
México es un país considerado mayormente católico, sin embargo ésta y el resto de las religiones que existen en el país están sufriendo una disminución en el número de sus creyentes, quienes se han declarado ateos.
Según los datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática (Inegi) en el Censo de Población y Vivienda 2010, cinco millones 262 mil 546 personas en el país aseguran no tener una religión y alrededor de tres millones de personas no tienen bien definida una creencia religiosa.
Estas cifras se dan a pesar de que México es la segunda nación a nivel mundial con más católicos, seguido de Brasil y Estados Unidos.
Según el Inegi, las personas que no profesan ninguna religión o se consideran ateos, son los jóvenes y aquellos que tienen estudios universitarios.
En el 2010 de un total de 112 millones 336 mil 538 habitantes en México, más de 92 millones de personas dijeron profesar el catolicismo y aproximadamente 20 millones de pobladores son adeptos de grupos evangélicos-cristianos.
Sin embargo más de ocho millones de personas en el país están perdiendo o han perdido la fe.
Es importante comparar los datos estadísticos con los del Censo del año 2000, cuando el 88 por ciento de la población era católica y casi tres millones de personas no profesaban ninguna religión.
Este fenómeno se registra sobre todo en las regiones de las fronteras norte, sur y sureste de México.
Lamentablemente en las tres últimas décadas la población sin religión se ha marcado en lugares como Chiapas, Veracruz, Distrito Federal, Estado de México, Tabasco y Sinaloa.
Por ejemplo en el año 2000, la población sin religión representaba el 13.1 por ciento en Chiapas; en Tabasco el 10 por ciento; en Campeche el 9.9 por ciento; en Quintana Roo el 9.6 por ciento; en Sinaloa el 7.1 del porcentaje y en Baja California 6.2 por ciento.
En el último censo del Inegi la entidad que ocupa el primer lugar en personas que no profesan alguna religión es Chiapas, con casi 500 mil habitantes ateos, el segundo lugar lo ocupa el Distrito Federal con aproximadamente 448 mil pobladores y el tercer lugar lo ocupa Veracruz con más de 439 mil personas sin creencia religiosa.
Cabe aclarar que la irreligión en México se puede referir a ateísmo o escepticismo religioso en el país.
TAMAULIPECOS Y ATEOS
El tabulador del último Censo de Población y Vivienda señala que en Tamaulipas habitan tres millones 268 mil 554 personas de las cuales de las cuales dos millones 384 mil profesan el catolicismo.
Sin embargo existen 219 mil personas que dicen no seguir ninguna religión, mientras que más de 194 mil ciudadanos no tienen definidas sus creencias.
Analizando cada uno de los municipios de la entidad, el primer lugar lo ocupa Reynosa ya que cuenta con 51 mil 871 habitantes no creyentes, le sigue Matamoros con un registró de más de 41 mil personas ateas, Nuevo Laredo tiene el tercer lugar con 23 mil 962 que no tienen alguna creencia religiosa, posteriormente Ciudad Victoria con 22 mil 579 individuos que no tiene fe.
Asimismo Altamira y Río Bravo van a la par con más de 13 mil personas sin religión, Tampico presentó más de diez mil 800 y Ciudad Madero siete mil 683 pobladores viven en la irreligión, según los datos del Censo de Población y Vivienda del año pasado.
En el municipio de Reynosa radica una cifra superior a los 608 mil personas, de las cuales alrededor del 60 por ciento es católica, es decir más de 384 mil ciudadanos profesan esta religión y aproximadamente 75 mil pertenecen a los protestantes y evangélicos.
A pesar de estas cifras existe una cantidad mayor de ateos y son lo que no tienen una doctrina específica siendo más de 77 mil personas las que se encuentran en una constante falta de fe.
ES NECESARIO BUSCAR A DIOS
En este sentido el sacerdote José Charles Martínez de la Parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en Reynosa, afirmó que la situación de inseguridad, violencia y crisis económica que actualmente aquejan a la ciudadanía la llevan a vivir un inmanentismo (el olvido de Dios).
