
Acto I: Un ‘Sonno’ real.
Los actores de Escenario Azul se desplazan con absoluta libertad en un palmo de la Plaza Principal de Matamoros y como fragmentos de sueños se juntan para representar un acto real ante un público improvisado que no alcanzó a llegar a su destino porque quedó atrapado en la red tendida por el Teatro de Calle que ha renacido en la frontera norte de Tamaulipas.
La historia que se interpreta en esa sala al aire libre, sin telón, ni butacas, es la de un joven de pueblo que se traslada a una gran ciudad donde sus ojos se prenden de la mujer que habrá de amar el resto de sus días o hasta que dure la eternidad del idilio entre dos seres dispuestos a transitar por los distintos escenarios de la vida en pareja.
El público sentado, de pie los transeúntes que no alcanzaron silla, observan con la iluminación perfecta de la tarde cada uno de los episodios que el grupo de dramaturgos representa y respira los estados de ánimo que exhalan los teatreros que se han apoderado de una esquina del espacio público con previo aviso para algunos y repentinamente para otros.
Cuando los actores, extrañamente ataviados para los espectadores de la región, agudizan su mirada los congregados callan, apenas respiran, cuando maniobran con fuego la asistencia enciende su mirada, cuando ríen o improvisan la gente desprende bocanadas de risas y aplausos.
Atentos a la trama que finalizará con el inicio de un amor, las personas son testigos de los escenarios que se recrean, el flechazo entre los protagonistas, la búsqueda incesable entre ambos, una historia cursi y divertida dentro de la misma historia, hasta culminar en el ansiado encuentro entre los personajes principales de la obra.
Al final, los actores tomados de la mano regresan y agradecen al público su asistencia no concertada, los asistentes devuelven el gesto con un largo aplauso como el que emerge en los teatros formales.
Este último acto no es actuado, es lo que nace del teatro de calle que Escenario Azul ha retomado con su obra “Sonno” que ya ha puesto a soñar a los habitantes de la región que han tenido la oportunidad de presenciarla.
ACTO II: ESCENARIOS AZULES Y DE TODOS COLORES
La compañía de teatro matamorense “Escenario Azul” cuenta con más de una década de representaciones en la ciudad y diversos escenarios de la región, así como también del país. Fue hasta hace algunos años que comenzaron a trabajar bajo el concepto de Teatro de Calle con la finalidad de cautivar con sus actuaciones a otro tipo de público a pesar de la complejidad que esto representa.
El director de “Sonno” e integrante del grupo teatral, JC Daniel Almanza, expone la necesidad imperiosa de los elementos de la asociación por dramatizar en espacios no convencionales convenciendo con creatividad e ingenio a las personas de quedarse en el lugar para disfrutar de algunos minutos de este tipo de teatro.
“Queremos llegar a ese público distinto al que nos va a ver a los teatros, queremos llegar a ese público que anda por la calle, que un domingo anda con sus hijos paseando en la plaza”, comenta el entrevistado quien cuenta con una sólida experiencia en esta línea de las artes.
Expone que “Sonno” es un proyecto financiado por el Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (Pecda) que el Gobierno de Tamaulipas opera a través de sus instancias para el fomento de la cultura en conjunto con la federación.
Tras meses de ensayos y modificaciones a esta obra que hace seis años fue representada por primera vez en la ciudad con otro elenco, se logró conjuntar los elementos adecuados para volverla a montar en una plaza céntrica o en cualquier espacio de una colonia.
JC Daniel Almanza explica que el ingenio del grupo es fundamental para favorecerse de los espacios públicos, ya que parte de la complejidad del teatro de calle radica en la emplear los componentes de los lugares para llevar a cabo la dramatización.
Destaca que al actuar al aire libre la definición y el concepto de público cambia radicalmente. La persona que acude a un teatro es porque cuenta con un boleto y al estar ahí es porque ha premeditado recrearse con la función.
En tanto, el público del teatro de calle es el que decidió salir de su hogar para cumplir con algún compromiso, el que fortuitamente ha llegado a donde se representa un acto y sin ticket en mano se sienta, se adhiere al escenario hasta el ocaso de la puesta en escena.
“Lo difícil es atrapar a la gente hacer que el público que pase por ahí se quede porque la gente es muy libre de decidir si sigue caminando o se queda. En las funciones que hemos dado observamos que algunos hasta se bajaron de sus coches para observar el espectáculo y eso ha sido una grata experiencia”, comenta.
El entrevistado comenta que para Escenario Azul es positivo que se haya financiado su proyecto de teatro de calle pues son pocos los grupos teatrales que mantienen el interés por detonar este arte que no tiene ni un pizca de informal porque detrás hay un equipo de trabajo que busca la calidad de la función y la satisfacción de la población.
ACTO III: DE MATAMOROS PARA EL MUNDO
El segundo municipio donde se presentó “Sonno” -palabra italiana que significa ‘sueño’- fue en Valle Hermoso, sin embargo, la compañía también estima llevarla a la ciudad Rio Bravo, Reynosa y otras ciudades de Tamaulipas.
JC Daniel Almanza refiere que están buscando participar en festivales que se desarrollan fuera de Tamaulipas para reafirmar su compromiso con el teatro de calle y hacer gala del talento matamorense en la escena artística.
Expone que en México existen diversos festivales en donde hay la oportunidad de dramatizar en espacios públicos, lo cual Escenario Azul quiere aprovechar para continuar su desarrollo a pesar de los años que lleva en funciones.
El director de “Sonno” externa que actuar en la calle exige la misma profesionalidad que hacerlo en un lugar convencional e inclusive se requiere más que teatro para que los asistentes no pierdan el interés de la obra.
“Tenemos que ser tan profesionales como hacerlo en una sala porque la calidad debe ser la misma. La diferencia que la forma de atrapar al público y su atención, es extremo, tenemos que hacer circo, maroma y teatro para que se queden con nosotros en la calle”, señala.
JC Daniel Almanza dice que al final la satisfacción es indescriptible, observar a la gente satisfecha por los minutos de actuación brindados y el telón de aplausos que no termina de caer, son las máximas del teatro de calle.
“El aplauso de ese público que no estaba preparado para ver una obra de teatro, que no estaba pensando en ver una función, es muy satisfactorio y es bastante bueno para los artistas”, dice.
Y es que Escenario Azul ha logrado detener la marcha de la vida mediante “Sonno”, cautivando al público desde el inicio, mostrándole que cuando se conoce al amor el tiempo se detiene como sucede cuando de la nada una obra de teatro de calle invita a suspender la marcha y disfrutar de la función.