
Lo que hace apenas cuatro años era una de las actividades más productivas en la región, ha sufrido un desplome que poco a poco la está colocando al borde de la extinción.
El sector inmobiliario y de venta de casas nuevas atraviesa una crisis que, tan solo en
Reynosa, le ha representando una caída del 46 por ciento en sus ingresos del año 2009 a la fecha.
Las cifras ya preocupan a los integrantes del sector, quienes han visto cómo cada vez son menos los empresarios que deciden dedicarse a la construcción y venta de vivienda financiada por el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit).
De acuerdo a cifras de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), en el año 2009 existían en Reynosa 35 “Oferentes” (empresas) trabajando con créditos del Infonavit, de los cuales 15 operaban con más de 52 créditos al año, que representan uno por semana.
Sin embargo, la crisis, la desaceleración de la economía norteamericana que afectó a la industria maquiladora y el problema de inseguridad que laceró a la región, provocó que año con año disminuyeran las personas que buscaban adquirir una casa.
Esto generó un cierre paulatino de empresas, al grado de que al mes de junio de este año el número de empresas del ramo habían disminuido a 27, de las cuales apenas nueve manejan más de 52 créditos al año.
Este desplome no puede ser detenido ni por el hecho de que la región que conforman
Reynosa y Rio Bravo siguen ocupando el primer lugar estatal en la demanda de casas nuevas en Tamaulipas, con el 27.7 por ciento del total en la entidad, de acuerdo a cifras del Infonavit.
EN CAIDA LIBRE
Datos de la Candevi a la que se tuvo acceso, revelan que el sector de la venta de casa nuevas ha sufrido un desplome constante en los últimos cuatro años.
Según las cifras de la cámara, en el año 2009 y únicamente en Reynosa, se realizaron un total de 10 mil 334 operaciones de venta de casas por medio de créditos del Infonavit.
En el 2010 la cifra cayó un poco, quedando en nueve mil 13 viviendas vendidas. Pero fue en el 2011 cuando comenzó la debacle, pues de acuerdo a las cifras oficiales, el número de créditos otorgados en ese periodo
fue de seis mil 698.
A partir de ahí las cosas fueron para peor, pues en el 2012 apenas se otorgaron cuatro mil 855 créditos, lo que ha provocado que para este año se prevea que se consigan cuatro mil 738.
De hecho, para junio de este año la cifra estaba en dos mil 369.
El desplome de la industria es particularmente grave en Reynosa, donde se otorgan el 39 por ciento de todos los créditos a la vivienda que se tramitan en el Estado.
La única ciudad que se acerca un poco a la importancia de Reynosa es Matamoros, donde se otorgan el 26 por ciento del total.
COMPETENCIA Y MALAS DECISIONES
Directivos de la industria consultados por Hora Cero, revelaron que esta situación responde a diversos factores, desde los externos (como la crisis económica y la inseguridad), hasta los internos, como lo han sido los errores en que incurrieron algunas empresas en sus estrategias de venta.
Los directivos revelaron que la bonanza que se comenzó a vivir en el sector hace algunos años, debida a la flexibilización de las reglas para el otorgamiento de créditos del Infonavit, invitaron a muchos empresarios a invertir en la construcción y venta de viviendas.
Esta competencia para ganar la mayor cantidad de clientes, provocó que las estrategias de venta se fueran volviendo cada vez más agresivas.
De esta forma lo que al principio era el ofrecimiento de metros extras en el terreno o el regalo de aparatos electrodomésticos, se fue convirtiendo en la devolución de dinero en efectivo para las personas a las que se les autorizaba el crédito.
Estos recursos (que llegaron a ser de hasta 30 mil pesos), vienen directamente del crédito que otorga el Infonavit para la adquisición de una casa.
El problema es que en muchas ocasiones personas que no contaban con la capacidad económica para poder pagar su crédito, recibían los recursos del Infonavit y por ende la casa.
Lo que comenzó a suceder, es que muchos derechohabientes se quedaron con el dinero en efectivo que les ofrecían y dejaban abandonada la casa que acababan de adquirir.
