
En México hay cientos de teléfonos públicos inservibles que sólo roban espacio y sirven para que las empresas de publicidad coloquen sus anuncios sobre servicios y otras cosas. El problema es que nadie parece saber exactamente cuántos son, en qué estado se encuentran, o si siguen funcionando.
Hace años la fila para poder hablar desde un teléfono público era parecida a la de una tortillería a la hora de la comida; en la actualidad, lo que alguna vez fue tecnología de vanguardia hoy luce en el abandono y obstaculiza la vía pública.
Se trata de los teléfonos públicos de tarjeta, aparatos que instaló Teléfonos de México (Telmex) a lo largo y ancho de la República Mexicana en un convenio federal y que hoy sólo son reliquias del pasado que estorban a la gente que transita por las banquetas de diversas ciudades.
En Monterrey y el área metropolitana hay cientos de teléfonos inservibles que sólo roban espacio y sirven para que las empresas de publicidad coloquen sus anuncios sobre servicios y otras cosas.
El problema es que nadie parece saber exactamente cuántos son, en qué estado se encuentran o si siguen funcionando.
En el pasado, esos aparatos eran la última tecnología para comunicar a las personas, hoy simplemente estorban en las calles y las vuelven más intransitables, especialmente para aquellas personas que tienen una discapacidad física.
Las nuevas tecnologías, como las tabletas y equipos celulares, fueron desplazando a los teléfonos públicos, pues con el paso del tiempo los teléfonos móviles se han vuelto más accesibles para todas las personas.
Antes, tener un equipo celular era un lujo que no todos se podían dar, ahora los equipos son cada vez más económicos, con tarifas preferenciales que dan llamadas y mensajes ilimitados, así como redes sociales.
¿Y CUÁNTOS SON?
Hora Cero buscó datos en el municipio de Monterrey para saber cuántos aparatos había en la capital de Nuevo León, sin embargo, las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Urbano sólo tenían el número de los teléfonos de moneda; aun así, no proporcionaron la información.
En la oficina de Telmex en Monterrey se solicitó saber cuántos había en toda la mancha urbana y qué cantidad de esos teléfonos seguían en servicio.
Héctor Rodríguez de Comunicación y Prensa no atendió la solicitud de nuestro medio.
Lo mismo sucedió con Olivia Plata Jiménez, del departamento de Comunicación de la empresa, a quien por medio de correo electrónico se le solicitó la información, pero sólo contestó que la enviaría al departamento correspondiente.
Aunque en la página de Telmex hay un apartado donde se señala que en México hay 250 mil aparatos, las casetas abandonadas muestran la realidad de una tecnología que alguna vez fue de vanguardia, pero que ahora es obsoleta.
En las tiendas de conveniencia cada día se venden menos las tarjetas Ladatel, en cambio en páginas de Internet, se pueden conseguir como artículos conmemorativos o coleccionables.
Los aparatos que utilizan monedas también ayudaron al declive de Ladatel, pues mientras que para usar los de Telmex era necesario comprar una tarjeta de 30, 50 o 100 pesos que se consumían cada minuto, con tres monedas de un peso se podía hacer una llamada sin límite de tiempo en los de la competencia.
De hecho, los artefactos de moneda son los que la gente utiliza con mayor frecuencia en caso de una emergencia, pues es más común traer tres pesos en la bolsa del pantalón que una tarjeta Ladatel en la cartera.
En un recorrido por las calles del primer cuadro de la ciudad, Hora Cero pudo constatar que sólo unas cuantas casetas telefónicas siguen en funcionamiento, pues la gran mayoría ya ni siquiera están conectados a la línea telefónica que poco a poco queda obsoleta, con la implementación del nuevo cableado de fibra óptica.
Algunos ni siquiera dan el tono de llamada y otros, aunque la pantalla se encuentre encendida, no enlazan al marcar un número telefónico, señal del olvido que la misma empresa tiene en su mobiliario.
Mientras pierden en un sector ganan en otro, pues es cierto que sus casetas cada vez se usan menos, pero el uso de la telefonía móvil va en aumento.
Poco a poco se vuelve común ver a las personas de avanzada edad con Smartphone, cuando antes no entendían el funcionamiento de la nueva tecnología.
Y es que, con el paso de los años, las personas irán envejeciendo familiarizados con los sistemas operativos y las aplicaciones de los celulares inteligentes, aunado al hecho de que hay paquetes o promociones con los que, al recargar 10 o 20 pesos, los usuarios pueden tener llamadas ilimitadas o redes sociales durante cierto periodo de días, con lo que los adultos mayores se van centrando más en el uso de celulares.
Ahora sólo quedan las reliquias telefónicas como un recuerdo de lo que alguna vez fue la última tecnología en comunicaciones.
Tal vez las nuevas generaciones no están familiarizadas con el uso de los teléfonos públicos, pero fue lo que alguna vez ayudó a sus padres o abuelos a comunicarse, después de desplazar al correo.