Al decir del eclesiástico, de alguna forma la gente va haciendo sus propias seguridades y hace de ellas unas deidades (ídolos o semidioses).
“Nosotros tenemos la fe en un Dios que se hace presente siempre hasta nuestro tiempo, sin embargo las mismas personas que estaban militando en una comunidad católica o cristiana pueden caer en el desánimo por muchos factores, un mal testimonio o situaciones adversas”, indicó.
Ejemplificó que simplemente la ausencia de un trabajo, altercados en el hogar, además de que actualmente se aúnan muchos factores de violencia en las calles que afectan la creencia de la sociedad.
Aseguró que las situaciones que se padecen en las calles de México y que día a día se recrudecen, provocan que el hombre tienda a buscar la trascendencia en este mundo.
“Todo esto hace que el hombre caiga en una separación de sus creencias religiosas llevándolo a una nula práctica de la fe”, comentó.
Y añadió: “Detrás de todas estas cosas y a pesar de lo que puedan encontrar, existe una búsqueda constante de Dios, lo tratan de encontrar de otras maneras cayendo en falsos argumentos o deidades”.
Sin embargo, dijo, es ahí donde entra la labor de las comunidades y de los sacerdotes o pastores de las Iglesias para poder llevarlos de regreso al camino de la fe, esa es la principal tarea.
Charles Martínez aseveró que uno de los factores que pueden orillar a que las personas se unan a los grupos delictivos es también la ausencia de Dios.
“Los Obispos han sido muy insistentes en ese sentido de evitar que sucedan estas separaciones de la Iglesia”, dijo el clérigo, quien añadió que el quitar a Dios de en medio de las familias y detener los valores esenciales como el respeto, la solidaridad y fraternidad simplemente hace que se pierdan las cosas buenas provocando que entren los antivalores como lo es la inseguridad.
El sacerdote señaló que en los últimos años se ha incrementado el número de personas que, en carne propia o por familiares, han sufrido agresiones por la ola de violencia que se padece en el país.
“Sencillamente una parte de la sociedad son condicionadas que al sufrir una situación de este tipo, comienzan a perder la fe en Dios, además si le agregamos la falta de empleo, con propuestas fáciles o salidas rápidas que se puedan propiciar esto hace que se presenten este tipo de creencias entorno a nuevas actividades delictivas”, argumentó.
INVITACION DE FE
El Sacerdote José Charles Martínez dijo que los creyentes tienen la tarea fundamental de ser el testimonio vivo de que la fe en Dios está bien cimentada.
“Es necesario este testimonio, para brindar un escenario digno a esas personas con el objetivo de que encuentren en la Iglesia, sociedad en general, escuelas o en sus hogares los espacios adecuados con un soporte, que no encontraron en otro momento”, agregó. Sin dar a conocer un estimado de las personas en esta frontera que padecen de una situación así, dijo que son almas que dejaron de creer o voltearon sus ojos a algo vano y sin fundamentos.
“Simplemente las cosas que van pausadas llevan firmeza y se quedan para siempre, y todo lo que llega de una manera rápida también rápidamente se va”, explicó.
Exhortó a todas las personas que buscan las cosas falsas y no cimentadas en la fe a acercarse nuevamente al camino correcto de la esperanza pues de otra forma no lograran nada.
“El Señor lo dice en su Palabra: la sabiduría del hombre que escucha la Palabra de Dios y la aplica a su vida, es como el hombre sabio que construye su casa sobre roca, vienen las dificultades y no pasa nada; al contrario el que construye su casa sobre arena, vienen los problemas y sucumbe, se cae la construcción. Así es la fe, debe de estar fortalecida”, advirtió.
Simplemente la invitación es para voltear a reubicarse y encontrarse con Dios para formar una familia con los valores universales, con el objetivo de convertirse en hombres de fe y seguir el camino adecuado.