Lo que se concibió como el sueño de darle a los habitantes de esta ciudad una mayor calidad de vida hoy es todo una realidad:
20 años han transcurrido desde entonces e incalculable es ya el número de historias de gente que alargó su existencia por el simple hecho de atenderse en uno de los mejores hospitales de Tamaulipas como lo es el Santander.
Su director, Juan José Villarreal, es categórico cuando resalta los beneficios que distinguen a esta unidad médica mexicana:
“Uno de los retos desde un principio que el Santander se formó fue tener una clínica que pudiera satisfacer las demandas de la ciudadanía.
“Anteriormente no existían hospitales formales en la ciudad y se creaban unidades improvisadas para brindar los servicios. Este es el primero que se hizo con planos y con esa intención”, dijo Villarreal.
A decir del entrevistado, una de las especialidades de mayor éxito para el sanatorio es la de terapias intensivas en bebés de poca edad gestacional y peso.
Lo anterior porque había nacimientos de niños prematuros que debían trasladarse a Estados Unidos o a Monterrey para evitar que murieran.
“Se hizo el esfuerzo por establecer un cunero fisiológico, que es donde se les da los cuidados primarios a los recién nacidos; una unidad de cuidados intermedios, donde éstos reciben un tratamiento especial; y una de terapias intensivas, para tratar a los niños nacidos con problemas de prematurez.
“A la fecha contamos con tres médicos neonatólogos, aparte de un equipo de cuatro pediatras y enfermeras especialistas en terapia intensiva. Esto ha llegado al grado que pasamos a hacer cirugías de corazón, una de las enfermedades más frecuentes que se presentan desde el punto de vista congénito”, agregó.
Luego de tomar un trago de café negro, el administrador del Hospital Santander explicó que en la unidad de cuidados intensivos también pueden atenderse pacientes egresados de las áreas quirúrgicas por una cirugía de corazón abierto.
“Desde 1992 se ha dado este servicio y gracias a Dios hemos tenido casos de mucho éxito. Lo más importante es que es un servicio accesible para los habitantes de esta ciudad y los parientes de los pacientes no tienen que trasladarse y por lo mismo no se rompe el vínculo familiar.
“Este es uno de los beneficios que nuestra comunidad médica aporta a la sociedad”, reiteró.
LOS PREMATUROS EN BUENAS MANOS
Por su lado, Gabriel Rosado, presidente del consejo de administración, tiene la satisfacción de haber sido el iniciador de la terapia intensiva neonatal.
Este especialista egresado por el Hospital 20 de Noviembre de la Ciudad de México comentó que lo ideal para un niño es completar los nueve meses dentro del vientre de su madre (40 semanas) para que tenga un crecimiento y un desarrollo de sus habilidades cerebrales dentro de lo normal.
Sin embargo, hay ocasiones que por razones imprevistas como infecciones, alteraciones del útero o preeclampsia (trastornos arteriales maternas) puede presentarse antes el trabajo de parto.
Explica: “Entre menor edad gestacional hay mayor inmadurez sobre todo respiratoria. El pulmón se hace funcionalmente maduro a partir de las 28 semanas, pero antes no tiene la capacidad de oxigenar el resto del cuerpo, por lo cual es necesario darles soporte ventilatorio, que es lo que aquí les brindamos a los bebés prematuros.
“Hemos rescatado niños de baja edad y peso y actualmente es común que entreguemos buenas cuentas con pacientes de 26 y 27 semanas de embarazo, cuyos productos hasta hace una década estaban condenados a morir en las primeras 72 horas”.
SUTILES INTERVENCIONES QUIRURGICAS
Con respecto a la cirugía de corazón abierto este médico detalló que la cardiopatía congénita es una de las causas de malformaciones en recién nacidos.
“Hay ocasiones en las cuales hay que operarlos de inmediato y para ello tenemos un convenio con el hospital Driscoll de la texana ciudad de Corpus Christi. Este nos da el apoyo quirúrgico y nosotros la terapia intensiva a ese tipo de pacientes.
“En la actualidad ya superamos los 50 casos de personas intervenidas a corazón abierto desde que empezó este programa”, dijo.
Rosado manifestó que el Hospital Santander cuenta además con ambulancias e incubadoras de transporte, que son especializadas para trasladar en las mejores condiciones posibles a bebés que nacen en otras instituciones hospitalarias.
Esta es una de las modalidades de la terapia intensiva, cuyo objetivo, resaltó, es “proveerle al niño lo que el vientre materno no pudo darles.
“Aquí se les da calor, nutrientes, los hidratamos y oxigenamos de tal manera que la incubadora simula a la matriz de la mamá.
“Un niño de 26 semanas completa hasta dos meses de hospitalización para llegar a la maduración adecuada de su organismo, sobre todo de la actividad pulmonar.
“En ese sentido la misión del Hospital Santander es darle a la comunidad la mejor calidad médica. Hemos sido en estos primeros 20 años vanguardia en Reynosa y queremos seguir siéndolo”, afirmó el entrevistado, quien finalizó invitando a la comunidad a visitar el Hospital Santander, donde los pacientes se sienten como en casa.
Para mayores informes comunicarse a los teléfonos: 921.67.00 al 10 o bien, dirigirse a Francisco I. Madero y Ortiz Rubio en la colonia Del Prado.