Junto con Puebla y Guanajuato, Tamaulipas es una de las tres entidades federativas que mayores problemas presentan en el robo de combustible. En la frontera la estrategia para combatir este delito y el tránsito al nuevo régimen fiscal derivó en desabasto, largas filas, caos y desesperación.
Son las 23 horas con 45 minutos del lunes 7 de enero. Una kilométrica línea de vehículos se prolonga sobre la carretera Ribereña a la altura de la avenida José Zertuche en Reynosa. Los automovilistas están esperando turno para poder cargar gasolina. Encienden el carro, avanzan unos metros y lo vuelven a apagar.
Nadie cede un palmo a los otros conductores e irremisiblemente todos tienen que hacer el mismo ritual: irse a la cola. Las miradas de fastidio, de cansancio y de incertidumbre se amplifican a medida que transcurre el tiempo.
Avanzar es mucho más lento que a vuelta de rueda. No son pocos minutos, ni siquiera una, sino hasta tres horas que aproximadamente hay que esperar para llegar hasta las bombas despachadoras.
El semblante se endurece cuando los tripulantes en sus unidades observan personas llegar con garrafas. Eso hace más tardada y tediosa la tarea.
Nunca desde que comenzaron a trabajar en esa gasolinería los empleados en turno habían atendido a tantas personas juntas. Sienten la presión de cargar el combustible tan rápido como se pueda, pero después de todo para ellos las horas extras valen la pena, pues sus bolsillos también se llenan de propinas.
Este es el mismo escenario que predomina en varias estaciones de la ciudad, menos en aquellas del grupo Petro Seven que, por problemas de facturación e impuestos, se mantienen cerradas y agudizaron el problema.
Asemejando los filmes con escenas caóticas, la frontera de Reynosa, Tamaulipas, experimenta una vorágine de ciudadanos intentando conseguir litros de Magna o Premium casi a como dé lugar. Desesperados recorren diferentes rincones de la localidad e indagan en las redes sociales pistas sobre gasolinerías despachando.
En horarios no habituales las filas de los puentes internacionales también se incrementan para poder ir a comprar combustible en Hidalgo, McAllen, Pharr y Mission, Texas, y a un precio más económico de 8 pesos con 59 centavos por litro, traducido a 1.71 dólares por galón de la gasolina regular, mientras en el lado mexicano no baja de 14.50 pesos el litro.
Este fenómeno no ha provocado únicamente psicosis en la ciudad,
sino también otros efectos colaterales, como compras de pánico, conatos de bronca y hasta vendimia de alimentos en la vía pública.
Los sitios de Internet también han jugado un rol protagónico con el tema de las gasolinas y algunos se lo toman con humor, pues han aparecido una serie de memes retratando el suceso.
DE DÍA O DE NOCHE ES IGUAL
Fernando Cervantes Ríos salió de su casa muy temprano en la mañana para intentar encontrar gasolina. Cada día recarga combustible para realizar sus actividades cotidianas a bordo de su microbús de la ruta La Cima, pero ante la escasez esta vez compró más de lo normal. El tanque le dura dos días y además llevó su garrafa por si se ofrece.
“Hay un desabasto muy preocupante y filas demasiado grandes. Más que nada a uno como chofer pues sí le afecta directamente, porque tenemos la necesidad de perder vueltas para poder llenar el tanque, porque si no, no trabajaba uno”, lamentó.
El operador aseguró que ha batallado para conseguir gasolina, ya que no todas las estaciones están abriendo.
“Tenemos que levantarnos más temprano y esperar para hacer fila, y hay gente que llega de madrugada para formarse.
“Créanme que el lunes me tardé tres horas y media para poder cargar en la estación del bulevar Mil Cumbres, enfrente de la tienda Soriana Hidalgo y no se me hace justo”, mencionó.
Por su parte, el señor Alejandro Romero Fernández reconoció no haber visto en Reynosa tanta intranquilidad por la falta de carburantes, pero también otros problemas que de esto se derivan.
“Se volvió una complicidad en toda la ciudad, porque vamos tarde a los trabajos, llegan retrasados los niños a la escuela, no pasa la basura a recogerla a tiempo, se está haciendo un caos, se afecta el transporte público, se queja todo el mundo, nos dicen que el servicio se va a regularizar muy pronto, esperemos que sí, pero estamos esperando.
