El gobierno de Texas reforzará la vigilancia en su frontera con México para evitar el cruce ilegal de migrantes, por lo que se prevé que la población extranjera que ya se encuentra en la frontera de Reynosa esperando asilo, aumente.
Autoridades estatales en esta ciudad vislumbran que se incremente la población migrante luego que el gobernador de Texas, Greg Abbott, emitió una orden mediante la cual autorizó a la Guardia Nacional y al Departamento de Seguridad Pública para regresar por Tamaulipas a los migrantes indocumentados.
“Definitivamente habrá una deportación mayor ante una presión de más migrantes por la frontera para cruzar el río Bravo, en la detención y por consecuencia en la deportación”, dijo Ricardo Calderón Macías, titular del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM) en Reynosa.
En cuanto a los albergues, señaló que están saturados actualmente, y el aumento de las deportaciones dificultará la atención a los extranjeros en este municipio.
De acuerdo con la información de Héctor Silva Luna, hasta ahora en Reynosa habitan mil 100 migrantes en el refugio Senda de Vida I, mientras que en Senda de Vida 2 se cuentan con mil 200.
En tanto, en Reynosa permanecen unos 7 mil haitianos que también están varados,
esperando una respuesta a su petición de asilo político en los Estados Unidos.
Estos haitianos que viven tanto en el centro como en diversas colonias de la ciudad ya no pudieron tener cabida en los albergues porque éstos llegaron al límite de su capacidad.
ALBERGUES SIN RECURSOS
Hoy en día los refugios migratorios se solventan con las donaciones de asociaciones civiles, iglesias, iniciativa privada, incluso de personas altruistas de la localidad y la región.
Ricardo Calderón, titular del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes reconoció que no están preparados y no cuentan con los recursos para recibir un índice mayor de migrantes como al que se presenta ahora.
Los 3 millones de pesos que el alcalde de Reynosa había ofrecido, hasta el momento no se han aterrizado en esta frontera para el apoyo a los inmigrantes.
“Seguimos con el apoyo de las diferentes organizaciones no gubernamentales quienes son los que le han entrado frente a las necesidades de la mayor parte de los albergues”, añadió Calderón Macías.
FRONTERA BLINDADA
En tanto, el gobernador de Texas Greg Abbott, firmó el jueves 7 de julio una orden ejecutiva que faculta a la Guardia Nacional y al Departamento de Seguridad Pública local a detener a los extranjeros que crucen de manera ilegal los puertos de entrada y devolverlos a la frontera.
Con esto, según el gobernante, “se protege a los estadunidenses y asegura la frontera sur”.
“Emití una orden ejecutiva autorizando a la Guardia Nacional de Texas y al Departamento de Seguridad Pública de Texas a devolver inmigrantes ilegales a la frontera”, dijo el gobernador texano, Greg Abbott mediante su cuenta de Twitter.
“Los cárteles se han envalentonado con las políticas de fronteras abiertas de Biden. Texas está tomando medidas sin precedentes para DETENER esta empresa criminal”, añadió.
Abbott, había anunciado que destinará 30 millones de dólares más para su llamada “Operación Estrella Solitaria” (Lone Star), que tiene como objetivo detener migrantes bajo cargos de allanamiento y evitar los cruces de indocumentados en la frontera con México.
ASISTENCIA HUMANITARIA
Por otra parte, la organización Médico Sin Fronteras (MSF) señaló que urge mejorar la asistencia humanitaria para las personas migrantes y desplazadas en la frontera norte de Tamaulipas.
Cita que la situación de la población migrante en el borde norte de Tamaulipas es angustiante. Mientras las expulsiones inmediatas bajo el Título 42 siguen su curso, cientos de personas continúan arribando a Reynosa desde el sur del continente en busca de ingresar a Estados Unidos o para comenzar desde allí sus procesos de solicitud de asilo.
Indica que ante la falta de respuesta adecuada por parte de las autoridades encargadas, no sólo en Reynosa, también en ciudades como Nuevo Laredo, Matamoros, Piedras Negras y Ciudad Acuña, miles de personas permanecen sin acceso adecuado a los bienes básicos y en difíciles condiciones de refugio y seguridad.
Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) presentes en la zona han podido comprobar de primera mano la gravedad de la situación.
Al igual que en Reynosa, Piedras Negras y Ciudad Acuña Coahuila, los albergues están cerrados y las personas no tienen acceso a condiciones mínimas de refugio.
NUEVO LAREDO, CRÍTICO
En Nuevo Laredo, Tamaulipas, un equipo móvil de Médicos Sin Fronteras ha estado brindando asistencia humanitaria a la población haitiana y centroamericana, así como a desplazados internos que huyen de la violencia en diferentes partes de México.
