
Aún cuando los médicos recomiendan no realizar esfuerzos mayúsculos durante la formación de un embrión en el vientre de su madre, también es fundamental acondicionar el cuerpo para llegar hasta el alumbramiento sin problemas considerables.
Para ello, se imparte una técnica llamada psicoprofilaxia, también conocida como “parto psicoprofiláctico”, con la cual se disminuye el riesgo de abortar el producto y se fomenta una relación más íntima entre la embarazada y su criatura.
Una paciente que tiene varias semanas tomándola confesó que se siente mucho mejor que antes de haber comenzado el adiestramiento: “Sobre todo se combate de diferente manera el cansancio”, dijo.
Y es que la idea de dicha terapia es poder dar a luz por la vía vaginal y sin anestesia, aunque en los casos donde es necesaria la intervención quirúrgica la recuperación resulta más breve.
Investigaciones recientes comprueban que tomar este tipo de ejercicios trae grandes beneficios en el manejo del dolor, del estrés y el temor a la hora del nacimiento.
Según explica Alicia Vidaurri, instructora de parto psicoprofiláctico, la importancia del tratamiento estriba en preparar no solamente a la mujer para esta trascendental etapa de su vida, sino también a su hijo y al padre de éste, alimentando la armonía.
“El futuro papá aprende como ayudarla en este proceso tan fundamental. Se integra emocional y físicamente logrando ambos mejores condiciones posibles para recibir a su bebé”, comentó.
Una de las grandes ventajas que ofrecen las terapias prenatales son la aminoración de las dolencias en la espalda, la cadera y las piernas, algo común durante dicho periodo.
“Aquí preparamos a las mujeres para que el trabajo (de parto) sea más sencillo y rápido. En casos de cesáreas (el entrenamiento) les ayuda a que la recuperación física sea menos dolorosa”, agregó la entrevistada.
MIEDO AL PARTO
La también psicóloga por la Universidad de Monterrey (UDEM), con mención honorífica en la maestría de Terapia Familiar por la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), mencionó que normalmente las personas embarazadas sufren tensión y temor aún cuando no es la primera vez que dan a luz; sin embargo, la psicoprofilaxia ayuda a mitigar esas sensaciones normales durante ese proceso reproductivo.
El movimiento del producto puede ser impredecible y el riesgo a que se enrede el cuello con el cordón umbilical se encuentra latente. Por esto es vital mantener la calma y no transmitirle angustia al feto.
A decir de la especialista los ejercicios de respiración y elasticidad, permiten que la mujer se sienta “más plena, segura y alegre de saber que tiene una nueva alternativa para el nacimiento de su bebé”.
La música desempeña un rol preponderante, así como cada una de las herramientas para tomar el curso, como lo son pelotas especiales para ejercitarse, almohadillas y colchonetas adecuadas. La indumentaria durante las sesiones deben ser suficientemente cómodas para permitir el estiramiento apropiado de los músculos.
Asimismo, Alicia Vidaurri, quien también cursó la maestría en Psicología Clínica por la Life Christian University de Florida, manifestó que “con los ejercicios se mejora el tono muscular y se activa la circulación”. Con la información teórica, dijo, se logra “un parto más tranquilo, al saber qué hacer, cómo y cuándo”.
LAS TERAPIAS
El entrenamiento psicoprofiláctico puede tomarse a partir de los cuatro meses y concluye hasta el día del parto. Las pacientes entran a una sala donde realizan cada uno de los ejercicios adjudicados por la instructora.
De acuerdo a las semanas de gestación que tenga cada madre son las clases que se imparten, ya que no todas poseen la capacidad de someterse a las mismas prácticas en comparación con las pacientes avanzadas.
El aprendizaje es rápido, pero la terapia es cautelosa para prevenir movimientos en falso. A medida que avanza el curso las mujeres pueden efectuar nuevas posiciones.
Caminan, hacen sentadillas, se recuestan, levantan los brazos, giran la cabeza, estiran los pies, doblan las rodillas e incluso, duermen durante la sesión, con la música y las palabras de las instructoras. Los ronquidos, son sinónimo de confianza dentro de la habitación.
“Uno de los objetivos es que la mujer viva su embarazo de una forma maravillosa, entrenándose teórica y prácticamente”, dijo esta experta con 35 años de experiencia.
Los ejercicios respiratorios son muy útiles para oxigenar tanto a la madre como al bebé. Este entrenamiento produce mayor masa encefálica y endorfina, hormona del placer que bloquea la sensación dolorosa.
La respiración profunda también disminuye el estrés, que se acumula en los trabajos de parto cuando se libera la adrenalina, originando una contracción muscular.
Por eso es necesario ir con tiempo acoplando el organismo para que el momento del nacimiento sea una experiencia menos dolorosa y se obtenga más elasticidad.
“Mi mayor satisfacción es que puedo combinar mi carrera profesional, además de ser esposa y madre de tres hijos”, comentó Vidaurri, quien tiene su Centro de Parto Psicoprofiláctico en el bulevar Poza Rica número 24 de la colonia Petrolera.
Por lo pronto, las técnicas que trajo por primera vez a México la doctora Egle Stoopen han demostrado ser una de las mejores opciones para presentar un alumbramiento saludable.
Las estadísticas dicen que de 150 mujeres atendidas 120 logran tener a sus hijos de manera natural. Por eso el dinero invertido en cada sesión no es nada a comparación de la satisfacción, la seguridad y la alegría que brinda la psicoprofilaxia, una experiencia de vida.