo en la guardería, tampoco pienso que esté del todo bien; pero por eso, cada vez que estamos juntos aprovechamos el tiempo y hacemos que sea de calidad”, manifestó.
LOS MÚLTIPLES ROLES DE MAMÁ
Con dos hijos, uno de 8 y otro de 11 años, Xenia López se desarrolla en el ámbito administrativo; y afirma que al ser madre soltera puede ser difícil lograr una organización.
“Mi tiempo de comida que me otorga el trabajo lo uso para recoger a los niños de la escuela, dejarlos en la casa y hacer comida, después
debo volver al trabajo y al salir debo llegar a apoyarlos con las tareas, hacer de cenar, etc.; a
veces sientes que no te alcanza el tiempo para todo”, expresó.
Como muchas, Xenia dice que también ha experimentado culpa, porque sabe que sus hijos siempre van a demandar tiempo de su madre, además, a su papá lo ven solo los fines de semana.
“Una tiene que hacerle de todo, madre, psicóloga, enfermera, maestra, etc., y pues a veces estoy recibiendo llamadas en el trabajo sobre todo de mi hijo menor (el otro ya es más adolescente) de que ya quiere que llegue a la casa porque me extraña”, platicó.
A pesar de su trabajo y de dedicar tiempo de calidad a sus hijos, entiende que necesita tiempo para ella y momentos de “descanso mental”, por lo que intenta organizar su tiempo para poder salir a correr, lo cual le sirve para desestresarse, sin embargo, no puede evitar que, ante esto, también se sienta mal anímicamente.
Sin embargo, menciona que ha hablado con sus hijos para explicarles que “mamá también merece un recreo como ellos en la escuela”, ya que todas las madres lo necesitan.
Sin embargo, comenta que, aunque difícil, no ha sido imposible su labor, sobre todo porque lo que hace es siempre pensando en el bienestar de sus hijos y además, lo hace con mucho amor.
“Hay una frase que me gusta mucho que dice ‘El equipaje no pesa y el camino no cansa, cuando lo que se carga es amor’, porque en este rol de mamá trabajadora y sobre todo de madre soltera, sabemos que no hay descanso, todo el tiempo estás haciendo algo ya sea en tu trabajo o en tu casa, tu tiempo siempre es demandado”, dijo Xenia.
Calificó como “una bendición” contar con el apoyo de su madre, quien también está a su cargo, pues sabe que sus hijos están con alguien de confianza y que los quiere.
“Ella ha sido siempre un apoyo para mí y me ha ayudado mucho en el cuidado de mis hijos desde mi divorcio, mientras yo regreso al trabajo o a veces para ir por ellos a la salida de la escuela cuando no puedo hacerlo”, afirmó.
UNA SOCIEDAD QUE JUZGA
Es cierto que no importa la edad que tengan los hijos, las madres siempre desearán estar a su lado, apoyándolos en cada momento de su vida, pero alejarse de los más pequeños puede ser más difícil, no solo por sus necesidades, sino porque se encuentran en una etapa de descubrimientos y aprendizajes.
La primera palabra, los primeros pasos, el momento en el que un niño deja el pañal y va al baño por primera vez son significativos, no solo para él, sino para su madre, y si no fue testigo de ellos, la tristeza y la culpa serán una carga muy difícil de llevar.
La psicóloga Arely Martínez Jiménez, especialista en Modificación de Conducta, dijo que efectivamente, es una situación que puede resultar triste y dolorosa e incluso, orillar a pensar que se debería abandonar el trabajo para “disfrutar” a los hijos.
“Hay que pensar qué es lo mejor, pero les aseguro que las mamás lo estamos haciendo bien; además, no todas tenemos la posibilidad de dejar nuestros empleos y las que sí, prefieren no hacerlo para tener un mejor desarrollo o porque se busca lograr metas laborales; no se preocupen, en un tiempo tendremos la recompensa que será tener más tiempo disponible para ellos”, afirmó.
