
La presencia del Dispositivo Intrauterino y los intensos sangrados llevaron a Itzel a descubrir que tenía un tumor maligno en el útero, pues a pesar de haberse realizado un Papanicolau no fue notificada por el Centro de Salud.
Itzel Gómez Cázares se realizaba puntualmente sus estudios de rutina, luego se embarazó y tras dar a luz a su hija menor en el Hospital General de Reynosa le colocaron el Dispositivo Intrauterino (DIU) como método anticonceptivo.
Cuando su pequeña Helen cumplió un año fue a hacerse un nuevo estudio y le tomaron sus datos con la promesa de que si obtenían un resultado poco favorecedor se lo harían saber.
“No me hablaron, pero como quiera fui y me dijeron que si no me hablaron era porque todo estaba bien y no me dieron ni un papel ni nada”, mencionó.
Durante las revisiones médicas del DIU todo parecía normal; sin embargo, aparecieron sangrados intensos con coágulos que, pensó, el dispositivo provocaba.
Un médico general se lo quitó y notó la presencia del tumor, por lo que la remitió con un especialista para la realización de una biopsia, pero antes, Itzel buscó otros puntos de vista.
“Uno siempre escucha diferentes opiniones, hasta que un médico de la colonia Almaguer me dijo que ya no buscara porque definitivamente era un tumor, me mandó a hacerme la biopsia y resultó que era carcinoma epidermoide”, detalló.
El tiempo pasó mientras ella solicitaba ayuda y trabajaba para conseguir los recursos para poder atenderse, pero el tumor cambiaba y crecía.
“Anduve en las peseras pidiendo con unas cartulinas en las que pegaba copias de mis estudios para que la gente me creyera porque lamentablemente, muchos mienten sobre estas cosas”, manifestó.
También hizo colectas y la presidencia municipal la ayudó para que pudiera realizarse un estudio por tomografía computarizada (TAC).
Así pasaron tres años desde que le retiraron el DIU y aparecieron las sospechas de la presencia del cáncer hasta que lo confirmó.
INICIA LA LUCHA
La mujer narró la odisea que vivió al enterarse que padecía esta enfermedad.
“Cuando salí del consultorio del ginecólogo y me dijo que tenía un tumor que muy probablemente era canceroso sentí que se me vino el mundo encima, pensé en mis hijos, en qué iba a pasar conmigo y lo caro que es esto”, expresó.
Itzel acudió al Hospital General de Reynosa y solicitó ayuda, pero dice que le negaron la presencia de un oncólogo en la institución médica, por lo que buscó atención de forma particular.
Tiempo después volvió con su papelería personal y algunos estudios realizados, solicitando nuevamente que la atendieran, así que le practicaron un papanicolau, pero ya sabía que tenía cáncer.
La originaria de Veracruz, pero residente de Reynosa desde hace 17 años, emprendió la batalla contra esta enfermedad y tocó diversas puertas en busca de ayuda.
La Red de Emergencias Reynosa cubrió el costo de un pasaje para Ciudad Victoria, Tamaulipas, y le proporcionó una mochila para su hija, mientras que la fundación Libélulas de Esperanza realizó una venta de pays para ayudarla con los boletos de otra ida para ella y una acompañante, pues debe ir acompañada para que acepten realizarle el tratamiento.
Además de eso, hizo diversas actividades para reunir los recursos, pues también debe costearse la estancia y alimentación durante varios días.
La madre de cuatro hijos nunca ha sido ajena al trabajo, pues antes de su enfermedad limpiaba casas, vendía aguas frescas en las unidades del transporte público y “hacía de todo un poco”.
Serán dos meses los que estará en la capital del Estado recibiendo el tratamiento que, según le dijeron los médicos, será muy fuerte, pues su tumor creció y se volvió más agresivo. Por si esto fuera poco le detectaron además un granuloma en un pulmón, un tumor que ahí se encuentra alojado.
LA VIDA EN UN HILO
Este proceso no sólo ha sido difícil para esta madre soltera, sino también para toda su familia; sus hijos de 19, 17 y 13 años comprenden la situación y le brindan su apoyo, pero la más pequeña de cuatro años ha sido la más afectada.
“La niña siempre andaba conmigo pero ahora está con mi mamá y me extraña mucho, para mí como madre es muy difÍcil, porque no verla en meses es muy duro. Algunas ocasiones me llama y llora, quiere que vaya por ella y yo trato de explicarle porqué no puedo hacerlo de forma que lo entienda”, detalló.
Además de que su familia se encuentra separada, ha tenido que lidiar con los síntomas de la enfermedad y los efectos del tratamiento, como lo son los mareos, la fatiga, las náuseas y las hemorragias.
Ante la precaria situación económica que también padece esta mujer, solicita la ayuda y colaboración de las personas para solventar sus gastos mientras recibe el tratamiento medico para salvar su vida.
“Quisiera pedirle a todas las personas que se solidaricen conmigo, yo soy lo único que tienen mis hijos, quiero verlos crecer y por eso les pido que por favor me apoyen y me ayuden para cubrir mis gastos, yo se que hay gente buena y con corazones grandes”, expresó con optimismo.
Los interesados en apoyar a Itzel pueden comunicarse al número telefónico 899 4935110 o depositar a la tarjeta Saldazo OXXO 4766 8414 1536 5397. Su ayuda será de vital importancia para esta madre soltera que pelea hoy contra el cáncer una de sus más duras batallas.