Allí han identificado que más de 3 mil personas permanecen en albergues y refugios improvisados sin las condiciones adecuadas.
“La mayoría son familias con niños pequeños que duermen en el piso, expuestos a las lluvias y a elevadas temperaturas. En los últimos días ha disminuido el número de personas migrantes y solicitantes de asilo que se encontraba en este punto de la frontera. Sin embargo, los 10 refugios de la ciudad se encuentran en su máxima capacidad y cientos de personas siguen llegando. Muchos de ellos son espacios improvisados que carecen de servicios básicos, colchonetas, comida, agua potable, techo, baños, duchas y un adecuado manejo de desechos”, afirmó Pavel Goytia, responsable del equipo médico de MSF en Nuevo Laredo.
Esaia Jorince, un joven haitiano de 27 años que huyó hace tres años de Haití porque asesinaron a toda su familia, comentó: “tengo una semana aquí en Nuevo Laredo. La situación aquí es muy mala, yo no tengo dinero para comprar nada de comer ni donde quedarme a dormir. Ha estado lloviendo, en el refugio donde nos quedamos hay mucha agua, estoy durmiendo en el piso, eso es complicado para mí y para mis enfermedades. Me pongo a llorar porque tengo dolores y me siento muy mal, a veces me quiero morir”.
Aunque radicó un tiempo en Brasil, tuvo que salir de allí por falta de trabajo y hoy se encuentra en la frontera con la esperanza de conseguir asilo en los Estados Unidos.
REYNOSA, SIMILAR
El panorama es similar en Reynosa, donde en mayo pasado fueron removidos los cientos de migrantes que se encontraban en la Plaza de la República, a los dos albergues de Senda de Vida.
Desde hace tiempo, en medio de la pandemia por Covid-19, el paso legal de los migrantes a los Estados Unidos por medio de las gestiones de abogados privados y asociaciones es lento, por lo que la situación es caótica.
“El número de personas migrantes en la ciudad aumentó en las últimas semanas y hay una gran carencia de servicios de alojamiento, alimentación y salud para atenderlas. Mientras las expulsiones desde Estados Unidos continúan, cientos de personas llegan con el objetivo de acceder a un apoyo legal para su ingreso y deciden quedarse a esperar en la ciudad. Pero ya no hay espacio en los albergues y muchas personas están viviendo en la calle, soportando temperaturas muy elevadas.
“Nuestras consultas médicas a mujeres embarazadas y a menores de cinco años se han triplicado en las últimas semanas”, comenta Anayeli Flores, oficial de asuntos humanitarios de MSF en Reynosa.
Vivir en estas condiciones tiene un impacto negativo en la salud física y mental de las personas migrantes y solicitantes de asilo.
En las consultas médicas y psicológicas que ofrecen los equipos de MSF se ha detectado que las principales condiciones están relacionadas con afectaciones del sistema musculoesquelético, enfermedades gastrointestinales, cuadros respiratorios, infecciones urinarias, ginecológicas, en la piel y descompensaciones por padecimientos crónico-degenerativos.
En cuanto a salud mental, prevalecen los síntomas relacionados al desorden de estrés postraumático, ansiedad, duelo o pérdida y depresión.
Además del impacto del desplazamiento, las duras condiciones del viaje y de la estadía, la población en movimiento se ve expuesta a los altos niveles de violencia que afectan a estas ciudades fronterizas.
“La otra noche escuchamos balazos muy cerca al albergue, sentimos desesperación porque no sabíamos lo que estaba pasando, todos nos fuimos a esconder al baño por el miedo de una bala perdida. Venimos huyendo de las balas en mi país, no pensamos que aquí también fuera así y se siente bastante susto.
“Había muchas personas afuera del albergue y las metieron rápidamente para resguardarse. Hubo mucho caos y miedo”, cuenta José Amílkar Medina, un hombre de Honduras que llegó a Reynosa hace 22 días para presentar su solicitud de asilo junto a su esposa, su hija y su padre de 74 años.
Los equipos del personal de salud han observado que la situación continúa deteriorándose, todos los días siguen llegando miles de personas a la frontera con necesidades de protección y refugio, continúan las expulsiones bajo el Título 42 y las deportaciones masivas a sus lugares de origen donde sus vidas peligran.
“Desde MSF, hacemos un llamado a las autoridades en todos los niveles y a otras organizaciones internacionales de asistencia humanitaria presentes en la región a redoblar esfuerzos que aseguren condiciones dignas para la población migrante que se encuentra en la frontera norte.
“Es urgente ampliar las actividades humanitarias para evitar que empeore la salud y aliviar el sufrimiento de esta población que se encuentra en un estado muy vulnerable”, concluye Goytia.