Suele suceder también que los niños se encariñan con sus cuidadores y llegan a mostrarles más afecto que a sus padres, lo cual es el resultado de la convivencia diaria, pero no quiere decir que se ha perdido el amor hacia sus progenitores.
Al crecer, los hijos pueden llegar a expresar sus deseos de mayor convivencia, provocando en las madres de familia la idea de que no están cumpliendo al cien con su papel.
“Debemos explicarles de manera acorde a su edad, que nosotros también tenemos ganas de estar con ellos, pero que hay obligaciones, planes y metas que deben cumplirse, y que aún así disfrutarán el tiempo que estén juntos; ellos son nuestro reflejo y hay que platicarles qué hace mamá en su trabajo, así como lo bueno y lo importante que es para ella; esto servirá para forjarles el sentido de responsabilidad y comprenderán que todos podemos desempeñarnos en diferentes ámbitos”, destacó.
Tener que dejar a los hijos en una estancia infantil o al cuidado de un familiar no es fácil para una madre, pues siempre hay miedos sobre su bienestar y seguridad, lo cual, según la psicóloga es normal; sin embargo, hay que enseñarles no solo a defenderse, sino a proteger y a hacer respetar su cuerpo; y sobre todo, hay que tener una buena comunicación.
“Hay que inculcarles que cualquier cosa que pase en cuanto a su cuidado, protección y alimentación, deben de manifestarlo; se debe preguntar como están, qué comieron, con quién jugaron, dónde, cómo se sintieron durante el día, si estuvieron tristes, felices, con miedo, etc.”, expresó.
En la idea que las madres trabajadoras tienen sobre sí mismas, no solamente influye la opinión propia, sino también la de quienes se encuentran alrededor de ellas, lo cual es bastante común y no siempre es positiva o bien intencionada, además de que, casi siempre se emite sin conocer el contexto o situación real.
“Es importante que estés más tiempo con tus hijos”, “A los niños les hace falta su mamá”, “Deberías dejar de trabajar y dedicarte a cuidarlos”, “El lugar de una madre es en su casa junto a sus hijos”; y muchas otras frases que hacen eco en la mente de las mujeres que, si ya se sentían mal por estar lejos de ellos, esto lo empeora.
Si bien, la sociedad ha cambiado con el paso de los años y la mujer ha logrado su empoderamiento en diferentes ámbitos, aún prevalece la imagen de la madre inmaculada, abnegada, dedicada única y exclusivamente a las labores del hogar y al cuidado de los hijos, y muchas veces, cuando se atreve a compaginar esto con un trabajo o profesión, llega a ser duramente criticada.
“El día que entendamos que la sociedad juzga y condena creyendo ser perfecta, entenderemos que nuestra felicidad no depende de terceras personas, no debemos permitir que un comentario o de otros que creen que nos dan un consejo nos influya; les aseguro que, como madres, agotamos opciones buscando siempre lo mejor para nuestros hijos”, aseveró.
DESPÍDETE DE LA CULPA
No se trata solo de que las madres quieran trabajar, muchas veces es necesario para la economía familiar, y para poder hacerlo no solo se requiere de ganas, también de disciplina y organización.
Martínez Jiménez afirmó que lo ideal es establecer metas, cuadrar tiempos y actividades que nos permitan satisfacer nuestras necesidades, poniendo siempre en primer lugar lo que sea mejor para toda la familia.
Agregó también que el trabajo en equipo es fundamental, por lo que el apoyo de la pareja juega un papel importante: “hay que conocer las actividades, organizarse y planificar tiempos o días”.
La labor de una madre trabajadora no es fácil, pero tanto en el ámbito profesional como en la maternidad, se obtienen las recompensas, por lo que el esfuerzo y sacrificios habrán valido la pena y entenderemos que la culpa no debe formar parte de la vida.
“Cuando empieces a darte cuenta que tu trabajo y tus ausencias están logrando cumplir las metas y lo que planificabas para tus hijos y tu hogar; cuando los veamos cumplir sus sueños, lograr sus metas, ser profesionistas o tener una familia, la culpa se irá”, declaró la experta.