“Y comparamos lo que se ve con la escasez de gasolina con las películas apocalípticas, pero también estamos comparándola con países como Venezuela, como Cuba, con otras naciones que están pasando por la misma situación. No sabemos a dónde vamos a llegar, por eso es necesario que se normalice esto lo más pronto posible”, manifestó.
‘POR TUBOS NO SE ESTÁ MANDANDO COMBUSTIBLE’
Javier Solís, quien despacha gasolina en la estación de la calle Aldama en la zona Centro de Reynosa (la cual nada más recibió una pipa con 20 mil litros rápidamente comenzó a llenarse de clientes), pidió paciencia a los habitantes de la ciudad mientras se normaliza el servicio.
“Como lo había anunciado el señor López Obrador se está tratando de evitar el robo de combustible y el problema es que no se está dando el abasto a las pipas en Reynosa. No es que no haya gasolina, sino que no están saliendo tantos camiones para surtir a toda la localidad, además que hay estaciones que se mantienen cerradas.
“Ahorita hay que pedirle a la gente que no entre en pánico, porque se está haciendo algo para los mexicanos y por el beneficio del pueblo. Algunos no lo están comprendiendo y entendemos su situación, porque se desesperan y les repercute en la economía, pero esperamos que en unos días se regularice todo”, comentó.
Solís aseguró que, incluso, están arribando a Reynosa pipas de otros estados de la República Mexicana, porque por tubos no se está mandando el combustible.
Cabe decir que el año 2018 cerró en 14.23 para la gasolina Magna y al inicio de 2019 subió, porque aún no se regula el IVA (Impuesto al Valor Agregado) ni se homologan los precios con Estados Unidos, pero va a implementarse de manera paulatina.
Frente al dispensador, el señor Rubén Varela y su esposa Hermila Hernández, esperaban un turno para poder suministrar combustible, en unas condiciones que para este trabajador retirado son inéditas.
“Nunca en 70 años había visto algo parecido en Reynosa. Esperemos que pronto todo esto se componga”, refirió.
NUEVAS DISPOSICIONES
Y ante las incomodidades para conseguir combustible algunos ciudadanos se quejan, otros se resignan y algunos más bromean.
En Internet circula un meme satírico del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con la frase: “Cerrando los ductos no hay gasolina y sin gasolina no hay huachicol…”.
Extrapolando esa expresión la maniobra que está efectuando el nuevo gobierno de la República parece ir justamente ahí, a la raíz del problema y fue celebrada de manera pública por el Consejo Mexicano de la Energía (Comener).
Y es que, de acuerdo con el mandatario, el robo de gasolina, comúnmente conocido como huachicoleo, no solamente se presenta en la red de ductos de Pemex, sino también en las refinerías y los centros de distribución.
De manera gradual comienzan a aparecer los nombres de posibles
ex funcionarios implicados. El primero es el del general Eduardo León Trauwitz, anterior jefe de escoltas del ex presidente, Enrique Peña Nieto y quien también estuvo a cargo de la subdirección de Salvaguarda Estratégica de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Debido a que el 2018 cerraba con cifras récord en el robo de combustible con 11 mil 240 tomas clandestinas, el presidente de México dio a conocer un plan para combatir el huachicoleo, con la intervención de 4 mil elementos del Ejército y la Marina.
La acción, que fue como echarle un cerillo encendido al tema de las gasolinas, está comenzando a surtir efectos, pues se cancelaron 103 concesiones a estaciones de servicio vinculadas al huachicol.
No había transcurrido el primer mes del sexenio y ya se habían asegurado 130 mil litros, por lo cual se ordenó el cierre de ductos para evitar las ordeñas de combustible.
López Obrador había declarado que la situación era tan preocupante que el huachicol en algunas regiones había desplomado la venta de gasolina legal hasta en un 50 por ciento.
Según datos oficiales el comercio ilegal de gasolinas en México deja ganancias por mil 600 millones de pesos, siendo Tamaulipas, Guanajuato y Puebla los estados con el mayor problema.
Así, el fenómeno del desabasto sería un mal necesario, por las medidas que está implementando el gobierno federal para frenar el robo de combustible, el cual ha sido un medio para el enriquecimiento ilegal de los mismos funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex) y el financiamiento de grupos delincuenciales.