A esta situación hay que agregarle las ubicaciones de muchos de los nuevos fraccionamientos que se edificaron en Reynosa, mismos que quedaron muy lejos de lo que se considera el centro de la ciudad.
Para algunos de los derechohabientes del Infonavit, resultaba más conveniente dejar su casa abandonada y rentar una, ubicada en una zona que consideraban mucho más céntrica.
Además esta el problema de los paros técnicos y cierre de turnos en la industria maquiladora, uno de los sectores que más clientes aportaban a los vendedores de casas nuevas.
Al quedarse sin trabajo, estas personas preferían abandonar la casa y mudarse de regreso a sus lugares de origen.
Esto generó que algunas colonias de la ciudad, luzcan con una gran cantidad de viviendas abandonadas que hoy se han convertido en el refugio de indigentes y malvivientes.
CASAS USADAS: EL FUTURO
Los directivos consultados por Hora Cero, revelaron que no todo está perdido para el sector, pues se han autorizado una serie de reformas encaminadas a facilitar el proceso de otorgamiento de créditos que podrían apoyarlos.
Entre los cambios que entraron en vigor a partir del 10 de julio pasado, se encuentra la eliminación del límite de 350 veces el salario mínimo en el valor de la vivienda nueva o usada que se puede adquirir con un crédito del Infonavit, Cofinavit, Cofinavit Ingresos Adicionales e Infonavit Total.
Además se ha eliminado la aportación complementaria para los casos que aplique la garantía de pago de crédito y el salario del derechohabiente no sea suficiente para cubrirla. Generalmente esta garantía era del 7.5 por ciento del valor total de la casa.
Con estas acciones se espera reactivar el sector y atraer más clientes con poder adquisitivo que, con las anteriores disposiciones, no estaban interesados en utilizar su crédito Infonavit.
De hecho, las reglas de operación federal que anteriormente estaban vigentes habían dañado al sector, al grado de que las responsabilizan de que no vaya a ser posible cumplir la meta de construcción de 6 mil viviendas que se tenía fijada para este año.
El presidente de la Cámara Nacional de Desarrolladores de Vivienda (Canadevi), Raúl Aréchiga Guajardo expuso que para el segundo semestre del año van a tratar de construir dos mil 500 viviendas y recuperar las
un mil 500 que no pudieron construir en el primer semestre del año.
“Nos frenamos un poco derivado de que las reglas de Conavi no estaban bien fundamentadas, ahora ya están bien y estamos nuevamente echando a andar la maquinaria”, expresó.
Ante esta situación, dijo que los empresarios trabajan a marchas forzadas para poder recuperar el tiempo, sin embargo, reiteró que ven difícil el panorama.
“En este año las seis mil viviendas que estaban programadas no podrán ser construidas, y (para el próximo año) veo un poco difícil cubrir la cantidad que se manejó, pero vamos a ver”, comentó.
Además de los cambios en las reglas de operación, las esperanzas de los empresarios del ramo también están centradas en una nueva modalidad de comercialización: la compra y venta de casas usadas que fueron abandonadas.
Se espera que en unos meses, muchas de las casas adquiridas con un crédito Infonavit que fueron abandonadas por sus propietarios, sean embargadas por despachos legales contratados por el instituto.
Es en ese momento que las viviendas serán puestas a la venta de nueva cuenta, por lo que algunas empresas con el poder adquisitivo podrán adquirirlas para, tras una renovación volverlas a vender.
De acuerdo a las fuentes consultadas, esta práctica será la más recorrida por las empresas del sector, quienes ya no tendrán que buscar terrenos y edificar viviendas para poder desarrollar su actividad.
Con ello, explicaron las fuentes, el margen de ganancia de las empresas será superior, con lo que se podría esperar una recuperación del ramo.
La medida ya está empezando a aplicarse en Reynosa, gracias al trabajo de algunos despachos legales que han tomado posesión de casas abandonadas o cuyos créditos fueron perdidos por sus propietarios.