El presidente anunció que en sus primeros días el plan “antihuachicol” ya había generado un ahorro de dos mil 500 millones de pesos, pues manifestó que se robaban en México un promedio de 787 pipas de gasolina cada día, reduciendo en un 77.5 por ciento el delito con la nueva estrategia y el redireccionamiento en el transporte.
TEMA MULTIFACTORIAL
Sin embargo, en diferentes estados de la República los automovilistas están batallando para poder adquirir combustible y en Reynosa, donde recientemente el presidente estuvo para lanzar el plan de la “Zona Libre”, alrededor de 50 gasolinerías han dejado de brindar atención, como aquellas que pertenecen al grupo de Petro Seven.
Se atribuye a problemas de facturación y fiscalización de impuestos, por lo cual esta compañía negociaría un acuerdo con la federación.
“En este caso específico puedo decirles que la única empresa que dejó de vender el producto es Petro Seven. Recordemos que con el nuevo gobierno una de las propuestas que está cumpliendo el presidente es el tema de la reducción del IVA al ocho por ciento, pero como la plataforma que todavía existe en la frontera es del 16 por ciento nosotros no podemos facturar todavía; sin embargo, el presidente decidió que ya se otorgara a los ciudadanos el beneficio del 8 por ciento.
“Y es un problema interno que tiene la competencia de que decidió no llevar a cabo el tema de la facturación, sino cerrar momentáneamente sus instalaciones y lo que está pasando es que ese mercado se está pasando a los agremiados, pero no es por un desabasto”, argumentó Rigoberto Ramos, presidente de la Asociación de Gasolineros de Reynosa.
Y detalló que también hay estaciones cerradas, porque algunas eligieron ponerse en bandera blanca, que es pasar a representar una franquicia internacional.
“Como la Reforma Energética nos permite divorciarnos de Pemex, esas compañías están evaluando si cancelan el contrato y entran a una nueva disposición. Estamos hablando del 10 por ciento del mercado local, que tiene 140 estaciones de gasolina aproximadamente, de las cuales 40 están con Petro Seven.
“El problema con el caos es porque se está trasladando toda esa cantidad de clientes a los puntos de venta locales, porque estábamos acostumbrados a cargar en cinco o 10 minutos, pero existe combustible suficiente para darle abasto a la ciudadanía y ahorita están operando en promedio 100 estaciones”, garantizó.
Añadió que repentinamente se registran contratiempos con los oleoductos, por lo cual se quedan algunas estaciones sin servicio, pero actualmente se están ofertando en Reynosa alrededor de 15 millones de litros de gasolina.
“No se está condicionando la venta a nadie, los tanques son de 60 mil litros y las gasolineras tienen capacidad suficiente para guardar en promedio combustible para tres o cuatro días, pero el único problema es que hay demasiada fila.
“El gobierno federal destapó un problema en el robo de combustible en otras regiones del país, pero nosotros dependemos directamente de la refinería de Cadereyta, Nuevo León, la cual no tiene ningún problema”, aclaró.
Ramos aseguró que por lo pronto los empresarios locales son los que están asumiendo la tasa del subsidio y el descuento del 16 al 8 por ciento, reflejado en seis pesos por litro, cantidad que el gobierno federal tarda alrededor de 90 días en reponerles.
“Si sacamos un cálculo de que una gasolinera vende son 15 mil litros por seis pesos al día, sáquenle cuentas, a 60 días que es lo que hasta ahora está financiando un gasolinero (alrededor de 5 millones, 400 mil pesos)”, dijo.
Y aseguró que la normalización del servicio ya no depende del gobierno federal.
“En este caso Petro Seven decidió no vender producto mientras se aclara el tema del 8 por ciento. A ellos recodemos que con el estímulo fiscal tenían la facilidad de trasladar ese diferencial al interior y de alguna manera lo podían equiparar para no sacar un peso de su bolsa en ese financiamiento por los impuestos que tienen que pagar”, exponenció.
El entrevistado reconoció que Petro Seven sí tiene gasolina y ante la pregunta obligada de si es una irregularidad no venderla, aseguró que como asociación no puede intervenir, sino que eso ya le compete al gobierno federal para efectos de sanciones o acuerdos.
Por lo pronto, no se sabe a ciencia cierta hasta cuándo persistirá la venta intermitente de gasolinas en Reynosa. Los días pasaron y la situación ha comenzado a normalizarse, pero no totalmente, por lo que se recomienda a la ciudadanía programarse para poder conseguir combustible.